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llegado a ser identificadas por otras corrientes de interpretación con la tradición occidental sin más. Por<br />
ejemplo, dos de las vertientes más importantes de la civilización occidental son la tradición greco-romana y<br />
la tradición judeo-cristiana. Algunos historiadores de la civilización y algunas interpretaciones ideológicas<br />
consideran que Grecia o Roma son las cunas de la civilización occidental, otros opinan que es el<br />
Cristianismo, otros más sostienen que es el Capitalismo moderno. Nosotros vamos a considerar a todas estas<br />
vertientes (y a muchas otras que han tenido efectos diversos) como componentes de la tradición occidental,<br />
que no pueden atribuirse la identidad del conjunto y cuyas notas características e identificatorias se han<br />
modificado al formar parte de Occidente. (b) La tradición occidental no está cerrada o completa.<br />
Ciertamente que se ha cumplido o completado un desarrollo con varias etapas o períodos, lo que ha llevado<br />
a algunos pensadores como Hegel o Marx a hablar de un fin de la historia o de la prehistoria y a otros<br />
pensadores a hablar de nuestra época como la de la posthistoria. Pero cuando decimos que la tradición<br />
occidental no está completa nos referimos a que esta tradición no ha podido resolver los problemas que ella<br />
misma ha generado. La tradición occidental contiene contradicciones, conflictos, represiones, olvidos,<br />
derrotas, supresiones, aniquilamientos, que subyacen, integrados o negados, a la estructura del mundo que<br />
ha configurado. Estos problemas no resueltos son el índice de la incompletud del proceso de la historia<br />
occidental. Son precisamente ellos los que suscitan y motivan nuestra reflexión y nuestro pensar en esta<br />
obra.<br />
Para introducirse en el saber sobre la realidad en la que vivimos se necesita aprender a pensar la<br />
totalidad. En este aprendizaje nos valdremos de la ayuda de la historia y de la guía de los maestros que en<br />
esa historia se han atrevido a pensar. La historia aportará los ensayos y las experiencias que los hombres de<br />
las épocas pasadas han inventado, promovido y mantenido en su relación con el todo y su sentido o<br />
fundamento. Transitando por la historia de Occidente se puede aprender cómo los antiguos griegos y<br />
romanos pensaron la totalidad como el ser de todo lo que es, cómo los cristianos medievales comprendieron<br />
la totalidad como la creación de Dios, y cómo la modernidad entendió la totalidad como la razón de un<br />
sujeto realizada en y por el lenguaje.<br />
La historia (o las historias) de la filosofía (o de las filosofías) no puede ser pensada y asumida con<br />
independencia de las otras actividades de los hombres: las religiones, las artes, las instituciones, las acciones<br />
éticas y políticas, las ciencias, la vida cotidiana, los mitos y las creencias de los pueblos, las pasiones y los<br />
intereses de los grupos y de los individuos. Estas otras historias servirán de vía de acceso a la historia de la<br />
filosofía y viceversa: la historia de la filosofía permitirá acceder a la comprensión de las otras esferas de la<br />
existencia históricas.<br />
Para abordar esta nave en movimiento, proponemos tres plataformas de acceso: (1) Algunos<br />
capítulos aportarán elementos para comprender las categorías «epocales», es decir, los componentes<br />
histórico-culturales que enmarcan una época histórica, constituyéndola en un mundo. (2) El resto de los<br />
capítulos desarrollarán el pensamiento de algunos de los filósofos más relevantes de la historia de la<br />
filosofía. En ellos se tratará de atender a los aspectos sistemáticos del pensamiento, es decir, a las relaciones<br />
conceptuales que hacen de la filosofía de un pensador una totalidad coherente. (3) La tercer plataforma de<br />
acceso estará constituida por algunas traducciones castellanas de los textos de los autores principales de la<br />
historia del pensamiento. Desde esta triple base de sustentación, y de sus cruces y mezclas, destacaremos<br />
algunos problemas relacionados a nuestros intereses filosóficos o pedagógicos actuales: nos detendremos en<br />
el tema del conocimiento y de la ciencia, en el problema del arte y la teoría estética y en la cuestión del<br />
hombre y la sociedad. Finalmente, y como una matriz global para la interpretación del conjunto de la<br />
historia de la filosofía, adoptaremos la sugerencia de Hans Georg Gadamer, según la cual la cuestión del ser<br />
es la que enmarca el conjunto del filosofar en la antigüedad greco-latina; el pensamiento de Dios, como Ser<br />
Supremo, caracteriza la totalidad de la filosofía cristiana medieval; y la comprensión del sujeto y del<br />
lenguaje engloban las filosofías de la época moderna.<br />
Si bien estas categorías nos servirán de matriz para comprender las diversas filosofías y los distintos<br />
autores de cada período histórico, en todos y cada uno de los momentos consideraremos la filosofía como el<br />
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