O TEMPO NA DIREÇÃO DO TRATAMENTO

había intuido con su término:
asymptotisch.
En Schreber, varios momentos lógicos
y temporales:
Primero: no puede “ser el falo que le
falta a la madre” (“non” S=). Instante
de ver.
Segundo: “ser la mujer que le falta a los
hombres” y esto se expresa en la frase interrumpida
o fantasía pre-consciente:
Sería hermoso ser una mujer en momento
del acoplamiento. La pre-psicosis.
Pero, “ser la mujer que le falta a los
hombres” no es una solución, ya que no
hay significación fálica (), sino que hay
o. No hay para el sujeto Schreber el
“conjunto de los hombres”, entonces no
es suficiente ser la mujer de los hombres.
“Ser la puta de los hombres”, no cierra la
ecuación que no se produjo, no cierra
S=. Los hombres son tan improbables
como él mismo. Todos están
desprovistos de falo. Tiempo de
comprender.
Tercero: la Versöhnung (sacrificio). La
salida es el sacrificio: sufrir la
Ent’mann’ung - eviración, para luego
Ver’wei’blichung - transformación en
mujer. Necesita hacer el sacrificio de la
norma masculina, norma viril, de lo
norm-mâle (norma-macho). Momento
de concluir.
Una construcción de tal envergadura
no puede hacerse por fuera del tiempo, a
Paul Daniel Schreber le ha tomado toda
una vida y, sobre todo, varias escansiones
lógicas y temporales.
Lo que la Presentación de enfermos
nos enseña
Para concluir, brevemente un caso de
un sujeto paranoico en la Presentación
de enfermos de nuestro Colegio Clínico:
La ausencia del significante primordial
del Nombre-del-padre lo constatamos en
M.: “sin nadie que me diga qué hacer o
me lleve de la mano”. Un sujeto que define
su infancia como “muy feliz”. Una
infancia sin conflictos, podemos agregar:
sin indicadores de neurosis infantil. Un
niño: “infantil, chiquilín, inocente, ingenuo…”.
Un niño muy alejado del “perverso
polimorfo” freudiano.
Esto es claro en M. donde su mundo
se ordena alrededor de varios
significantes: “ser contador”, “ser jefe”,
“denunciar las estafas”. Su dimensión
ética frente al mundo corrupto. El rigor y
la dignidad del sujeto psicótico.
En dos momentos de su vida – dos escenas
- aprendió la lección del otro, dos
momentos de alienación, pero sin apropiarse
del discurso, sin incluirse en él:
-“Unos minutos en el calabozo bastó
para que aprendiera la lección…” y a
no escaparse jamás de la escuela.
“A los 16 años, todo se tergiversó, maduré
de golpe. Era ingenuo hasta ese entonces
en lo sexual, porque mi padre no
me comentó nada, y empecé a desarrollar
mi curiosidad. Un profesor de anatomía,
me enseño sobre la sexualidad femenina
y masculina, y me llevo a la madurez
humana…” Una lección de anatomía le
indicó el camino de la diferencia sexual.
La psicosis nos presenta un sujeto no
inscripto en la función fálica. Un sujeto
que mira la vida, desde afuera, sin incluirse:
“el río en el que se bañaban los
corpulentos, yo no era así, prefería lo intelectual”.
Su lógica sexuada es: “Todos
fálicos corpulentos”. Pero, él no está incluido
en el universo fálico de “todos los
hombres corpulentos” y se inscribe en la
excepción, M. hace excepción al
universal fálico. Más bien se ubica en lo
que hace rasgo diferencial. M. no pudo,
por incidencia de la forclusión,
inscribirse en la función fálica, que regula
el goce del órgano.
Su “letra” es un “no a leer”. Un estudiante
“normal”, que “estudia y estudia y
estudia…”. M. es un sujeto “normal”,
pero no es “norm-mâle” (norma-macho).
No está regido por la norma, que hace al
macho. Se incluye, más bien, dentro del
universo de los que tienen “capacidades
diferentes”, pero vive en un mundo que
no encaja. Es muy significativa la frase
que denuncia su posición ética: “si todos
respetaran a los otros, todo el mundo
sería mejor”. ¡Cierto! Pero, es justamente
esto, lo que lo deja por fuera: “el soltero
que sigo siéndolo”. Es más, cuando se
Heteridade 7
Internacional dos Fóruns-Escola de Psicanálise dos Fóruns do Campo Lacaniano 218