O TEMPO NA DIREÇÃO DO TRATAMENTO

cual resultó que no tenía nada, todo
terminó, no hablemos más de ello”
Freud lo señala como un fenómeno
muy especial: no saber nada de la cosa, ni
siquiera en el sentido de la represión.
Lo que es rehusado en el orden simbólico,
vuelve a surgir en lo real.
Este fenómeno alucinatorio nos habla
de la historia del sujeto en el orden
simbólico. Nos habla de un sujeto en relación
a la castración.
No hubo para él Bejahung, afirmación
del plano genital y la castración se manifiesta
en lo imaginario de la vivencia alucinatoria.
Tampoco hay otro a quién
contar la experiencia, ni rastros de emoción…
sólo la vivencia de un sentimiento
catastrófico. Tan sólo un mundo exterior
inmediato.
“El sujeto no es en absoluto psicótico.
Sólo tiene una alucinación. Podrá ser
psicótico más adelante, pero no lo es en
el momento en que tiene esa vivencia absolutamente
limitada, nodal, extraña a las
vivencias de su infancia, totalmente
desintegrada. En ese momento de su
infancia nada permite clasificarlo como
un esquizofrénico y, sin embargo, se trata
en efecto de un fenómeno de psicosis”.
El esquizofrénico se empeña en “reiterar
ese paso”, lo cual cae en saco roto
puesto que para él lo simbólico es real.
El Hombre de los Lobos, que al final de
su vida, todavía pintaba tarjetas postales
con la escena del sueño de los “lobos en
el nogal”. Quedó fijado en el instante de
ver, en “la alienación de su verdad” fantasmática.
La psicosis, escribe Freud,
“adquiere su fuerza de convicción de un
fragmento de verdad histórico vivencial
que se ubica en el lugar donde la realidad
es rechazada”
El esquizofrénico se siente víctima
pasiva de lo que le llega, como desde el
exterior, y esto por el defecto de la de
simbolización primordial que conmueve
todo el edificio subjetivo. Parafraseando
a Freud diremos: así como “la
inalterabilidad de lo reprimido que
permanece insensible al tiempo” -en las
neurosis- así también se constata, la
inalterabilidad de lo forcluído que
permanece insensible al tiempo – en las
psicosis. El Hombre de los Lobos,
nombre hecho de goce, no cesa de no escribirse,
de reiterarse, de sufrirse, de eternizarse
en el instante de ver de su fantasma
que anula el tiempo de comprender y
colapsa el momento de concluir. Toda
una vida indexada a la imposibilidad de la
subjetivación de la escena traumática.
El tiempo esquizofrénico es un
“tiempo sin Otro”, por lo tanto no es un
tiempo que se pierde o se apresure o se
procastine… Es un tiempo que no inca
sus raíces en el Otro del “tesoro
significante”, y que se traduce por la
infinitud de secuencias comenzadas “una
y otra” vez. Recuerdo un sujeto reducido
a la frase, frase repetida, mas no
interrumpida: “El gordo Mario se ha
comprado una moto…” Minutos, horas,
días, semanas, meses, años…la púa
rayada en el mismo disco, pero sin la
posibilidad de marcar jamás un surco
como un resto de inscripción. Esta frase
repetida es la garantía, el escaso
reaseguro de la realidad. Tiene que
asegurarse de esto a cada instante.
El significante en lo real de la esquizofrenia,
esa existencia en lo real, donde la
x del sujeto falta y, por ende, la función
de representación significante (S1-S2).
Sólo resta un enjambre de zumbidos
significantes (S1, S1, S1) que al no
representarlo, lo dejan librado a la tiranía
de la fragmentación y la esquicia de las
identidades, de los objetos, de los
tiempos… en un “más acá” de la
alienación a los significantes del Otro.
Un sujeto “fuera-del-inconsciente” está
“(…) preso de lo múltiple no
vectorializado, de cronologías ahistóricas
que yuxtaponen hechos y datos sin
ordenarlos” . Viene a mi memoria el caso
de un joven sujeto que en una de las
presentaciones de enfermos, en nuestro
Colegio Clínico en el norte de Argentina,
decía: “A mi hermano lo mataron de un
tiro en la cabeza, de allí yo me enloquecí,
fue cuando me internaron, yo no existía
todavía, no había nacido…”. La “muerte
del sujeto” estaba fechada antes de su
nacimiento. Una muerte resultante de la
no afirmación de la simbolización
primordial, preso de un “no” forclusivo,
Heteridade 7
Internacional dos Fóruns-Escola de Psicanálise dos Fóruns do Campo Lacaniano 216