Zygmunt Bauman La cultura como praxis
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346 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />
9. Véase «The conflict in modern culture», en ibid., págs. 11-15.<br />
10. Véase Cornelius Castoriadis, «Le délabrement de l'Occident», en<br />
<strong>La</strong> Montee d'insignifiance, París, Seuil, 1996, págs. 65 y 67.<br />
11. Véase Marc Fumaroli, L'état culturel: Essai sur la religión moderne,<br />
París, Fallois, págs. 42, 171-172.<br />
12. Véase Paul Virilio, «Un monde surexposé: Fin de l'histoire ou fin de<br />
la géographie?», Le Monde Diplomatique, agosto de 1997, pág. 17. Por lo que<br />
sé, la idea del «fin de la geografía» ya había sido avanzada por Richard<br />
O'Brien en su obra Global Financial Integration: The EndofGeography, Londres,<br />
Chatham House/Pinter, 1992.<br />
13. Véase Michael Benedikt, «On cyberspace and virtual realíty», en<br />
W.AA., Man and Information Technology, Estocolmo, 1995, pág. 41 (actas<br />
del simposio internacional organizado en 1994 por el Committee on Man,<br />
Technology and Society en la Real Academia Sueca de Ciencias de la Ingeniería).<br />
14. Véase Timothy W. Luke, «Identity, meaning and globalization: Detraditionalization<br />
in postmodern espace-time compression», en Paul Heelas,<br />
Scott <strong>La</strong>sh y Paul Morris (comps.), Detraditionalization, Oxford, Blackwell,<br />
1996, págs. 123,125.<br />
15. Véase Paul Virilio, The Lost Dimensión, Nueva York, Semiotext(e),<br />
1991, pág. 13.<br />
16. Véase Cornelius Castoriadis, L'institution imaginaire de la société,<br />
París, Seuil (trad. cast.: <strong>La</strong> institución imaginaria de la sociedad, 2 vols., Barcelona,<br />
Tusquets, 1989). <strong>La</strong> cita se ha extraído de la traducción inglesa de<br />
Kathleen Blamey (Cambridge, Polity, 1987, págs. 218-219).<br />
17. Véase Friedrich Nietzsche, Beyond Good and Evil (trad. cast.: Más<br />
allá del bien y del mal, Madrid, Alianza, 2001). Citado según Geoffrey Clive<br />
(comp.), The Philosophy of Nietzsche, Nueva York, Mentor Books, 1965, pág.<br />
211.<br />
18. Véase Ernest Gellner, Nations and Nationalism, Oxford, Blackwell,<br />
1983, págs. 48-49 (trad. cast.: Naciones y nacionalismos, Madrid, Alianza,<br />
2001).<br />
19. Véase Frederick Barth en Frederick Barth (comp.), Ethnic Groups<br />
and Boundaries: The Social Organization of Cultural Difference, Bergen, Universitets<br />
Forlaget, 1969, págs. 14-15. Véase también lo que Elias Canetti tenía<br />
que decir sobre el papel, la insensatez y los costes de las fronteras: «Los<br />
héroes que mueren por ellas y por su posteridad, que tiran de las fronteras<br />
desde la profundidad de sus tumbas. Muros en lugares equivocados, y dónde<br />
realmente se tendrían que levantar si no tuvieran que erigirse en otros lugares<br />
desde hace largo tiempo. Los uniformes de los oficiales fronterizos<br />
NOTAS 347<br />
muertos, y el engorro de pases difíciles, de eternas transgresiones, dislocaciones<br />
y de un detritus poco de fiar. El océano arrogante; gusanos incontrolables;<br />
pájaros de país en país, una propuesta para exterminarlos» (The Human<br />
Province, Londres, Deutsch, 1985, pág. 20 [trad. cast.: <strong>La</strong> provincia del hombre,<br />
Madrid, Taurus, 1986]).<br />
20. Véase Michel Morineau, «<strong>La</strong> douceur d'étre inclu», en F. Thelamon<br />
(comp.), Sociabilité, Pouvoirs et Société, Rouen, Presse de l'Université de<br />
Rouen, 1987, pág. 19. (Actas del coloquio celebrado en Rouen en noviembre<br />
de 1983.) <strong>La</strong> alternativa a la «douceur d'étre inclu» es «la cruauté d'étre exclu»<br />
[«la crueldad de ser excluido»] (pág. 31). Se puede adivinar que precisamente<br />
la crueldad de la exclusión hace tan dulce la perspectiva de la pertenencia.<br />
<strong>La</strong> experiencia de la exclusión (que se origina a veces por desahucio,<br />
otras por la desaparición o el languidecimiento de los marcos que hacían segura,<br />
y por tanto irreflexiva, la pertenencia) precede el abrazo consciente de<br />
la inclusión en tanto que meta y tarea, crea la sed de identidad y dispara la<br />
búsqueda activa del dulce néctar de la pertenencia, es decir, de la confirmación<br />
autorizada de la identidad, el sellado de la identidad con su visado de<br />
entrada.<br />
21. Véase Ernest Renán, «Uavenir de la science», en Pages Choisis, París,<br />
Calman Levy, 1896, págs. 27, 31.<br />
22. Véase Robert Muchembled, L'invention de l'homme moderne: Sociabilité,<br />
moeurs et comportements collectives dans I'Anden Régime, París, Fayard,<br />
1988, págs. 12, 13, 150. <strong>La</strong> idea de efectos drásticamente diferenciados<br />
del «proceso civilizador», viniendo de dos flancos distintos, ha sido un objeto<br />
de estudio sistemático de Muchembled en sus otros trabajos (véase particularmente<br />
<strong>La</strong> violence en village: Sociabilité et comportements en Artois du<br />
XV au XVIF siécle, París, Bregnols, 1989), buscando polemizar con el modelo<br />
de «goteo de arriba abajo» popularizado por Norbert Elias. Según Muchembled,<br />
las mutaciones más profundas en la sensibilidad y en las normas de<br />
conducta cotidianas se veían limitadas a una reducida élite; ésta las utilizaba<br />
simultáneamente <strong>como</strong> un vehículo para distanciarse [del resto de la población]<br />
y <strong>como</strong> un punto aventajado para adquirir una perspectiva, desde la<br />
cual el resto de la población aparecía <strong>como</strong> uniformemente vulgar y, al menos<br />
durante un primer período, incivilizable. <strong>La</strong> educación propia fue la estrategia<br />
interna adoptada por la élite en yuxtaposición al confinamiento, el mantenimiento<br />
coercitivo del orden y una vigilancia universal que conformaban<br />
la estrategia desplegada frente a las «masas». <strong>La</strong> mejor forma de entender el<br />
«proceso civilizador» es concebirlo <strong>como</strong> la «recomposición» de la nueva estructura<br />
de control y de dominación, cristalizada a medida que las instituciones<br />
premodernas de integración social se iban mostrando inadecuadas y des-