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en consecuencia, crítica y revolucionaria” 581 . La dialéctica es crítica y revolucionaria porque manifiesta la<br />
historicidad de lo dado, la limitación del orden social vigente, las contradicciones del modo de producción<br />
presente.<br />
Se trata, pues, de “la comprensión de lo dado” y esto es una totalidad determinada: la sociedad<br />
moderna o el modo de producción capitalista. Pero esto «dado» no se comprende desde una racionalidad<br />
exterior, que el «intelectual» o el «científico» pondría de acuerdo con su método, sino que esa «forma<br />
racional» es el movimiento y la articulación de la cosa misma y que como tal contiene su negación (supresiónconservación-superación).<br />
El movimiento mismo de lo real conduce a su destrucción y superación, de la que es<br />
índice la conciencia total de la situación histórica dada.<br />
“La forma mistificada de la dialéctica” oculta la necesidad del movimiento crítico, negador de lo dado.<br />
De esta manera procede como la lógica tradicional «raciocinante» 582 , que separa (abstrae) los elementos y<br />
atomiza el conjunto, afirmando (coherentemente con esta óptica parcial) sólo una parte, a la que fija: el orden<br />
establecido. El movimiento dialéctico es por esencia totalizador. En este sentido Marx, partiendo del elemento<br />
primordial de la sociedad moderna (la mercancía), cuyo análisis es el fundamento y punto de partida del<br />
movimiento dialéctico, despliega la totalidad del sistema capitalista como una consecuencia necesaria de su<br />
«modo» de ser. Dicho de otra manera: la ciencia desarrolla para la conciencia del sujeto social transformador<br />
(proletariado) el movimiento necesario de la cosa misma, desde sí misma. Esta exposición fundamental, la<br />
realiza Marx en su obra cumbre: El Capital.<br />
7. El materialismo histórico<br />
Todos los pensadores que han formado «escuela» y, en consecuencia, que han padecido la divulgación<br />
(y vulgarización) de los conceptos, con la inevitable constitución de un «cuerpo doctrinario» adaptado a la<br />
«enseñanza» y a la difusión, son particularmente y en mayor grado «interpretados», «dogmatizados», «reinterpretados»<br />
y también «mal-interpretados». Marx no ha escapado a este destino sino que, muy por el<br />
contrario, lo ha padecido especialmente. Las necesidades inmediatas y coyunturales de la lucha política, han<br />
determinado (en gran parte) una instrumentalización irreflexiva de sus categorías. Los conceptos de<br />
«estructura» y «superestructura», la (supuesta) concepción general de la historia denominada (en términos de<br />
Engels y Lenin) «materialismo histórico» y la teoría de la ideología son ejemplos de dichas categorías. Para<br />
poner alguna luz sobre estos conceptos polémicos se les dedicará una atención especial en los siguientes<br />
apartados.<br />
Marx supone que hay necesidad en el desarrollo histórico, de acuerdo al incremento progresivo de las<br />
fuerzas productivas, que son el motor de las transformaciones de la naturaleza y de la sociedad. El transcurso<br />
histórico no es casual o azaroso sino necesario; pero su legalidad no hay que buscarla en conexión de las ideas<br />
o en el despliegue del conocimiento sino en la producción material de la existencia. Aun cuando supone que<br />
en el despliegue histórico global hay progreso, no niega que se produzcan regresiones y retrocesos. El progreso<br />
no es ni lineal ni continuo. No obstante, sostiene que no se puede alcanzar un determinado estadio de<br />
desarrollo sin haber superado las fases <strong>previa</strong>s que conducen a él. Por ejemplo, no es posible -desde su<br />
perspectiva- arribar al socialismo, sin que <strong>previa</strong>mente se haya desarrollado y superado el capitalismo. En este<br />
sentido, la filosofía de la historia de Marx es tan eurocentrista como la hegeliana: cree que todos los pueblos<br />
deben pasar necesariamente por mismos estadios históricos por los que ya han transitado los europeos. Es por<br />
eso que aplaude la intervención inglesa en la India, pues ella les posibilita a los mismos indios el avance hacia<br />
el socialismo, a través del capitalismo. Aunque no se puede alcanzar ningún estadio de desarrollo sin haber<br />
581<br />
Ibídem.<br />
582<br />
La lógica «raciocinante» hace referencia a la lógica formal tradicional, a lo que Hegel llamaba «conceptos del<br />
entendimiento», que parten de la abstracción subjetiva.<br />
252