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El concepto, entonces, es una representación de la esencia universal y objetiva que está en las cosas. La<br />

esencia universal existe en la realidad y el concepto no hace más que reflejar esa esencia universal que existe en<br />

la realidad. El entendimiento conoce al objeto tal como es en sí: la verdad consiste en la adecuación del<br />

entendimiento al objeto conocido.<br />

10. La política<br />

Aunque el fin último del hombre sea conocer a Dios y asemejarse a Él, esto no significa que el hombre<br />

deba descuidar lo que podríamos llamar su vida social y política, es decir, los fines intermedios. También aquí<br />

santo Tomás retoma a Aristóteles y, en parte, a Platón; tanto uno como otro (y en general todo el mundo griego)<br />

pensaban que el hombre se realiza plenamente como tal sólo en cuanto está integrado a la polis. Que el hombre<br />

se realiza en cuanto es ciudadano, en cuanto miembro de la polis, es lo que dice Aristóteles con esa célebre<br />

frase: “el hombre es una animal político”. O sea que el hombre sólo puede existir y realizarse como tal siendo<br />

ciudadano, siendo miembro de una polis.<br />

Santo Tomás también afirma que es propio de la naturaleza del hombre vivir en comunidad, porque él<br />

es por naturaleza un ser social y político que no puede vivir aislado, separado de los demás hombres. No sólo<br />

desde el punto de vista de las necesidades materiales, ya que un hombre solo no puede bastarse para satisfacer<br />

las necesidades de su subsistencia, sino también desde el punto de vista de sus exigencias como ser racional y<br />

dotado de una voluntad libre, el hombre es un ser comunitario. Para santo Tomás entonces, el hombre por<br />

naturaleza vive en sociedad porque es un ser social y político.<br />

Junto con Platón y Aristóteles afirma que esa comunidad, ese cuerpo social o Estado, es una especie de<br />

organismo, o sea, no la mera suma de los individuos, sino algo más; y necesita como todo organismo una<br />

cabeza, un gobernante, que lo organice, lo conduzca, elabore las leyes, etc..<br />

¿Cuál es el deber y la función del gobernante? Su primer deber consiste en gobernar según las reglas de<br />

la justicia con vistas al bien común del cuerpo social. Esta caracterización del deber social del gobernante ya<br />

había sido formulada en la República de Platón. Allí se afirmaba que el gobernante tenía que gobernar conforme<br />

a la justicia y para el bien común de la polis (no simplemente para su propio beneficio). Estos conceptos del<br />

pensamiento clásico, tienen un lugar muy destacado en la filosofía de santo Tomás. Por eso es que afirma que si<br />

un gobernante pierde de vista el fin para el cual ejerce el poder, que es administrar la justicia para el bien común,<br />

deja de ser un gobernante, deja de ser un jefe de estado, para convertirse en un tirano.<br />

¿Cuál es la transformación que introduce la filosofía cristiana en el concepto de justicia? Esta<br />

transformación es más bien una profundización. Podemos decir que la filosofía cristiana lo que hace es darle a la<br />

justicia como fundamento a Dios mismo y el orden impuesto por Dios al mundo. La filosofía cristiana funda la<br />

justicia en un Dios trascendente y personal, y desde este punto de vista le da una fundamentación más concreta.<br />

Esto tiene relación con lo dicho respecto de la creación. La creación supone un orden, una ley que la<br />

rige en su totalidad; y, puesto que todo ha sido creado por Dios, entonces -dice santo Tomás- todas las leyes, de<br />

cualquier tipo que sean, tanto las leyes de la naturaleza, como las leyes morales, como las leyes jurídicas y<br />

sociales, pueden ser consideradas como casos particulares de una sola ley general que rige toda la creación. Esta<br />

es la ley divina: el orden del mudo, el plan que gobierna todo el universo. Esa ley es la ley primera, o ley última,<br />

el fundamento de todas las otras leyes. Por eso santo Tomás la llama también ley eterna.<br />

También (ésta es una terminología que va a subsistir en todo el pensamiento social y político posterior)<br />

en cuanto esa ley está, de algún modo, grabada en cada uno de nosotros y en cada uno de los seres creados,<br />

santo Tomás la va a llamar también «ley natural». La ley divina y la ley natural son el fundamento de la justicia.<br />

La justicia, considerada como una virtud, como algo valioso en sí, está más allá de la historia y de las leyes<br />

particulares, expresa a la ley divina y natural.<br />

La ley humana por lo tanto, debe fundarse en esta ley eterna. Es decir, la ley humana, la ley que es<br />

elaborada y promulgada por los hombres para organizar el estado y conducirlo, para organizarse como<br />

comunidad, que santo Tomás llama “ley positiva” o ley humana, para ser justa y legítima debe fundarse en esa<br />

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