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ealidad existente. Esa ilusión falsa le permite soportar la miseria de la realidad existente, en lugar de<br />

combatirla; por eso dice Marx que “la religión es el opio del pueblo” 541 .<br />

Una situación que necesita de ilusiones exige ser superada. Para que una situación sea superada es<br />

necesario que se la enfrente (sin huir a una situación ilusoria) y por eso, “la crítica de la religión [realizada por<br />

Feuerbach] quita al hombre las ilusiones a fin de que piense, actúe y amolde su realidad como un hombre sin<br />

ilusiones que ha alcanzado la razón” 542 . Si, como sostenían los ilustrados, se ha alcanzado la edad de la razón;<br />

si, como afirmaba Hegel, la razón se ha realizado en la historia, ¿cómo se explica que los hombres sigan<br />

persiguiendo ilusiones? La persistencia de las ilusiones ¿no está probando que la realidad no es todavía<br />

racional?<br />

La crítica iniciada por Feuerbach es –para Marx- “la condición de toda crítica” 543 porque disuelve la<br />

ilusión religiosa, sin embargo, ésta no es la única forma de ilusión persistente. Esta crítica le parece necesaria<br />

pero insuficiente, ya que está incompleta en dos sentidos. (a) Por un lado, desde un punto de vista teórico, “la<br />

crítica del cielo” debe completarse con una “crítica de la tierra” 544 , es decir, la crítica de la teología y de la<br />

filosofía de la religión debe continuarse en una crítica de la autoalienación en sus formas profanas: la filosofía<br />

política y del derecho. Para Marx, “el problema fundamental de la época moderna es la relación de la industria<br />

(mundo de la riqueza) con el mundo político” 545 , y esta realidad se expresa en el pensamiento de la política y<br />

del derecho, en la filosofía de Hegel. Sin embargo, la filosofía que pretendía demostrar la racionalidad de lo<br />

real termina por hacer manifiesto lo contrario: la irracionalidad de lo real, la contradicción entre la libertad de<br />

todos los hombres en el Estado y la esclavitud de la mayoría en el trabajo, entre la igualdad de todos los<br />

hombres en sus derechos y la desigualdad en la propiedad de los bienes producidos por la sociedad. (b) Por<br />

otro lado, desde la perspectiva de la acción (desde lo práctico 546 ) hay que hacer efectiva la conciencia de la<br />

libertad para todos los hombres, ya que “la esencia del hombre carece de realidad-efectiva” 547 . No basta con<br />

recuperar la esencia del hombre extrañada en Dios, es necesario además realizar esa esencia, hacerla efectiva<br />

en la realidad, construyendo una sociedad que haga efectivas la libertad y la igualdad de todos. Se podría decir<br />

que la realidad es deficitaria respecto del pensamiento.<br />

Pero, además, la realidad histórica de los alemanes es doblemente deficitaria porque no solamente no<br />

ha realizado la libertad y la igualdad de todos sino que tampoco ha realizado aún la forma del Estado moderno.<br />

Por eso dice Marx: “[los alemanes] somos los contemporáneos filosóficos del presente, sin ser sus<br />

contemporáneos históricos”, pues, “los alemanes han pensado en política lo que otros pueblos han hecho.<br />

Alemania ha sido su conciencia teórica” 548 .<br />

La realidad es irracional en tres sentidos diferentes: teóricamente, en tanto persiste una ilusión<br />

filosófica que no ha sido sometida a la crítica; prácticamente, en tanto la esencia del hombre no ha sido<br />

efectivamente realizada; históricamente, en tanto los alemanes no están a la altura de su tiempo histórico.<br />

De manera que el «atraso» de la situación histórica alemana, respecto de la situación histórica de los<br />

otros pueblos europeos (Francia, Inglaterra) tanto como respecto a su propia conciencia teórica (la filosofía<br />

política hegeliana), exige transformar esa realidad, para que llegue a estar de acuerdo con su concepto. “La<br />

crítica de la filosofía especulativa [hegeliana] del derecho no se agota en sí misma, sino en tareas para cuya<br />

541<br />

Marx, K.: Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, Buenos Aires, Ediciones Nuevas, 1968, p. 10.<br />

542<br />

Marx, K.: 1968, p. 10. Se explicitan aquí los supuestos que Marx comparte con el iluminismo, acerca de la mayoría de<br />

edad de la razón humana, la superación de los estadios míticos, etc.<br />

543<br />

Marx, K.: 1968, p. 7.<br />

544<br />

Marx, K.: 1968, p. 11.<br />

545<br />

Marx, K.: 1968, p. 20.<br />

546<br />

Tanto para Hegel como para Marx, el término «práctico» hace referencia a la acción, a lo que se hace y no tiene el<br />

significaco estrecho de lo opuesto a lo teórico.<br />

547<br />

Marx, K.: 1968, pp. 7 y 9.<br />

548<br />

Marx, K.: 1968, pp. 28-9.<br />

243

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