O TEMPO NA DIREÃÃO DO TRATAMENTO
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La primera se define en su posición, al<br />
inicio con orgullo y luego con desolación,<br />
como “el bulldozer”; la segunda sed efine<br />
como “ la que entra a saco” , cosa que no<br />
cuestionará sino por lo que le dicen sus<br />
amigos del alma es lo que la hace<br />
intolerable para los hombres y estropea<br />
su ser de mujer. La primera, llegó a mi<br />
consulta tras haber recorrido muchos<br />
médicos que no encontraban causa clara<br />
a unas infecciones urinarias mantenidas<br />
con permanente dolor a la micción. Le<br />
dijeron que sería “por stress” y le recomendaron<br />
una psicoterapia. Al tiempo<br />
que venía disciplinadamente a sus dos sesiones<br />
por semana para hablar de los sinsabores<br />
de su historia, aceptó someterse<br />
a una peculiar técnica de fisioterapia que<br />
consistía en tratar el dolor de los “puntos<br />
gatillo” (tender points) localizados por la<br />
fisioterapeuta, con la introducción de un<br />
artilugio por vía vaginal. Pero no fue esta<br />
extravagante técnica del cuerpo lo que<br />
hizo desaparecer su síntoma de conversión,<br />
sino el recuerdo de que el síntoma<br />
vino después de una penetración con<br />
otro cariz que la que le practica la<br />
fisioterapeuta. Ella se prestaba, a<br />
menudo, en noches de alcohol y droga, a<br />
irse a la cama con hombres por los que<br />
luego se sentía desechada. Una de esas<br />
veces fue peor que otras: el hombre al<br />
que ella había querido conquistar, la<br />
penetró sin preliminares, en una prisa, me<br />
dice: “en la que ni tiempo tuve de saber si<br />
lo deseaba ni de excitarme”. Se dejó<br />
hacer, pero se sintió agarrotada en un<br />
intenso dolor. A partir de la desaparición<br />
del síntoma de conversión, abordó en su<br />
análisis lo problemático de su “ser<br />
bulldozer”: es que su vida está tan<br />
volcada en lo “pro”, que se queda sin<br />
tiempo para lo “perso”. Aclaro con “lo<br />
pro” y “lo perso” se refiere a “lo<br />
profesional” y “lo personal”, pues este<br />
sujeto moderno habla con significantesabreviatura,<br />
como en el argot de los SMS.<br />
Su infortunio es que la potencia<br />
hiperproductiva que surca el campo del<br />
Otro, se salda repetitivamente, de una<br />
empresa a otra, en el fracaso de su<br />
aspiración de obtener un reconocimiento<br />
del “Big Boss”, como ella llama a sus<br />
Jefes. Una y otra vez, en todas la<br />
empresas en las que ha trabajado, se ha<br />
visto expoliada de su tiempo de trabajo<br />
para solo beneficio del Jefe que se<br />
traducirá en un menos para ella. No<br />
recibe del Uno, al que asigna el lugar del<br />
Otro, la equivalencia de su trabajo vivo<br />
como valor dado a su persona, que<br />
sentirá tratada como desecho, objeto<br />
caído del discurso. La cosa se agrava a<br />
partir del momento en que se precipita a<br />
aceptar la propuesta del Big Boss de<br />
substituir al jefe inmediatamente<br />
superior a ella, que se acababa de<br />
suicidar. Pues no solo no obtiene, tras<br />
un año y medio, lo que esperaba a<br />
cambio – ser admitida como asociada,<br />
para al fin igualarse a los Unos que<br />
tenían ese status- sino que ni le suben el<br />
sueldo y encima se ha ganado la<br />
hostilidad de aquellos que antes habían<br />
sido sus iguales en el equipo. Pues eso sí,<br />
no todo en ella es sumisión, y como era<br />
jefe, desaparecía de vez en cuando del<br />
trabajo, tomándose cortas vacaciones,<br />
para practicar sus actividades favoritas: el<br />
ski y los deportes náuticos. Por una<br />
reorganización de la empresa la sacan de<br />
ese puesto de jefe- suplente y la mutan a<br />
una función en la que la potencia de su<br />
identificación fálica se quiebra, pues le<br />
falta el saber para realizarla, poniéndose<br />
en evidencia su incapacidad para<br />
satisfacer a los clientes como ella<br />
siempre había hecho. Nadie la ayuda en<br />
esa tesitura, pues los colegas expertos en<br />
el tema no están dispuestos a dedicar un<br />
poco de tiempo a responder a sus<br />
preguntas. Y por mucho que corra<br />
estudiando esos temas, no llega a tiempo<br />
y se angustia con cada nuevo dossier. Me<br />
recuerda al Conejo Blanco de Alicia en<br />
el País de las Maravillas, que mira su<br />
reloj de gentleman solo para lamentarse en<br />
su carrera, de que va perdiendo sus<br />
emblemas por el camino, de que se le<br />
hace tarde , y ¡ay! de él, le degollarán. A<br />
la vista del fracaso en ese puesto, el Big<br />
Boss le ofrece dedicarse a tareas de<br />
marketing, cosa que a ella la hunde<br />
durante un tiempo, pues eso sentencia<br />
definitivamente que la excluyen del<br />
status que corresponde a la carrera que<br />
Heteridade 7<br />
Internacional dos Fóruns-Escola de Psicanálise dos Fóruns do Campo Lacaniano 62