09.05.2013 Views

Zygmunt Bauman La cultura como praxis

Zygmunt Bauman La cultura como praxis

Zygmunt Bauman La cultura como praxis

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

274 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />

necen <strong>como</strong> extraños impenetrables, incomprensibles, siniestros.<br />

<strong>La</strong>s fronteras del «grupo de nosotros», la verdad articulada<br />

al menos desde Sumner, delinean la frontera de nuestra seguridad<br />

intelectual y emocional y nos proporcionan el marco<br />

donde fijar nuestras lealtades, derechos y deberes. Aquí dentro,<br />

el orden es conocido, predecible, manejable. Allí fuera, todo es<br />

oscuridad e incertidumbre. Aun así, sólo con que las fronteras<br />

entre «aquí» y «allí» estén marcadas claramente, sin posibilidad<br />

de error, el «grupo de nosotros» se las puede arreglar bastante<br />

bien, incluso en la vecindad de «ellos». De hecho, el grupo<br />

«los» habría inventado si «ellos» no hubieran existido antes.<br />

Cualquier «grupo de nosotros» necesita sus propios «ellos», en<br />

tanto que complemento indispensable y dispositivo de autodefinición.<br />

Luego, «ellos» son útiles a su peculiar manera, funcionales<br />

y, por lo tanto, tolerables, si no deseables. Sin embargo,<br />

no se puede concebir ningún uso benéfico para el «grupo<br />

de nosotros» de los «foráneos interiores», aquellos marginales<br />

que no pertenecen a ningún lugar.<br />

lan Hogbin nos habla de un tendero busama, Yakob, que<br />

se imaginaba a sí mismo <strong>como</strong> un hombre de negocios respetable,<br />

similar a los europeos, pese a permanecer en su pueblo nativo:<br />

31<br />

<strong>La</strong> gente lo desaprobaba con tanta fuerza que siempre me regañaban<br />

por hablar con él. Nunca se indignaban si pasaba una o<br />

dos horas tratando con animales, pero solían criticarme severamente<br />

cuando le compraba un paquete de cigarrillos. «Es un negro<br />

que quiere comportarse <strong>como</strong> si fuera blanco y no deberías<br />

animarlo», me solían decir.<br />

En una <strong>cultura</strong> totalmente distinta, la de Estados Unidos<br />

en tiempos del maccarthismo, un profesor universitario, Morton<br />

Grodzins, explicó en detalle la vileza abyecta de los Yacobs<br />

políticos, los desleales: 32<br />

T<br />

1<br />

LA CULTURA COMO PRAXIS 275<br />

<strong>La</strong>s lealtades proporcionan [al individuo] una porción del<br />

marco en el cual organizar su experiencia. En ausencia de tal marco,<br />

no podría establecer respuestas fáciles, habituales. Se enfrentaría<br />

a la inacabable y desesperadamente complicada tarea de tomar<br />

decisiones nuevas en cada momento de la vida. Pronto degeneraría<br />

en incoherencias salvajes y azarosas o en un perturbador estado<br />

de confusión e indecisión, condiciones que se funden en la locura.<br />

Los nombres asignados a los marginales fluctúan de una época<br />

a otra, de una sociedad a otra, y reflejan selecciones históricas<br />

de conceptos e imágenes típicos de un código <strong>cultura</strong>l dado en<br />

un momento determinado. A veces se etiqueta <strong>como</strong> brujas o hechiceros<br />

a la gente señalada <strong>como</strong> ambigua y, en consecuencia,<br />

marginal: «<strong>La</strong>s brujas y sus acusadores —escribió Philip Mayer—<br />

son individuos que se deberían gustar mutuamente, pero que, de<br />

hecho, no lo hacen. [...] <strong>La</strong> bruja es esencialmente un enemigo<br />

escondido, pero un amigo aparente». Y lo más importante: «<strong>La</strong>s<br />

brujas se vuelven contra sus propios vecinos y parientes; no dañan<br />

a los extranjeros o a las gentes de fuera», 33 aunque, curiosamente,<br />

se cree que las brujas están llenas de un poder maléfico<br />

que emana espontánea y ciegamente en derredor. En el marco de<br />

la cosmología aceptada, el «chivo expiatorio», que Kenneth<br />

Burke considera un factor concomitante indispensable para la<br />

cohesión social, 34 se materializaba en la imagen de las brujas. <strong>La</strong><br />

cosmología sólo suministraba, de todos modos, los vehículos verbales<br />

para la operación de una regla que trascendía todas las ideologías<br />

específicas. Tal <strong>como</strong> lo expresó Aldous Huxley: 35<br />

En la cristiandad medieval y del principio de la Edad Moderna,<br />

la situación de los hechiceros y sus clientes era casi completamente<br />

análoga a la de los judíos bajo Hitler, los capitalistas<br />

con Stalin, los comunistas y compañeros de viajes en Estados<br />

Unidos. Se los consideraba <strong>como</strong> agentes de un Poder Extranjero,<br />

poco o nada patriotas en el mejor de los casos, y traidores, herejes<br />

y enemigos del pueblo, en el peor. <strong>La</strong> muerte era la pena im-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!