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porque hay un mismo sujeto, que realiza esta historia (hay una sola “cultura” en general, como lo contrapuesto<br />
a lo “natural”), pero este sentido pasa por los distintos sentidos que cada uno de los pueblos particulares se dan<br />
a sí mismos. Cada pueblo se encuentra con una tradición, con lo que los pueblos que le han antecedido han<br />
producido y logrado, con las soluciones que los otros pueblos han dado a los problemas que se le han<br />
presentado. Cada pueblo se enfrenta, por otro lado, con los problemas que los otros no han podido solucionar y<br />
que exigen una respuesta. Así, en la medida en que hay problemas únicos y que el sujeto de esos desarrollos es<br />
único, hay un espíritu Universal. Pero, en la medida en que las respuestas y las producciones las van dando los<br />
diversos pueblos particulares, el espíritu Universal se realiza, se efectiviza en los espíritus de los pueblos<br />
particulares.<br />
En los poemas homéricos, en los dioses olímpicos, en la geometría de Euclides, en la filosofía de<br />
Platón y Aristóteles, en la tragedia de Sófocles y Eurípides, en las esculturas de Fidias, en la política de<br />
Pericles (por poner algunos ejemplos) se encarna y manifiesta el espíritu del pueblo griego. En la medida en<br />
que el espíritu de los griegos es un momento necesario de la historia universal, aquellos ejemplos son también<br />
la manifestación de un momento del espíritu universal. Algo análogo ocurre con las etapas en la vida de un<br />
individuo: la infancia, la adolescencia o la juventud son momentos por lo que pasa este individuo singular y<br />
son diferentes a las de cualquier otro pero, al mismo tiempo, estos momentos son las etapas por las que<br />
atraviesa todo individuo, en la medida en que se desarrolla como individuo.<br />
6.c. El contenido de la historia universal<br />
La esencia del espíritu es la actividad. No se trata de una actividad determinada, como la revolución de<br />
los planetas o el ciclo de las plantas o las diferentes funciones de las hormigas en el hormiguero. La actividad<br />
del espíritu es una actividad libre. Un ser cuya esencia es la actividad no puede ser definido sino por lo que<br />
hace. Por esta razón, el espíritu hace la historia: para producirse a sí mismo y de esta manera conocerse, saber<br />
de sí.<br />
El espíritu Universal se desarrolla a través de la historia universal. Esta historia es su exposición, es su<br />
autoproducción con el fin de conocerse a sí mismo, para saber lo-que-es-en-sí. La conciencia no es <strong>previa</strong> ni<br />
independiente de las acciones o de los hechos. Lo que el espíritu hace es lo que es, es su objetivación y es lo<br />
que le permite conocerse y saber quién es. El espíritu no puede conocerse ni tener conciencia de sí sin haber<br />
actuado, sin obrar. La esencia del espíritu es su libertad. Su actividad de autoproducirse, tiene por meta la<br />
conciencia de su libertad, “y de esta manera, que su libertad se realice”.<br />
Kant pensaba que un sujeto libre no puede ser objeto de saber porque podría actuar de una manera o de<br />
otra, dependiendo sólo de su arbitrio. Hegel piensa que la libertad no es una capacidad a priori del sujeto sino<br />
que es lo que el espíritu va realizando a través de su acción en la historia. Es tan importante la capacidad de<br />
acción libre como la realización de esa libertad. Y Hegel cree que lo que el espíritu efectivamente ha hecho y<br />
hace a través del tiempo configura un sentido y una conciencia que permiten comprender la historia.<br />
La conciencia de la libertad determina las épocas de la historia universal. ¿Cuáles son estas épocas?<br />
1. El mundo oriental: este corresponde a todas las culturas pre-helénicas, cuya conciencia sólo llegó a<br />
saber que “uno es libre”. ¿Quién? El déspota. Todos los demás son esclavos del déspota, que es el amo<br />
absoluto.<br />
2. El mundo greco-romano: la conciencia de estas épocas accede al saber que “algunos son libres”.<br />
¿Quiénes? Los polites, los civites; es decir, los ciudadanos de la polis o del imperio. Sus formas de gobierno<br />
son la aristocracia y la democracia: el gobierno de los mejores y el gobierno del pueblo 457 .<br />
3. El mundo germano-cristiano: Se trata del mundo posterior a la caída del imperio romano en poder<br />
de los bárbaros (germanos). La conciencia de esta época es que “todos son libres”. Esta conciencia es el<br />
457<br />
El pueblo se determina por la conciencia. Los que carecen de esta conciencia son los bárbaros, los que no pueden<br />
dirigirse o gobernarse a sí mismos, su propia naturaleza los determina a depender de otros, a ser esclavos, no-libres.<br />
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