Zygmunt Bauman La cultura como praxis
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118 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />
fines de clase, parece haber desbordado su aplicación exclusiva<br />
a la sociedad aristocrática. No se aplica a muchos ideales<br />
<strong>cultura</strong>les, y a ninguno en su fase disidente y militante; sin embargo,<br />
es muy probable que la habilitación sea el ineludible<br />
destino último de todas los ideales jerárquicos de <strong>cultura</strong> históricamente<br />
conocidos que acaban por triunfar.<br />
LA CULTURA COMO CONCEPTO DIFERENCIAL<br />
En su segunda acepción, la palabra «<strong>cultura</strong>» se emplea para<br />
dar cuenta de diferencias aparentes entre comunidades de<br />
gentes (temporal, ecológica o socialmente discriminables, diferenciables).<br />
Esta utilización ubica el concepto diferencial de<br />
<strong>cultura</strong> entre numerosos «conceptos residuales», ideados frecuentemente<br />
en el ámbito de las ciencias sociales para explicar<br />
el sedimento de idiosincrasias desviadas que no resultan explicables<br />
a través de aquellas regularidades juzgadas <strong>como</strong> universales<br />
y omnipotentes (comparte, pues, la función con las<br />
ideas, la tradición, la experiencia vital, etc.).<br />
Los apuntes anteriores se refieren plenamente (quizás únicamente)<br />
a la aplicación moderna de la concepción diferencial,<br />
aunque la concepción misma no sea del todo desconocida entre<br />
los antiguos. Los griegos se encontraron con «otros pueblos» y<br />
eran conmovedoramente conscientes de su propio carácter distintivo.<br />
En realidad, desarrollaron una inclinación única a registrar<br />
conscientemente las desconcertantes diferencias de hábitos<br />
que otros pueblos manifestaban respecto a los que les<br />
eran propios. Además, veían precisamente estas distinciones<br />
<strong>como</strong> curiosas desviaciones del patrón normal: clarividentes descripciones<br />
de Herodoto de los habitantes del Cáucaso, de los<br />
egipcios, de los escitas, de los babilonios o de otros muchos<br />
«extraños» se construyen sobre oraciones que muchas veces se<br />
inician con la frases «ellos no» o «al revés que nosotros». 29 El<br />
r<br />
L<br />
LA CULTURA COMO CONCEPTO 119<br />
mundo de los griegos se dividía nítidamente entre el núcleo heleno<br />
y una especie de funda uniformemente bárbara. Filosóficamente,<br />
la reconciliación entre las premisas de los parámetros<br />
preformados de la verdad, la belleza y la justicia moral, por un<br />
lado, y la variabilidad de estilos de vida aceptados por pueblos<br />
diversos, por el otro, debió de producir obstáculos insuperables.<br />
No obstante, parece que los griegos nunca llegaron a abordar<br />
la cuestión desde un punto de vista teorético: clasificar indiscriminadamente<br />
las diferencias explícitas <strong>como</strong> curiosidades<br />
foráneas se puede contemplar <strong>como</strong> una forma de rodear el problema<br />
más que de intentar solucionarlo.<br />
Probablemente, lo que evitó que los pensadores griegos<br />
utilizasen la palabra «<strong>cultura</strong>» en plural, al margen del contenido<br />
que le atribuyesen, fue su postulado incuestionable sobre<br />
la naturaleza básicamente innata de los modos de vida, lo que<br />
concedía un papel menor a los procesos educativos. El educador<br />
era <strong>como</strong> una comadrona que facilitaba el parto, la aparición<br />
de un producto, no su creación. Fueran las que fuesen sus<br />
virtudes, el inconformismo y el rechazo de las situaciones establecidas<br />
no se encontraban entre ellas. Probablemente se podría<br />
interpretar esta aceptación asumida de la unidad armoniosa<br />
entre el proceso activo de crecimiento o perfeccionamiento<br />
individual y la existencia de parámetros supuestamente inmutables<br />
e imposibles de manipular <strong>como</strong> una reflexión filosófica<br />
nacida en el seno de una comunidad <strong>cultura</strong>lmente uniforme<br />
y estrechamente entrelazada. Sin embargo, y a pesar de<br />
que se detesten esta clase de burdas explicaciones sociológicas,<br />
parece haber una base sólida sobre la que defender el rol<br />
epistemológicamente restrictivo de una integración social muy<br />
desarrollada. Toparse con diferencias <strong>cultura</strong>les no quiere decir<br />
forzosamente que se perciban <strong>como</strong> tales; y percibirlas no<br />
implica conferir automáticamente un estatus existencial equivalente<br />
a los diversos estilos de vida contradictorios. 30 <strong>La</strong> idea<br />
de la relatividad de los parámetros <strong>cultura</strong>les sólo se concibió