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esponde a una crítica sostenida contra esta tesis: las condiciones que se ponen para el ejercicio del gobierno de<br />
los filósofos los harían infelices, porque (según se argumenta allí) aquellos que desarrollan las funciones de<br />
mayor responsabilidad no tienen un régimen de vida que compensen su esfuerzo ni beneficios que les permitan<br />
ser felices. Platón responde con el siguiente argumento que pone en boca de Sócrates: “no hemos fundado la<br />
polis con el objetivo de que una clase de ciudadanos sea particularmente dichosa, sino con miras a que toda la<br />
polis sea lo más feliz posible”. O sea que este orden que Platón quiere establecer apunta a la felicidad y<br />
armonía de la polis en su conjunto y no a la felicidad de un sector particular.<br />
Debemos matizar la negativa platónica a tener una injerencia directa en la política. Sus viajes a<br />
Sicilia nos muestran que no desdeñó, cuando las circunstancias lo requirieron, inmiscuirse directamente en<br />
la actividad política. Incluso haciendo omisión de esta acción directa, podríamos decir que lo político<br />
constituye el motor de la reflexión platónica. Esto no significa que el tema político le haya interesado a<br />
Platón más que otros temas posibles de reflexión, sino que el edificio de la filosofía platónica culmina en<br />
una sabiduría que es esencialmente política, no por ocuparse de la política, sino porque lo político ocupa<br />
todo, es la dimensión propiamente humana.<br />
La polis resulta así, el horizonte de reflexión de la filosofía platónica. Aquella incluye, ya lo<br />
sabemos, el territorio, el conjunto de los ciudadanos, el orden jurídico, la religión, la cultura, etc., que son<br />
políticos en tanto el sujeto de ellas es la polis y no el individuo. De modo tal que la crisis de la polis ha de<br />
expresarse en todos los niveles, y a su vez modificaciones dentro del pensamiento, tales como las de la<br />
filosofía, las religiones órficas o la sofística, en la medida en que plantean nuevos enfoques, cuestionan<br />
potencialmente ese orden.<br />
Podríamos decir entonces que la filosofía jónica, con su crítica de los mitos, con sus planteos<br />
racionales del kosmos, puede verse como una línea de cuestionamiento. Lo mismo vale para las corrientes<br />
mistéricas en tanto enseñen que la religión es algo que tiene que ver con el alma individual. Y, en mucha<br />
mayor medida para Platón, los sofistas cuestionan teóricamente las bases tradicionales sobre las que se<br />
sustenta la polis. Señalemos que la crítica a los sofistas constituye un tema que Platón suele tener como<br />
punto de partida para desarrollar sus propios pensamientos; diálogos como el Protágoras, Gorgias,<br />
República, El sofista son algunos ejemplos de ello.<br />
A todo esto debemos agregar la condena y muerte de Sócrates, cosa que conmovió profundamente a<br />
Platón. Sócrates, “el más justo de los hombres” (a juicio de Platón), es condenado a muerte por sus<br />
conciudadanos, y, por ser justo, acepta la condena injusta. La polis, así organizada, aparece como siendo<br />
incapaz de albergar y soportar a un verdadero filosofo; también esto cuestiona su validez.<br />
Frente a tales cuestionamientos, Platón podía optar entre admitir que la polis, como tal, pertenecía al<br />
pasado, era algo ya agotado, o resistir a esas críticas, tomar de ellas lo que pudiesen tener de verdad y<br />
desarrollar una restauración , una reconstrucción de ella como un todo orgánico bajo un orden justo. Entre<br />
estas dos opciones, está claro que Platón eligió la segunda. Pero no buscaba simplemente recuperar el<br />
antiguo esplendor y poderío de Atenas, sino que trató de encontrar el fundamento de esa perdida grandeza.<br />
Y esto intenta hacerlo a partir del logos, desde la filosofía. En este sentido, Platón recoge y amalgama<br />
distintas líneas de pensamiento, intentando hacer de la filosofía una respuesta a estos cuestionamientos, una<br />
respuesta a esta crisis. Por eso es que la filosofía platónica es política. Esta fundación en el plano del logos,<br />
ha de llevarlo no sólo a desarrollar una propuesta de reorganización de la polis, sino también a basar dicha<br />
propuesta en una fecunda visión metafísica.<br />
5.1. El problema de la justicia<br />
El tema de la justicia no es, dentro de la filosofía platónica, accidental, sino que se constituye en uno<br />
de los ejes principales a partir del cual se piensan cuestiones tales como la de la «piedad» del Eutifrón, la<br />
«valentía» del Laques, etc. Y también otorga a la República su carácter de obra fundamental. No hay, a<br />
juicio de Platón, posibilidad de realización individual dentro de un régimen injusto. El caso de Sócrates<br />
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