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que resiste” 709 . Una fuerza es poder, es dominación, pero también objeto sobre el que se ejerce una<br />

dominación. La fuerza es sujeto y objeto. Nietzsche llama a la realidad «voluntad de poder» porque es una<br />

multiplicidad de fuerzas que quieren dominar, que ejercen poder, que ejecutan lo que pueden. “Querer no es un<br />

desear, simple aspiración, tendencia a algo, sino que incluye en sí el mandar. Quien manda es señor en cuanto<br />

que dispone con su saber sobre las posibilidades de obrar; en el mandato se manda la realización de lo<br />

dispuesto y planeado. En el mandato obedece el que manda, no sólo el que ejecuta; obedece a ese disponer y<br />

poder disponer, y así se obedece a sí mismo; mandar es superarse (obedecerse) a sí mismo, y es más difícil que<br />

obedecer; sólo a quien no es capaz de obedecerse a sí mismo hay que mandarle. «Lo que la voluntad quiere, no<br />

lo quiere sólo como algo de que carece. Lo que la voluntad quiere lo tiene ya. Pues lo que la voluntad quiere<br />

propiamente es su querer. Su querer es lo querido. La voluntad se quiere a sí misma. Se trasciende a sí misma».<br />

Por eso puede decir Nietzsche: «Querer es lo mismo que querer hacerse más fuerte, querer crecer, y además<br />

querer los medios»” 710 . Nietzsche reinterpreta la frase 711 atribuida a Maquiavelo: el querer quiere también los<br />

medios, es decir, los valores, la estimación. La voluntad quiere también las condiciones de la conservación y el<br />

acrecentamiento del poder. La voluntad de poder es voluntad que crea valores, pone valores.<br />

Las fuerzas son diferentes: tienen distinta intensidad, distinta dirección. Pero más allá de sus<br />

diferencias cuantitativas, interesa la diferencia jerárquica, la distancia. “El auténtico problema -dice Deleuze-<br />

no se halla en la relación del querer con lo involuntario, sino en la relación entre una voluntad que ordena y<br />

una voluntad que obedece, y que obedece más o menos”. Las fuerzas son desiguales: unas dominan y otras son<br />

dominadas, pero todas quieren dominar, en todas se manifiesta la voluntad de poder 712 . “En todos los lugares<br />

donde encontré seres vivos –escribe Nietzsche- encontré voluntad de poder; e incluso en la voluntad del que<br />

sirve encontré voluntad de ser señor. [Querer significa querer ser señor] A que sirva al más fuerte, a eso<br />

persuádele al más débil su voluntad, la cual quiere ser dueña de lo que es más débil todavía: a ese solo placer<br />

no le gusta renunciar” 713 . Unas fuerzas dominan y otras son dominadas, unas pueden más y otras menos. Toda<br />

fuerza es dominante y dominada. Dominada en una relación, dominante en otra, pero la cuestión fundamental<br />

no es la cantidad de las fuerzas. Para Nietzsche, un problema más importante es el de la cualidad o jerarquía de<br />

las fuerzas. ¿Es noble o es vil? ¿Es alta o es baja? ¿Es afirmativa y creativa o es reactiva y busca la<br />

autoconservación? ¿Acrecienta el poder o lo debilita y envenena? No da igual cualquier fuerza. Tampoco se<br />

piensa que la fuerza que triunfa sea «buena» y mejor. ¿Cuál es, entonces, el criterio de selección de las<br />

fuerzas? Nietzsche señala, con mayor frecuencia, los siguientes: fuerza/debilidad, actividad/reactividad,<br />

creatividad/resentimiento, sobreabundancia/decadencia.<br />

Como Heráclito, Tucídides. Maquiavelo, Hobbes y Darwin, Nietzsche piensa que la vida es conflicto,<br />

lucha, enfrentamiento y guerra 714 . A diferencia de los dos últimos nombrados, cree que la tendencia de la vida<br />

no es la conservación o la adaptación sino el acrecentamiento del poder. “Nietzsche siempre señala el carácter<br />

pasional de la fuerza, el hecho de que en modo alguno se contenta tan sólo con querer existir o conservarse,<br />

sino que aspira a dominar, a intensificarse, a crecer” 715 .<br />

709<br />

Citado por Savater, F.: 1977, p. 87.<br />

710<br />

Olasagasti, M.: Introducción a Heidegger, Madrid, Revista de Occidente, 1967, pp. 97-8.<br />

711<br />

Se atribuye a Maquiavelo haber dicho que “el fin justifica los medios”.<br />

712<br />

“Se le dan órdenes al que no sabe obedecerse a sí mismo. Así es la especie de los vivientes”. (Nietzsche, F.:1983b,<br />

p. 170).<br />

713<br />

Nietzsche, F.:1983b, p. 171. Corchetes nuestros.<br />

714<br />

Escribe Vattimo: “La verdadera esencia, si se puede decir así, de la voluntad de poder es hermenéutica, interpretativa.<br />

La lucha de las opuestas voluntades de poder, ante todo, es lucha de interpretaciones. Esto corresponde al convertirse en<br />

fábula del mundo verdadero: no existe sino el mundo aparente, y éste es producto de las interpretaciones que cada centro<br />

de fuerza elabora. «Cada centro de fuerza tiene para todo el resto su perspectiva, es decir, su absolutamente determinada<br />

escala de valores, su tipo de acción, su tipo de resistencia» (Vattimo, G.: Introducción a Nietzsche, Barcelona, Ediciones<br />

Península, 1987, pp. 116-17).<br />

715<br />

Savater, F.: 1977, p. 92.<br />

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