09.05.2013 Views

Zygmunt Bauman La cultura como praxis

Zygmunt Bauman La cultura como praxis

Zygmunt Bauman La cultura como praxis

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

22 LA CULTURA COMO PRAXIS INTRODUCCIÓN 23<br />

utilidad de concebir ei hábitat humano <strong>como</strong> ei «mundo de Ia<br />

<strong>cultura</strong>» es Ia ambivalência entre «creatividad» y «regulación<br />

normativa». Ambas ideas no se pueden separar, sino que están<br />

presentes en Ia idea compuesta de <strong>cultura</strong>, y así deben<br />

permanecer. <strong>La</strong> «<strong>cultura</strong>» se refiere tanto a Ia invención corno<br />

a Ia preservación, a Ia discontinuidad <strong>como</strong> a Ia continuidad, a<br />

Ia novedad <strong>como</strong> a Ia tradición, a Ia rutina <strong>como</strong> a Ia ruptura<br />

de modelos, ai seguimiento de Ias normas <strong>como</strong> a su superación,<br />

a Io único <strong>como</strong> a Io corriente, ai cambio <strong>como</strong> a Ia monotonia<br />

de Ia reproducción, a Io inesperado <strong>como</strong> a Io predecible.<br />

<strong>La</strong> ambivalência nuclear dei concepto de «<strong>cultura</strong>» refleja<br />

Ia ambivalência de Ia idea de orden construído, Ia piedra angular<br />

de Ia existência moderna. El orden levantado por ei hombre<br />

es ímpensable sin Ia libertad humana para elegir, Ia capacidad<br />

humana para elevarse imaginativamente por encima de Ia realidad,<br />

para soportar y contestar sus presiones. Sin embargo, inseparable<br />

de Ia idea de un orden erigido por ei hombre se halla<br />

ei postulado según ei cual Ia libertad debe desembocar ai final<br />

en ei establecimiento de una realidad que no requiera su ejercicio,<br />

es decir, Ia libertad se despliega y desarrolla ai servido de<br />

su propia anulación.<br />

Esa contradicción lógica en Ia idea de construcción de orden<br />

es, a su vez, ei reflejo de Ia genuína contradicción social<br />

constituída a partir de Ia práctica constructora de orden.<br />

El «orden» se opone ai azar. Supone Ia reducción progresiva<br />

dei espectro de posibilidades. Una secuencia temporal es<br />

«ordenada» y no azarosa cuando no todo puede ocurrir o, ai<br />

menos, cuando no todo es igualmente probable. En otras palabras,<br />

«producir orden» significa manipular Ias probabilidades<br />

de los acontecimientos. Si Io que se debe ordenar es un conjunto<br />

de seres humanos, Ia tarea consiste en incrementar Ia probabilidad<br />

de que se den ciertas pautas de conducta mientras Ias<br />

de otras se reducen o eliminan. Esa tarea implica dos requisi-<br />

tos: primero, se tiene que determinar una distribución óptima<br />

de Ias probabilidades; segundo, se tiene que asegurar Ia obediência<br />

a Ias preferencias elegidas. El primer requisito apela a<br />

Ia libertad de elección, ei segundo significa Ia limitación de Ias<br />

elecciones, si no su total eliminación.<br />

Ambos requisitos se han proyectado sobre Ia imagen de Ia<br />

<strong>cultura</strong>. Un único concepto debe subsumir, conciliar, superar y<br />

obliterar Ia oposición genuina entre Ias condiciones de legislar<br />

o ser legislado, de gestionar o ser gestionado, de poner Ias regias<br />

o seguirias (una oposición asentada en divisiones sociales<br />

de roles y potenciales de acción igualmente genuínas): un proyecto<br />

con poças probabilidades de ser completado con êxito<br />

algún dia.<br />

<strong>La</strong> idea de <strong>cultura</strong> fue una invención histórica impulsada<br />

por Ia necesidad de asimilar intelectualmente una indudable<br />

experiência histórica. Y sin embargo, Ia idea por si misma no<br />

podia capturar esa experiência si no era en términos suprahistóricos,<br />

en términos de Ia condición humana <strong>como</strong> tal. <strong>La</strong> idea<br />

de <strong>cultura</strong>, en tanto que propiedad universal de todas Ias formas<br />

de vida humana, elevaba ai rango de paradoja existencial<br />

de Ia humanidad Ias complejidades que se revelaban ai lidiar<br />

con una tarea de construcción de orden historicamente determinada<br />

(Gadamer apuntaba que ninguna determinación conseguia<br />

imponerse a menos que se reconociera <strong>como</strong> tal).<br />

Tal <strong>como</strong> nos recuerda Paul Ricoeur, Ia «paradoja» comparte<br />

con Ia «antinomia» ei hecho de no poder ser resueltas: en<br />

ambos casos, «dos proposiciones resisten ser refutadas con Ia<br />

misma fuerza, con Io que solo se Ias puede aceptar o rechazar<br />

conjuntamente». Sin embargo, Ia paradoja difiere de Ia antinomia<br />

en que, en su caso, Ias dos tesis en cuestión se basan en ei<br />

mismo universo discursivo. En este sentido, se puede hablar de<br />

Ia incurable condición paradójica de Ia idea de <strong>cultura</strong>, tal <strong>como</strong><br />

se conformo en ei umbral de Ia era moderna porque, aunque<br />

proyectada sobre Ia condición humana de todos los tiempos,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!