Zygmunt Bauman La cultura como praxis
Zygmunt Bauman La cultura como praxis
Zygmunt Bauman La cultura como praxis
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
102 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />
Debido a circunstancias históricas no demasiado relevantes<br />
para nuestro tema, se ha incorporado el vocablo «<strong>cultura</strong>» a<br />
tres univers du discours separados. En cada uno de los tres contextos,<br />
la palabra ordena un campo semántico diferente, señala<br />
y denota clases de objetos diferentes, pone de relieve aspectos<br />
diferentes de los miembros de dichas clases, así <strong>como</strong> sugiere<br />
series diferentes de cuestiones cognitivas y de estrategias de<br />
investigación. Todo lo cual quiere decir que, en cada caso, el<br />
término connota un concepto diferente, a pesar de mantener<br />
intacta su forma. Hay una palabra, pero tres conceptos separados.<br />
Naturalmente se pueden distinguir numerosos puntos tangenciales<br />
comunes a los tres campos. Incluso, quizá se podría<br />
intentar menospreciar o rebajar las apariencias más conspicuas<br />
y aparentemente inamovibles, pasándolas a considerar <strong>como</strong><br />
controversias marginales y temporales que sería mejor eliminar<br />
en aras de la «claridad conceptual» o de «la lucha contra la ambigüedad<br />
terminológica». Pero antes de hacer esto, se debería<br />
estar seguro de que el esfuerzo vale la pena. De hecho, lo más<br />
probable es que no.<br />
Una de las premisas de este estudio es que lo que resulta diferente<br />
entre los tres conceptos de <strong>cultura</strong> coexistentes (y lo<br />
que está determinado por las divergencias entre sus respectivos<br />
campos semánticos, de ninguna manera secundarias o puramente<br />
contingentes) es exactamente la parte más cognitivamente<br />
rica, fructífera y académicamente estimulante de su contenido.<br />
Tres cuestiones que modelan sus subordinados univers du<br />
discours y son igualmente legítimas y significativas. Sería mejor<br />
que explotásemos las inmensas oportunidades cognitivas derivadas<br />
de su especificidad que forzarnos a emprender una empresa<br />
mucho más desagradecida para conseguir una simetría<br />
entre un concepto y una palabra. En este estudio trataré de<br />
mostrar que el precio que hay que pagar por este último enfoque<br />
unificador sería demasiado alto para justificarlo con facilidad<br />
mediante una satisfacción predominantemente estética. El<br />
r<br />
V<br />
LA CULTURA COMO CONCEPTO 103<br />
punto crucial no es si las tres nociones se pueden reducir a un<br />
solo común denominador, sino si semejante reducción es verdaderamente<br />
deseable.<br />
LA CULTURA COMO CONCEPTO JERÁRQUICO<br />
Este uso de la palabra «<strong>cultura</strong>» se encuentra tan profundamente<br />
engranado en el estrato precientífico común de la<br />
mentalidad occidental que todo el mundo lo conoce bien gracias<br />
simplemente a su experiencia cotidiana, aunque dicho conocimiento<br />
pueda ser a veces inconsciente. Amonestamos a alguien<br />
que no ha podido adecuarse a los parámetros del grupo<br />
debido a su «falta de <strong>cultura</strong>». Insistimos repetidamente en<br />
que la «transmisión de la <strong>cultura</strong>» es la función principal de las<br />
instituciones educativas. Tendemos a calificar a las personas<br />
con las que tenemos contacto en función del nivel de su <strong>cultura</strong>.<br />
Si etiquetamos a alguien <strong>como</strong> una «persona con <strong>cultura</strong>»,<br />
habitualmente queremos decir que esta bien educada, formada,<br />
urbanizada, enriquecida o ennoblecida por encima de su<br />
estado «natural». Tácitamente, asumimos que hay otros que no<br />
poseen semejantes atributos. <strong>La</strong> persona «cultivada», «con <strong>cultura</strong>»,<br />
es el antónimo de la persona «sin cultivar», es decir, «sin<br />
<strong>cultura</strong>».<br />
Se necesita partir de varias premisas para explicar la noción<br />
jerárquica de <strong>cultura</strong>.<br />
1. Heredada o adquirida, la <strong>cultura</strong> es una parte separada<br />
del ser humano, una posesión. Aunque, ciertamente, una posesión<br />
de un tipo muy peculiar: comparte con la personalidad la<br />
cualidad única de ser al mismo tiempo una «esencia» definitoria<br />
y un «rasgo existencial» descriptivo de las criaturas humanas.<br />
Desde que los poetas líricos de la Grecia del siglo vil a.C.<br />
descubrieron la discordia entre deseo y deber, entre deber y