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Es importante tener en cuenta que en este modo de entender el conocimiento sensible, aquello que se<br />

está conociendo es lo que se encuentra en la cosa. En el ejemplo anterior, tenemos la sensación del verde<br />

porque el verde es una determinación propia del árbol.<br />

Además de los sentidos externos, destaquemos la importancia de los sentidos internos: imaginación y<br />

memoria. Por ellos se forma y conserva en el viviente la imagen del objeto conocido.<br />

14.c. El alma intelectiva<br />

Es la que corresponde a los hombres, en ellos además de las funciones anteriores encontramos el<br />

conocimiento racional y el apetito racional (o voluntad).<br />

El punto de partida en el conocimiento del hombre está dado por la sensación: no hay nada en el<br />

intelecto que antes no haya pasado por los sentidos. Esta perspectiva coloca a Aristóteles dentro de las posturas<br />

empiristas: todo conocimiento se deriva de la experiencia.<br />

Ahora bien, si por la sensación el sujeto capta las formas sensibles, sin la materia de las cosas,<br />

mediante el conocimiento intelectual el sujeto habrá de captar las formas inteligibles, es decir, las esencias de<br />

las cosas.<br />

El intelecto en potencia puede ser comparado con una tabla en la cual no hay nada escrito. Así como<br />

los entes sensibles actualizan a las potencias sensibles, los entes inteligibles habrán de actualizar a las potencias<br />

inteligibles. Recordemos, sin embargo, que para Aristóteles lo inteligible no existe separado de lo sensible, lo<br />

universal no existe separado de lo individual. Conocer entonces, consistirá en un acto mediante el cual se<br />

actualizan en nosotros las formas inteligibles (esencias) presentes en las cosas.<br />

Para explicar este proceso, Aristóteles esbozó una doctrina según la cual existirían dos intelectos: el<br />

intelecto pasivo o pasiente y el intelecto activo o agente.<br />

El intelecto agente es el encargado de extraer las formas inteligibles que están en potencia en las<br />

sensaciones y las imágenes (proceso de abstracción); a partir de allí, el intelecto pasivo habrá de receptar y<br />

conservar esos inteligibles.<br />

Un aspecto poco claro de esta doctrina es que el intelecto agente es caracterizado por Aristóteles como<br />

un intelecto separable, sin mezcla, inmortal, y que nos llega de afuera para entrar en el cuerpo del feto. El<br />

escaso desarrollo de esta doctrina ha llevado a diversas interpretaciones, señalemos dos fundamentales:<br />

En primer lugar, si el intelecto agente no es individual, propio de cada uno, el proceso de abstracción<br />

por medio del cual el hombre conoce lo universal, estaría garantizado por una instancia superior al hombre<br />

mismo.<br />

En segundo lugar, queda sin resolver el problema de la inmortalidad del alma, porque si este intelecto<br />

es im-personal, su inmortalidad no implicaría al alma del hombre, pero, al mismo tiempo, si mediante él el<br />

alma humana realiza una función desligada de lo corporal, sería posible afirmar la inmortalidad del alma, al<br />

menos en una de sus funciones.<br />

15. El primer motor<br />

La teleología aristotélica habrá de rematar en una teología. Aquello hacia lo cual todo tiende y tiene en<br />

ello su fin es el primer motor, el dios aristotélico.<br />

Nos encontramos aquí con un tipo de substancia diferente a las substancias sensibles; ésta es una<br />

substancia inmóvil, eterna, indivisible, inextensa, etc. Analicemos brevemente algunos de sus atributos.<br />

El primer motor es el que pone en movimiento todo lo que es (de ahí su denominación) manteniéndose<br />

él mismo inmóvil. Por lo tanto, él habrá de ser la causa que explique, en última instancia, todo movimiento,<br />

pero no se requerirá (o bien es imposible encontrar) una causa para explicarlo a él.<br />

El primer motor mueve al kosmos como su causa final, en tanto todas las cosas aspiran a su más<br />

perfecta realización, tienden a él. Por eso es que Aristóteles explica esto mediante una analogía: así como el<br />

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