El Mapa escolar: un instrumento de la política ... - unesdoc - Unesco

Conclusions generales
en práctica. Cada país debe elaborar su propia metodología, no
sólo para tener en cuenta las condiciones específicas reinantes sino
también en función de los recursos materiales y humanos que
puede movilizar para ponerlo en práctica.
Debe ser posible integrar a nivel nacional el trabajo desarrollado
en las diferentes regiones y localidades. Y aquí llegamos al problema
de las decisiones que se deben tomar con respecto a la forma
de distribuir los fondos educacionales. Si se suman las solicitudes
presentadas por cada región, con toda seguridad se llegará a una
cifra que superará ampliamente lo que puede financiar el presupuesto
del Ministerio de Educación. ¿Cuáles deben ser los criterios para
prorratear el déficit? ¿A qué regiones y a qué proposiciones de expansion
deberá dárseles un tratamiento prioritario? Al plantear
estas interrogantes estamos pensando en aquellos países donde corresponde
al financiamiento estatal una gran parte, o una proporción
preponderante de la carga, pero otras interrogantes más graves en
nuestra opinión, deben ser encaradas cuando la mayor parte de los
fondos para la educación,proviene de las regiones mismas. ¿Debe
acaso el Estado dar libertad de acción y permitir que se agudice la
brecha entre las regiones más ricas y progresistas y las más pobres
y desprovistas? La lucha contra las disparidades regionales es una
meta fundamental de todos los Gobiernos, pero su logro depende de
muchos supuestos, especialmente de la adopción de una política voluntarista
de la planificación regional y de ordenación del territorio.
Esto significa que el mapa escolar, promovido a la categoría de plan
educativo regional y local, debe ser parte del plan de desarrollo regional.
La preparación de planes de desarrollo regional integrados
en un plan nacional, origina el mismo tipo de problemas en cuanto a
métodos, recursos y procedimientos que la preparación del mapa escolar;
carece de sentido construir una metodología de lujo que no podrá
aplicarse. También en este caso, la ambición debe estar a la
altura de los medios disponibles.
El mapa escolar debe integrarse adecuadamente en el proceso de
toma de decisiones. A este respecto, mencionamos nuestra preferencia
por un proceso de planificación flexible y "participatorio",
que incluya una descentralización de los mecanismos que llevan a la
toma de decisiones y la voluntad política de atenerse al juego en lo
que respecta a la participación. La participación puede ser una mag -
niïica idea, pero como todas las grandes ideas es más fácil decidirla
en teoría que llevarla a la práctica. Siendo así, ¿hemos de renunciar
y no proponer la adopción del mapa escolar si no se cumple la condición
previa de la participación? ¿Tendremos que renunciar a experimentar
la participación porque es difícil superar los obstáculos en
nuestro camino? Debe admitirse honestamente que escoger el sistema
de planificación es una decisión de carácter político. La participación
es un elemento esencial de tal opción, equiparable a un sistema
de valores. Si nos pronunciamos en favor de este sistema de valores,
es porque creemos que es el íínico que concuerda con los principios de
planificación que preferimos; al mismo tiempo es necesario admitir
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