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Zygmunt Bauman La cultura como praxis

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130 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />

método, se debería volver hacia las matemáticas. Ingeniero de<br />

formación, el conocimiento de Leach de las matemáticas es<br />

demasiado íntimo para reducirlas a la cuantificación y la aritmética,<br />

tal <strong>como</strong> han hecho muchos atónitos prosélitos. Su polémica<br />

intervención no gira alredor de una divisoria entre la<br />

exactitud y la precisión de las fórmulas cuantificables y la falta<br />

de Habilidad y la vaguedad de las humanidades. Está presto a<br />

conceder que la clasificatoria, lo más fina posible, es tan precisa<br />

y tan empíricamente fiable <strong>como</strong> se quiera. Lo que busca<br />

Leach es algo mucho más ambicioso, algo que las matemáticas<br />

encarnan de forma genuina a los ojos de los versados en sus<br />

fundamentos: siguiendo la receta cartesiana, desea penetrar en<br />

el reino de lo necesario, lo invariable, lo seguro. No le interesan<br />

las correcciones a guisa de remiendos de una multitud de falacias<br />

individuales, actividad que conforma básicamente la estrategia<br />

analítica adecuada. Lo que pretende es transplantar toda<br />

la cuestión de los universales <strong>cultura</strong>les desde el teatro de la<br />

contingencia, de la accidentalidad y de la temporalidad al suelo<br />

de los principios invariables al que verdaderamente pertenece.<br />

Pero éste es otro problema al que responderemos a su debido<br />

tiempo.<br />

5. Tras privarse del genérico marco de referencia analítico<br />

de los universales, los usuarios de la concepción diferencial deben<br />

forzarse al máximo y echar mano de todos sus recursos para<br />

construir un nuevo marco indirecto donde enganchar y disponer<br />

sus hallazgos. <strong>La</strong> modestia inicial de Franz Boas, que<br />

urgía a sus seguidores para que se concentrasen en los rasgos<br />

de cada <strong>cultura</strong> individual considerada por separado, no tardó<br />

en verse derrotada por el crecimiento logarítmico del ritmo de<br />

recolección de datos. Para explicar los hechos recogidos y<br />

acumulados a una velocidad enorme, y para examinar el flujo<br />

futuro de los bits de realidad registrados y tallados hasta constituir<br />

esos «hechos», resultaba imprescindible construir un modelo<br />

sistemático en el cual se les pudiera a<strong>como</strong>dar con seguri-<br />

LA CULTURA COMO CONCEPTO 131<br />

dad, adecuadamente, y a la vez hacerlos inteligibles. El mismo<br />

Boas admitió finalmente la importancia de esta tarea, aunque<br />

tal vez lo hizo demasiado tarde. Sus discípulos ya habían respondido<br />

más rápidamente. De manera bastante natural, la primera<br />

puerta a la que llamaron pidiendo ayuda fue a la de los<br />

propios «nativos», los miembros de las comunidades <strong>cultura</strong>les<br />

investigadas.<br />

Al principio, esta búsqueda no fue mucho más lejos de la<br />

estipulación weberiana de «comprensión intelectual». Leal a su<br />

formación filosófica alemana, saturada de Weltanschauung y<br />

Volksgeist («cosmovisión» y «espíritu de los pueblos»), Bronislaw<br />

Malinowski fue de los primeros en formular la tarea del etnógrafo<br />

<strong>como</strong> «el hecho de captar el punto de vista nativo, su<br />

relación con la vida», percibiendo «su visión de su mundo». 51<br />

Malinowski no pretendía simplemente llamar la atención de<br />

sus colegas hacia uno de los muchos capítulos rutinarios de cualquier<br />

informe etnográfico estándar. <strong>La</strong>s ideas nativas eran no<br />

sólo una de tantas curiosidades que se debían investigar y describir,<br />

sino también la pista clave para extraer el significado real<br />

de todo aquello que el etnógrafo veía y percibía sobre el terreno.<br />

El sentido que Malinowski confería a su formulación programática<br />

se entiende mejor a la luz de las neokantianas «presuposiciones<br />

absolutas» de la escuela filosófica de Badén, muy a la moda<br />

y muy influyente durante los años de formación de la postura<br />

epistemológica malinowskiana. Wilhelm Dilthey glosa de forma<br />

sucinta las ideas fundamentales de la escuela en sus prescripciones<br />

metodológicas: 52<br />

<strong>La</strong> relación fundamental sobre la que reposa el proceso de<br />

comprensión elemental es la de la expresión respecto a lo que expresa.<br />

[...] <strong>La</strong> comprensión intelectual tiende a articular contenidos<br />

mentales, lo que se convierte en su meta. [...] Por regla<br />

general, la expresión de la vida que capta el individuo no es simplemente<br />

una expresión aislada, sino que está llena de un cono-

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