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IMPA 50 Anos

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DEPOIMENTOROBERTO MARKARIANRecomencé mi actividad matemática después de 1983, realizando mis estudios de Bacharelado y Mestradoen la UFRGS, Porto Alegre; tenía entonces 36 años y hacía más de 10 que no estudiaba matemática.Cuando ya tenía avanzados mis trabajos de tesis de Maestría bajo la orientación de Artur Lopes, sobreideas propuestas por Jorge Lewowicz, fui invitado a exponerlos en <strong>IMPA</strong> en 1986. Esa fue mi primeraestadía de trabajo allí y conocí a parte del personal superior de <strong>IMPA</strong> que incluía a Jacob Palis, ElonLima, Manfredo do Carmo, Ricardo Mañé, César Camacho, Welington de Melo, Paulo Sad, y muchosotros. Tengo los mejores recuerdos de mis primeras conversaciones con todos ustedes, de las entrevistascon Lindolpho, entonces Director, que gustaba reunirse con los nuevos estudiantes que llegaban a<strong>IMPA</strong>. Y tengo particularmente grabada en mi frágil memoria la conversación que tuve con Jacob, enque me invitaba a continuar mis estudios de Doctorado en <strong>IMPA</strong>, cuando pudiese. Palabras más, palabrasmenos me dijo Jacob: “tu actividad de dirección universitaria sólo es posible si haces una buenaactividad académica”. Este impulso a reencontrarme con la matemática a sus mejores niveles llegó en elmomento preciso y me dio fuerza moral e intelectual para realizar una tarea que resultaba complicadaa mi edad y situaciones familiar y profesional.Entre 1988 y 1990 realicé mis estudios de Doctorado; tuve como compañeros de generación a estudiantesmucho más jóvenes: Marcelo Viana, Lorenzo Díaz, Miguel Paternain, Gonzalo Contreras, para referirmea quienes recuerdo de inmediato en estas notas escritas rápidamente y sin recurrir a documentación. Enaquellos años de <strong>IMPA</strong> conocí a Ya. G. Sinai, a J.-C. Yoccoz, a F. Ledrappier, a J. Moser, a G. Benettin,cuyas conversaciones orientaron entonces mi gusto por la matemática, por sus problemas, por sus dificultades.El hecho de que no nombre otras personas igualmente relevantes, ni a otros matemáticosuruguayos que influyeron de manera aún más importante en mi vida, obedece solamente a mantener lafrescura que yo interpreto se nos pide en la convocatoria a la que responde este escrito. La influencia del<strong>IMPA</strong>, de su ambiente, de su gente, en mi formación y trayectoria profesional es inmensa. No sería quien299

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