You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
durante toda la antigüedad tardía y la edad media, a pesar de que ya se habían planteado hipótesis más<br />
cercanas a la actualmente aceptada 271 .<br />
La antigua concepción se cuestionó recién cuando Copérnico planteó la hipótesis heliocéntrica en el<br />
año 1543 (año de su muerte, en el que apareció su libro La revolución de las esferas celestes). La hipótesis<br />
de Copérnico se suscitó como respuesta a un problema: algunas órbitas celestes no seguían el curso circular,<br />
que supuestamente tendrían que seguir, de acuerdo a la teoría ptolemaica. Por eso, Copérnico su-puso 272 que<br />
la tierra (como los otros cuerpos) estaba realizando el mismo doble movimiento de los otros planetas. El sol<br />
se convirtió así en el centro del sistema donde la tierra era un planeta más.<br />
Pero si bien cambia el eje del sistema, subsiste la antigua jerarquización: por ser el sol el centro del<br />
sistema, debe estar en reposo, ya que la condición de estar en reposo sigue considerándose más perfecta que<br />
el estar en movimiento. Es importante hacer notar que Copérnico no tuvo modo de comprobar su hipótesis,<br />
porque no había un instrumento adecuado para observar si los hechos confirmaban los supuestos. Fue<br />
Galileo Galilei quien comprobó sus afirmaciones posibilitada por el perfeccionamiento del telescopio.<br />
A partir del cuestionamiento del sistema aristotélico-ptolemaico, la tierra perdió su lugar de<br />
privilegio en el centro del sistema y con ella el hombre mismo fue degradado a ser un habitante de un<br />
planeta periférico. Sin embargo, paradójicamente, el hombre fue concebido como el único ser que podía<br />
comprender este universo, podía conocerlo, transformarlo y adueñarse de él, explotando la naturaleza en su<br />
propio beneficio. La razón se concibió como el poder con que cuenta para dicho dominio y la máquina,<br />
como el instrumento de transformación. A medida que esta conciencia se arraigó, el mundo se desacralizó,<br />
perdió su carácter sagrado, divino. El fundamento de la creación, que los medievales encontraban en la<br />
bondad de Dios, y el conocimiento de la naturaleza, que se hacía posible por la revelación de su Creador, se<br />
transformaron progresivamente. La razón humana como sujeto de conocimiento tomó distancia de la<br />
naturaleza a la que se en-frentaba, convirtiéndola así en ob-jeto 273 . El fundamento de esta ob-jetividad estaba<br />
en la subjetividad del «ego cogito» (yo pienso) y el instrumento adecuado para conocerla era la razón. A<br />
partir de este momento, el mundo no tuvo ya unidad, porque esta concepción supone una separación<br />
(abstracción) cada vez mayor. Cuanto más avanzó la modernidad, más se separaron el sujeto y los objetos,<br />
alejándose cada vez más de la concepciones anteriores donde ambos estaban integrados en un todo. Cuanto<br />
más avanzó la modernidad más se fragmentaron el mundo, la naturaleza y la realidad.<br />
Con la modernidad cambió la relación del hombre con la naturaleza y, por lo mismo, el proceso de<br />
conocimiento. Para el hombre del medioevo, conocer era desarrollar la verdad revelada para manifestar la<br />
gloria de Dios. La naturaleza, el universo eran concebidos como «ser creado», y como tal, remitía a Dios<br />
como su «creador», como su fundamento. Por eso, la scientia medieval (como saber acerca del fundamento<br />
de todo lo real) era Teología (conocimiento de Dios).<br />
Para el hombre moderno, la naturaleza es lo que está frente al hombre, es ob-jectum, lo que se opone,<br />
lo que debe ser dominado para que sirva a los fines del hombre. Conocimiento y dominio se<br />
entrelazan. Como sostenía Bacon: “Saber es poder” y conocer es dominar. La naturaleza es lo que o-pone<br />
resistencia al dominio del conocimiento, por eso “hay que torturarla” para que responda a las preguntas de la<br />
ciencia.<br />
Galileo Galilei (1564-1642) concluyó la obra del Renacimiento, sosteniendo la independencia de la<br />
ciencia de la naturaleza tanto de la autoridad de Aristóteles («el» filósofo, como lo llamaban los<br />
escolásticos) como de la Biblia y de la autoridad de la Iglesia. Se abrió así el camino para la distinción de<br />
271<br />
Aristarco de Samos, a principios del siglo III antes de Cristo, planteó que la tierra era esférica, que giraba alrededor del<br />
sol y sobre su eje. Eratóstenes de Cirene, director de la biblioteca de Alejandría hacia fines del mismo siglo, desarrolló un<br />
procedimiento matemático por el que calculó las dimensiones de la tierra.<br />
272<br />
«Suponer» viene de los términos latinos «sub-poner», poner por debajo, que en griego se dice «hipótesis».<br />
273<br />
Ob-jeto es lo que está arrojado y yace (jectum) frente a (ob). Sujeto (sub-jectum) es lo que yace (jectum) por debajo<br />
(sub), es decir, la base, el fundamento, la razón como fundamento.<br />
136