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El mapa escolar :
un instrumento de la política de educación
El presente trabajo no se propone enjuiciar las críticas que se han
formulado contra los establecimientos educacionales, como tampoco
examinar las propuestas que los expertos han preconizado sobre
procedimientos de formación fuera del sistema escolar. No obstante,
es preciso señalar que si bien hay un consenso respecto a las limitaciones
de que adolece la escuela tradicional, tal consenso no existe
cuando se trata de encontrar soluciones. Un pequeño grupo de
educadores propone reemplazar las actuales escuelas por sistemas
complejos para la organización, la producción y el intercambio de
conocimientos. Otro, que constituye la mayoría, todavía confía en
los establecimientos educativos tradicionales y piensa que la escuela
continúa siendo un lugar adecuado para la enseñanza, pero considera
que lo que es preciso revisar son los objetivos del sistema escolar,
que los métodos que se utilizan son anticuados y que deben ser cambiados,
y que el contenido de los programas es de poca utilidad. En
otras palabras, que es preciso intervenir en el nivel de los objetivos,
los métodos y los contenidos y que en lugar de suprimir los centros
de enseñanza sería necesario reordenarlos, adaptarlos a las necesidades
de quienes los utilizan. En apoyo de esta tesis se esgrimen los
siguientes argumentos:
(a) Hasta ahora, ningún país ha podido reemplazar su sistema
educativo basado en la escuela por un proceso de formación fuera
de la escuela. Se trata con frecuencia de proyectos-piloto, de
experiencias realizadas a pequeña escala o de propuestas teóricas
que no trascienden la fase de investigación y experimentación y
que generalmente se llevan a cabo en medios muy particulares
(niños excepcionalmente dotados; padres de elevado nivel cultural;
minorías étnicas; deficientes físicos y mentales; etc. ).
(b) Por muy deseables que puedan ser, todas las propuestas que se
han formulado para la educación masiva sin escuela requieren
métodos de organización para la utilización de los recursos
disponibles y sistemas de gestión sumamente complejos y elaborados
que hacen poco verosímil la aplicación de esas propuestas a
gran escala a corto plazo, incluso en países tecnológicamente
muy avanzados, como los Estados Unidos. En efecto a raíz de
los problemas que entrañan, se corre el riesgo de que sólo sirvan
a una minoría privilegiada y de que favorezcan de ese modo la
discriminación de las oportunidades educativas entre los diferentes
estratos socio-culturales de la población. Máxime sabiendo que
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la supresión de las escuelas y su sustitución por otras fórmulas de
formación no parece previsible en plazos razonables, en los países
en vías de desarrollo, ni siquiera en la mayor parte de los países
industrializados. Son múltiples los obstáculos que dificultan la
introducción de esos cambios y no obedecen exclusivamente a los
problemas pendientes, relativos a la organización de la formación
masiva fuera de los establecimientos escolares. Bastaría para . •
convencerse de ello, con sondear la actitud de la mayor parte de
los docentes, de los administradores de la educación y de los
padres de alumnos, ante cualquier propuesta de supresión de los
centros docentes.