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Zygmunt Bauman La cultura como praxis

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120 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />

históricamente cuando la floreciente estructura social moderna<br />

ya había socavado la anterior unidad entre individuo y comunidad.<br />

El legado de una visión jerárquica y absoluta de la <strong>cultura</strong> por<br />

parte de los griegos continuaba cautivando las mentes europeas<br />

aun después de que Locke, en 1690, redactase la lista completa<br />

de ingredientes intelectuales exigidos por la concepción diferencial.<br />

En 1750, Turgot, en sintonía con el ambiente intelectual<br />

dominante, trató de escapar del impasse filosófico suministrando<br />

un valor universal a la concepción jerárquica de <strong>cultura</strong> (explícitamente<br />

a escala humana): «<strong>La</strong>s disposiciones primitivas<br />

son igualmente activas entre los pueblos bárbaros y los civilizados.<br />

[...] <strong>La</strong>s oportunidades de recibir educación, así <strong>como</strong><br />

otras circunstancias, o bien las desarrollan o bien las dejan enterradas<br />

en la oscuridad». 31 Pero, para aquel entonces, la revolución<br />

de Locke ya estaba en marcha. Ya se había formulado la<br />

pregunta devastadora: «¿Dónde está esta verdad práctica que se<br />

revive umversalmente sin dudas ni preguntas, tal <strong>como</strong> ocurriría<br />

si fuese innata?». 32 <strong>La</strong> llave mágica del «gabinete vacío» había<br />

abierto los hasta entonces irrompibles grilletes.<br />

Es cierto que Locke extrajo sus principales argumentos<br />

contra las ideas innatas de datos etnográficos, por escasos y<br />

erróneos que fueran en aquella época. Pero sería ingenuo creer<br />

que las conclusiones de Locke se hallaban intrínsecamente en<br />

la diversidad misma del género humano, esperando la apropiada<br />

mente inquisitiva que las expondría a la vista y aceptación<br />

de todo el mundo. Los diferentes conceptos de <strong>cultura</strong>, <strong>como</strong><br />

otros muchos conceptos, son marcos intelectuales impuestos<br />

sobre el cuerpo de experiencias humanas registradas y acumuladas.<br />

Son aspectos de la práctica social humana; <strong>como</strong> en otras<br />

totalidades sistémicas, su cohesión global no tiene por qué perderse<br />

cuando alguno de sus fragmentos se separa. De hecho,<br />

los conceptos se enclaustran en la totalidad de la práctica humana,<br />

pero no siempre se vinculan íntimamente a aquellos ele-<br />

r<br />

LA CULTURA COMO CONCEPTO 121<br />

mentos de la experiencia a los cuales se adscriben semánticamente.<br />

A menudo, su asociación con sus referentes semánticos<br />

registra y encierra cierta arbitrariedad humana activa, aunque<br />

genéticamente suelen arraigar profundamente, y no tan arbitrariamente,<br />

en la organización históricamente determinada de<br />

la propia condición humana, la parte más sentida y vivida de la<br />

existencia humana. Naturalmente, las relaciones son mucho<br />

más complicadas de lo que hemos podido resumir: cualquier<br />

elemento puede provocar muchas retroalimentaciones y efectos<br />

de tipo contragolpe sobre la totalidad de la práctica. Con<br />

seguridad, volveremos sobre este tema en su momento; nos hemos<br />

acercado a él a estas alturas únicamente para explicar por<br />

qué nos inclinamos a rastrear la explicación del descubrimiento<br />

de Locke en los cambios estructurales que había experimentado<br />

la sociedad inglesa del siglo xvn, en lugar de hacerlo en<br />

las exploraciones de nuevos continentes, protagonizadas por<br />

poco convencionales comerciantes, santos y piratas. Los estilos<br />

alternativos de vida tenían que ganar un estatus legítimo en el<br />

interior de una comunidad unificada por una única fuente de<br />

legitimidad para hacer posible la abrogación de un sistema social<br />

absoluto y sin rivales, con su imagen sagrada y sus parámetros<br />

absolutos de moralidad, belleza y decencia.<br />

Desde el momento en que el concepto diferencial de <strong>cultura</strong><br />

surgió de las cenizas de su predecesor, absoluto y jerárquico,<br />

se vio impelido por varias premisas tácitas (y, a veces, expresas)<br />

que iban a continuar siendo sus inseparables atributos durante<br />

toda su historia.<br />

1. Con diferencia, la premisa más importante e influyente<br />

es la creencia de Locke, que, reformulada en una versión más<br />

moderada, nos dice que los seres humanos no están totalmente<br />

determinados por su genotipo; por rico que sea el equipamiento<br />

innato del ser humano, no deja en absoluto preparados a los<br />

humanos para el modo de vida que les es característico. Se de-

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