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Zygmunt Bauman La cultura como praxis

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262 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />

do, a su vez, lejos de ser reducible a una especie de estado mental<br />

o subjetivo, existe gracias a «un acto de recortar simultáneamente<br />

dos masas amorfas»; el significado, en palabras de Barthes,<br />

es «un orden con un caos a cada lado, pero un orden que<br />

es fundamentalmente una división»; «el significado es sobre todo<br />

un recorte de formas». 19 Luis J. Prieto diría que los significados<br />

emanan «gracias a las correspondencias que hay entre las<br />

divisiones de un universo discursivo y las de otro», y que es un<br />

acto de indicación el que crea el universo discursivo, es decir,<br />

una acto que escinde un dominio entre una clase y su complementaria<br />

en negativo. 20 Contemplada a través de sus rasgos más<br />

universales y generales, la <strong>praxis</strong> humana consiste en convertir<br />

el caos en orden o en sustituir un orden por otro, entendiendo<br />

por orden un sinónimo de inteligible y significativo. Desde una<br />

perspectiva semiótica, «significado» quiere decir orden y sólo<br />

orden; se separa de la actuación de los actores, individuales o<br />

colectivos, tanto si lo interpretamos desde un punto de vista<br />

mentalista <strong>como</strong> si lo hacemos desde una perspectiva conductista,<br />

entendiéndolo <strong>como</strong> un conjunto de mecanismos reactivos.<br />

Ya no depende de que dé lugar a una idea asociada con el<br />

signo, tal <strong>como</strong> ocurría en el enfoque de C. K. Ogden e I. A.<br />

Richards; tampoco es una pauta de estimulación que suscita<br />

reacciones por parte de un organismo, tal <strong>como</strong> lo veían Charles<br />

E. Osgood o Charles Morris. Lo que posibilita estos dos<br />

efectos derivados es, más bien, una organización <strong>cultura</strong>l del<br />

universo humano.<br />

En este sentido, la voluminosa, inmensa, creación de Claude<br />

Lévi-Strauss se puede ver <strong>como</strong> una búsqueda tortuosa de<br />

la reglas generadoras del orden. Por importante que pueda<br />

ser filosóficamente, el tema controvertido del estatus existencial<br />

de estas reglas no tiene mayor trascendencia en el estudio<br />

de la metodología de la <strong>praxis</strong> humana, de la misma manera<br />

que la naturaleza existencial del lenguaje en tanto que sistema<br />

es irrelevante para el estudio de su estructura. Para evitar que<br />

T<br />

LA CULTURA COMO PRAXIS 263<br />

estériles riñas ontológicas consuman lo mejor de nuestros esfuerzos<br />

en el estudio de la estructura, haríamos bien en tratar<br />

superficial o metafóricamente las continuas referencias al «espíritu»<br />

o al «inconsciente» en los escritos de Lévi-Strauss. Si<br />

dejamos en suspenso la cuestión ontológica, se abre una perspectiva<br />

virtualmente ilimitada sobre la <strong>praxis</strong> humana, a partir<br />

de la afirmación fundamental según la cual «entre todas las<br />

formas» de <strong>cultura</strong> «hay una diferencia de grado, no de naturaleza,<br />

de generalidad y no de especie. Para comprender su base<br />

común, hay que dirigirse hacia ciertas estructuras fundamentales<br />

del espíritu humano, más que a esta o a aquella región privilegiada<br />

del mundo o a un período concreto de la historia de<br />

la civilización». 21<br />

LO CULTURAL Y LO NATURAL<br />

Tal vez fuese esta búsqueda de la universalidad la que incitó<br />

a Lévi-Strauss a comenzar su exploración antropológica por<br />

la prohibición del incesto. Y no tanto porque esta prohibición<br />

perteneciera a los ejemplos más obvios de «universales» en el<br />

sentido de Murdock, es decir, en razón de su presencia en todas<br />

las comunidades <strong>cultura</strong>les conocidas, sino porque constituye<br />

el acto más elemental de independencia de la <strong>cultura</strong> respecto<br />

a la Naturaleza, el paso más cargado de consecuencias en<br />

la marcha desde el universo gobernado únicamente por leyes<br />

naturales hasta el reino humano, en el cual, un nuevo orden,<br />

hasta entonces ausente, se impondría sobre el monopolio previo<br />

del orden natural. 22<br />

Abordada de la manera más general, la prohibición del incesto<br />

expresa el paso del hecho natural de la consanguinidad al<br />

hecho <strong>cultura</strong>l de la alianza. [...] Considerada concretamente en<br />

su cariz prohibitivo, la prohibición del incesto se limita a afirmar,

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