03.04.2013 Views

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

MANUEL DE j. GALVÁN | ENRIQUILLO<br />

Dos meses, día, por día combatieron valerosamente los indios contra sus invasores, y al<br />

cabo, no pudiendo resistir las armas <strong>de</strong> éstos, se refugiaron en las montañas, don<strong>de</strong> continuó<br />

la persecución por bastante tiempo aún. En el intervalo, Velázquez escribió a Esquivel dándole<br />

noticias <strong>de</strong> la empresa que traía entre manos, y solicitó <strong>de</strong> él alguna gente. Volaron allá,<br />

ganosos <strong>de</strong> riquezas y aventuras, muchos hombres <strong>de</strong> armas <strong>de</strong> los que habían acabado con<br />

Esquivel la pacificación <strong>de</strong> Jamaica; mandábalos el acreditado capitán Pánfilo <strong>de</strong> Narváez, y<br />

con él fue también nuestro bien conocido y un tanto olvidado juan <strong>de</strong> Grijalva, que se creyó<br />

en la obligación <strong>de</strong> asistir con los primeros a su antiguo rival, según se comprometiera a<br />

hacerlo en aquella noche funesta, que imprimió <strong>de</strong>cisiva huella en su vida y su <strong>de</strong>stino.<br />

Llegaron algo tar<strong>de</strong> a Cuba para combatir al valiente y <strong>de</strong>sgraciado Hatuey, que acosado<br />

<strong>de</strong> breña en breña fue capturado al fin, y por no encontrarse en la otra vida con sus verdugos,<br />

según lo dijo al fraile que le prometía la celeste aventura, se negó a recibir el bautismo,<br />

y lo con<strong>de</strong>naron como impenitente a ser quemado vivo. Se ve que comenzaba temprano<br />

a <strong>de</strong>clinar la bondad <strong>de</strong> Diego Velázquez, y que la corrupción minaba ya los sentimientos<br />

que le habían captado la amistad <strong>de</strong> Las Casas, como este mismo hubo <strong>de</strong> notarlo en justa<br />

acritud en sus inmortales narraciones históricas.<br />

Libre ya completamente Velázquez <strong>de</strong>l escaso cuidado que le daban los indígenas <strong>de</strong><br />

Cuba, espantados por la muerte <strong>de</strong>l caudillo haitiano, convirtió su atención al objeto que le<br />

era favorito, <strong>de</strong> fundar ciuda<strong>de</strong>s, y planteó con gran<strong>de</strong> eficacia y regularidad sus primeros<br />

establecimientos <strong>de</strong> Baracoa, nombre indígena <strong>de</strong>l sitio a que abordara con su gente cuando<br />

llegó <strong>de</strong> la Española, y que <strong>de</strong>nominó, como <strong>de</strong>jamos dicho, Puerto santo o <strong>de</strong> las Palmas. Dirigióse<br />

<strong>de</strong>spués a reconocer otros puntos <strong>de</strong> la isla, con el fin <strong>de</strong> elegir el más a<strong>de</strong>cuado para<br />

fundar la ciudad capital <strong>de</strong> la colonia; y este honor cupo al que favorecido por la naturaleza<br />

con una prolongada y hermosa bahía, lleva el nombre <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Cuba, en honor <strong>de</strong>l<br />

apóstol patrón <strong>de</strong> España, que lo era también <strong>de</strong>l fundador.<br />

En medio <strong>de</strong> sus trabajos y ocupaciones como tal, juzgó Velázquez llegado el tiempo<br />

<strong>de</strong> efectuar su tan <strong>de</strong>seado como <strong>de</strong>morado matrimonio, y a este fin escribió al Contador<br />

Cuéllar una apremiante y sentida carta, invocando todos sus títulos y <strong>de</strong>rechos a que no se<br />

dilatara por más tiempo el cumplimiento <strong>de</strong>l solemne compromiso.<br />

“Han transcurrido ya (<strong>de</strong>cía en su carta) todos los aplazamientos a que, con más o menos<br />

causa, se ha querido someterme, y tendré a injuria que se trate <strong>de</strong> imponerme una nueva<br />

espera. Reclamo que se cumpla lo pactado, señor Don Cristóbal, y que vuestra honrada<br />

palabra que<strong>de</strong> en su lugar, dándome la compañera que tanta falta hace a mi dicha. Si aún<br />

sigue enferma, aquí la aguardan, con el rango <strong>de</strong> señora y esposa mía, a quien todos estarán<br />

obligados a tributar homenaje, la salud y el contento”.<br />

Increpado el <strong>de</strong> Cuéllar <strong>de</strong> un modo tan enérgico y concluyente, seducido por la<br />

perspectiva brillante <strong>de</strong> la nueva posición que ocupaba su futuro yerno, <strong>de</strong>claró a su hija<br />

la resolución <strong>de</strong> conducirla a Cuba sin más tardanza, y abrevió los preparativos <strong>de</strong>l viaje.<br />

En vano hizo la Virreina una postrera tentativa para conmover al anciano, cuando supo<br />

la proximidad <strong>de</strong> la partida. El Contador Mayor mostró la carta <strong>de</strong> Velázquez, e hizo juez<br />

al Almirante Don Diego <strong>de</strong>l caso en que se hallaba, sometiendo a su arbitramento la <strong>de</strong>cisión.<br />

–Si vuestro señor esposo –dijo a María <strong>de</strong> Toledo–, con esta carta <strong>de</strong>l capitán Don<br />

Diego Velázquez a la vista, cree que puedo negarme <strong>de</strong>corosamente a lo que él reclama,<br />

y <strong>de</strong>morar todavía el concertado matrimonio, yo haré lo que el señor Almirante crea más<br />

conveniente.<br />

609

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!