O TEMPO NA DIREÃÃO DO TRATAMENTO
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empapelador y el mecánico, con quienes<br />
se peló fuertemente, “los trabajos se<br />
terminan bien o no se terminan”, yo me<br />
enojo demasiado, si a veces pudiera hacer<br />
un chiste, fórmula rotunda para que<br />
alguien diga de su anhelo que en un<br />
tiempo porvenir su análisis le permita<br />
realizar lo que quiere de lo que desea.<br />
Así tiene trascendencia la tramitación<br />
de la inclusión del fin de análisis en el<br />
decir del analizante. Que alguien se<br />
decida a hablar de la terminación de<br />
quien fantasea despedirse. Si hasta ahí<br />
hubo análisis, es un paso, nada fácil de<br />
sostener por el analizante, toda vez que<br />
cuestiona la existencia de la transferencia,<br />
Aquí quiero diferenciar de la pregunta<br />
que aparece en las entrevistas previas, a<br />
veces, sobre ¿y esto cuánto dura?¿cuándo<br />
le parece a usted que este análisis debe<br />
terminar? Fórmula que una analizante<br />
encontró para introducir el fin de análisis<br />
bajo el modo de la demanda. Que la<br />
abstinencia ubique el fin de análisis en<br />
serio con otros objetos de su historia, no<br />
oculta que se realiza una operación para<br />
que sea leído ese fin como posible.<br />
En una sesión posterior, una frase sale<br />
al encuentro del analizante en medio de<br />
una de sus habituales quejas, por el<br />
desasosiego que le produce su pareja:<br />
“hasta que la muerte nos separe, es muy<br />
pesado, no permite que se elija” dice<br />
descubriendo que una separación cambia<br />
con s posibilidad de existencia los<br />
destinos de una relación. No es lo mismo<br />
que algo tenga o no un fin. De eso<br />
depende que haya lugar para el deseo. Se<br />
le marca aquí que le fin de su análisis fue<br />
incluida por ella al modo de una petición<br />
a ser concedida. La vuelta que ahora<br />
encontraba era cómo seguía, si seguía<br />
aquello que podía tener un fin. Re<br />
encontrarse con su deseo de analizarse<br />
iba por el sesgo de que el fin de análisis<br />
era un tiempo que podía llegar.<br />
El tiempo del análisis no parece<br />
encontrarse en el mejor lugar si forma<br />
parte del fantasma del analista, más bien<br />
este debería saber pagar el precio que su<br />
función exige dejándolo entre paréntesis.<br />
Entonces el trabajo arduo de los<br />
analistas: separar los dos sentidos de la<br />
palabra “fin” en cuanto a finalización y<br />
en cuanto a finalidad no parece banal y<br />
terminado. No se muestra saldada la<br />
cuestión y aunque los analistas estemos<br />
más avisados que es inherente a nuestro<br />
lugar pagar con nuestras aspiraciones y<br />
prejuicios, no terminamos con nuestro<br />
fantasma de esperar “algo”.<br />
El fin de un análisis se presenta como<br />
un lugar privilegiado para que la analista<br />
espere. ¿Pero que sería propicio que<br />
espere? Nada que esperar de un fin de<br />
análisis. Arriesgo, más que la manera<br />
particular con que ese análisis se las<br />
arregla para dar a leer que ahí hubo un<br />
fin. Un fin de la cuestión que lo inicia y<br />
es que vamos a un análisis para saber, sin<br />
relucir este a un conocimiento, ahí donde<br />
la angustia hace pregunta, entonces ¿Qué<br />
otra cosa ofrece como promesa inaugural<br />
un psicoanálisis, sino, “ese” saber sobre<br />
el padecimiento?<br />
Comienzos del seminario XXIV dice<br />
Lacan “el psicoanálisis particularmente<br />
no es un progreso. Es un sesgo práctico<br />
para sentirse mejor”.<br />
Heteridade 7<br />
Internacional dos Fóruns-Escola de Psicanálise dos Fóruns do Campo Lacaniano 193