Zygmunt Bauman La cultura como praxis
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34 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />
^SISTEMA o MATRIZ?<br />
<strong>La</strong> imagen de Ia <strong>cultura</strong> <strong>como</strong> un taller en ei cual se repara<br />
ei modelo estable de sociedad y se conserva su silueta, concuerda<br />
con Ia concepción según Ia cual todas Ias cosas <strong>cultura</strong>les<br />
—valores, normas de comportamiento, artefactos— conforma<br />
un sistema.<br />
Al hablar de un agregado de elementos <strong>como</strong> de un «sistema»,<br />
damos por hecho que todos esos elementos están «interconectados»,<br />
es decir, que ei estado de cada elemento depende<br />
de los estados asumidos por todos los demás. Por Io tanto, Ia<br />
red de dependências en que se ven involucrados todos los elementos<br />
limita Ia gama de posibles variaciones en ei estado de<br />
cada uno de ellos. Mientras se observen estos limites, ei sistema<br />
se halla «en equilíbrio», reteniendo Ia capacidad para recuperar<br />
su forma característica y para preservar su identidad a<br />
pesar de Ias perturbaciones locales y temporales; evita, en definitiva,<br />
que sus unidades, o siquiera una de ellas, alcancen un<br />
punto sin retorno. Mientras permanecen en ei seno dei sistema,<br />
todos los elementos (unidades, ingredientes, variables) están ligados<br />
en una telarana de determinaciones recíprocas, que los<br />
mantiene a raya para evitar que sobrepasen los limites permitidos<br />
y que hagan perder ei equilibrio a todo ei conjunto. O, para<br />
expresarlo de forma negativa, si no se mantiene a raya un elemento<br />
o no se puede hacer en caso de necesidad, dicho elemento<br />
no puede formar parte dei sistema ni permanecer en él. En su<br />
esencia, Io sistêmico es Ia manera de subordinar Ia libertad de los<br />
elementos ai «patrón de mantenimiento» de Ia totalidad.<br />
Se sigue de Io que se ha dicho antes que, para cumplir con<br />
los critérios de Ia sistemática, ei conjunto de elementos se debe<br />
circunscribir, debe tener fronteras. No se puede hablar de sistema<br />
si no se puede decidir quê elementos están dentro de él<br />
y cuáles permanecen fuera. A los sistemas lês sientan mal Ias tierras<br />
de nadie y Ias zonas poço definidas. Por otra parte, Ias fron-<br />
r<br />
INTRODUCCIÓN 35<br />
teras hay que guardadas, limitando y, sobre todo, controlando<br />
los movimientos que Ias atraviesan: de hecho, los pasos incontrolados<br />
por Ias fronteras equivalen ai colapso dei sistema. Se<br />
puede dejar entrar elementos externos bajo ciertas condiciones:<br />
deben emprender un proceso de adaptación o a<strong>como</strong>dadón,<br />
es decir, una modificación que lês permita «encajar» en ei<br />
sistema o, Io que es Io mismo, que permita a este asimilarlos. <strong>La</strong><br />
asimilación es una calle de un solo sentido: ei sistema pone Ias<br />
regias de admisión y evalúa los resultados de Ia adaptación; en<br />
realidad, continua siendo un sistema mientras sea capaz de hacer<br />
todo eso. Desde Ia perspectiva de los recién llegados, asimilación<br />
significa transformación, mientras que para ei sistema,<br />
quiere decir reafirmación de Ia identidad propia.<br />
Presumiblemente, en Ia cristalización de una imagen de Ia<br />
<strong>cultura</strong> <strong>como</strong> una totalidad sistemática y cerrada en si misma,<br />
se combinaron una mezcla de experiências heterogêneas. Se<br />
puede suponer que, para invocar Ia visión sistêmica, se requirió<br />
un matrimônio difícil entre Ias perspectivas de los de dentro y<br />
los de fuera.<br />
<strong>La</strong> segunda perspectiva era ei producto de Ia práctica de<br />
los antropólogos <strong>cultura</strong>les, originada en ei trabajo de Bronislaw<br />
Malinowski. Esta práctica consiste en visitar «poblaciones<br />
nativas» con un estilo de vida evidentemente distinto dei de los<br />
propios estudiosos, sumergirse en sus afanes cotidianos, registrar<br />
sus maneras y los médios a los que recurren e intentar «entenderlos»<br />
mediante ei ensamblaje de Io observado —hábitos o<br />
ritos— o de Io relatado por «informantes» en un exhaustivo<br />
conjunto de rutinas que se supone que debe hacer que ei modo<br />
de vida investigado sea viable y capaz de perpetuarse.<br />
<strong>La</strong> primera perspectiva dependia de Ia experiência de Ia capacidad<br />
de selección de Ia sociedad propia, con sus prácticas<br />
incluyentes y excluyentes, sus presiones asimiladoras ejercidas<br />
en ei interior dei Estado-nación sobre los «elementos foráneos»<br />
y su lucha por mantener su propia y distintiva identidad.