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Zygmunt Bauman La cultura como praxis

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242 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />

tremismo de Saussure fue Émile Benveniste: «Entre el significante<br />

y el significado, el vínculo no es arbitrario, al revés, es necesario.<br />

[...] Ambos se han impreso juntos en mi espíritu y juntos<br />

se evocan en toda circunstancia». 77 Román Jakobson esgrime<br />

la misma argumentación hoy en día. <strong>La</strong> esencia de dicha argumentación<br />

es el lazo íntimo que une un «pensamiento» o una<br />

«idea», por un lado, y un ensamblado de fonemas a través de los<br />

cuales se expresa dicha idea, por el otro. <strong>La</strong> emisión de sonidos<br />

concretos evoca una idea determinada si se descifra correctamente,<br />

y esta idea no puede existir si no es en su forma expresiva<br />

aceptada: el «significante» media y culmina su existencia.<br />

Por controvertida que haya resultado la cuestión en el campo<br />

de la lingüística, no hay duda de que, en los fenómenos socio<strong>cultura</strong>les,<br />

los «signos <strong>cultura</strong>les» y sus correspondientes relaciones<br />

sociales se motivan recíprocamente en muchos casos y<br />

no arbitrariamente. Naturalmente, sus relaciones mutuas asumen<br />

todas las gamas del espectro, desde las accidentalmente<br />

genéticas hasta aquellas que se entretejen hasta el punto de la<br />

identidad. Pero la frecuencia de relaciones cercanas al segundo<br />

extremo del continuum ha provocado que las fronteras de la<br />

sociología y de la «culturología» (sea cual sea su nombre institucional)<br />

se crucen innumerables veces y, lo que es peor, ha incitado<br />

muchos esfuerzos malgastados en el falso dilema acerca<br />

de si la identidad última de la sociedad es <strong>cultura</strong>l o social. De<br />

hecho, todos los fenómenos de la vida humana parecen socio<strong>cultura</strong>les<br />

en el sentido de Benveniste o de Jakobson: la red de<br />

dependencias sociales llamada «estructura social» es inimaginable<br />

en ninguna forma que no sea <strong>cultura</strong>l, al mismo tiempo<br />

que buena parte de la realidad empírica de la <strong>cultura</strong> señala y<br />

posibilita la existencia del orden social consumado por las limitaciones<br />

establecidas. El afamado principio de Ungeheuer,<br />

«In "Kanal" fliessen nur Zeichenkorper» es obviamente intrascendente<br />

en el caso de la comunicación en un sentido amplio, en<br />

ese sentido que da cuenta de la abrumadora mayoría de los fe-<br />

LA CULTURA COMO ESTRUCTURA 243<br />

0ómenos socio<strong>cultura</strong>les. Al elegir una pauta <strong>cultura</strong>l concreta,<br />

creamos una red de dependencias en el sector de una acción<br />

social dada, que se puede generalizar en un modelo total de la<br />

estructura social. Y no tenemos otra manera de llegar a algo<br />

generalizable en este concepto, el de la estructura social, que<br />

no sea la que hacen posible los recursos accesibles de los patrones<br />

<strong>cultura</strong>les. <strong>La</strong> estructura social existe a través del proceso<br />

perpetuo de <strong>praxis</strong> social y esta particular clase de existencia<br />

resulta posible gracias al hecho de que una cantidad limitada<br />

de patrones <strong>cultura</strong>les modela la <strong>praxis</strong>.<br />

Si se me pidiese sintetizar el «programa estructuralista» en<br />

una frase breve, señalaría la intención de superar la notoria<br />

dualidad del análisis sociológico, evitando al mismo tiempo la<br />

tentación de deslizarse hacia una de sus dos alternativas extremistas.<br />

Recientemente, ha habido intentos de adaptar el método<br />

estructuralista a lenguajes espiritualistas tradicionales a través<br />

del dispositivo único de postular el reino del «significado»,<br />

interpretado desde una perspectiva mentalista, <strong>como</strong> el campo<br />

semántico de los signos <strong>cultura</strong>les. Estoy convencido de que la<br />

promesa estructuralista sólo puede pasar de posibilidad a realidad<br />

si se entiende que en el mundo de las relaciones humanas<br />

la estructura social asume el papel que el campo semiótico desempeña<br />

en el análisis lingüístico.

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