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Zygmunt Bauman La cultura como praxis

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168 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />

conducta. «<strong>La</strong> estrecha correspondencia entre el pensamiento<br />

y el habla características del hombre está ausente en los antropoides.»<br />

<strong>La</strong> capacidad de producir sonidos subordinados unilateralmente<br />

a ciertos eventos no simbólicos es una cualidad<br />

muy difundida entre los animales. También se pueden rastrear<br />

elementos incipientes de análisis y síntesis, los dos procesos<br />

mutuamente complementarios del pensamiento, en la conducta<br />

de muchos animales. Pero sólo en los humanos, animales<br />

<strong>cultura</strong>les, se encuentran y se mezclan. El uso de símbolos por<br />

sí mismo, antes de traspasar el umbral de la capacidad estructuradora,<br />

parece un callejón sin salida: la acumulación de nuevos<br />

símbolos junto a los que ya se emplean no hace más probable<br />

que se combinen entre ellos, cristalizando en un lenguaje<br />

verdadero. En realidad, parece existir un abismo cualitativo<br />

entre los símbolos ordinarios y el lenguaje humano. Por consiguiente,<br />

es probable que el centro de gravedad genuino de la<br />

<strong>cultura</strong> <strong>como</strong> atributo humano universal radique en la estructura,<br />

más que en el uso de símbolos.<br />

Jean Piaget extrajo la conclusión final al respecto: «Mientras<br />

otros animales no pueden alterarse si no es cambiando de especie,<br />

el hombre se puede transformar transformando a la vez el<br />

mundo y se estructura construyendo estructuras; y estas estructuras<br />

son suyas, ya que no están eternamente predestinadas ni<br />

desde dentro ni desde fuera». 91 Así pues, la peculiaridad del<br />

hombre consiste en ser una criatura que genera estructuras y<br />

que se orienta respecto a ellas. <strong>La</strong> palabra «<strong>cultura</strong>» en su sentido<br />

genérico representa precisamente esta habilidad excepcional.<br />

De todas formas, ésta es una afirmación elíptica a menos<br />

que se especifiquen los significados de «estructura» y «estructuración»<br />

en el uso que se les ha destinado en estas páginas.<br />

No deja de crecer la cantidad de libros y papeles concebidos<br />

por encima de todo <strong>como</strong> comentarios sobre el significado<br />

preciso de «estructura» y resultaría una dura prueba tratar ni<br />

siquiera de enumerar y clasificar las definiciones y reglas de uso<br />

T<br />

LA CULTURA COMO CONCEPTO 169<br />

que se han propuesto o que se han pretendido descubrir. Sin<br />

embargo, no es seguro que semejante esfuerzo fuera lo suficientemente<br />

valioso <strong>como</strong> para contrapesar la inversión de<br />

tiempo que requeriría. <strong>La</strong> palabra «estructura» hizo una rápida<br />

carrera en los años cincuenta y sesenta, y siempre hay muchos<br />

contendientes prestos a unirse al cada vez más celebrado<br />

cortege; el concepto de moda tiende a sufrir una sobrecarga de<br />

significados, ya que son muchos los zelotes que, deslumhrados<br />

por los oropeles de la fama, tratan de alargar o distender su alcance,<br />

cada uno desde su propia posición e intentando a<strong>como</strong>darlo<br />

a sus propios intereses y temas de investigación. Los<br />

límites de la aplicación de un término, ahora difusos y polémicos,<br />

continuarán fluctuando probablemente durante algún<br />

tiempo, antes de que emerja algo parecido a un consensus omnium.<br />

En consecuencia, lo que sigue no es más que otro intento<br />

de análisis fenomenológico del término, tal y <strong>como</strong> se entiende<br />

en el pensamiento moderno, un intento de separar la almendra<br />

de la intención necesaria y constituyente de la cascara de lo incidental<br />

y variable.<br />

En 1968, Raymond Boudon, observando con cautela el aluvión<br />

de autoproclamados estructuralistas, publicó un agudo<br />

análisis sobre los usos dispares y los abusos a los que se estaba<br />

sometiendo el término. El sintomático título original era A quoi<br />

sert la notion de structure? [¿Para qué sirve la noción de «Estructura?»]*<br />

2 y uno puede adivinar que, con él, el autor quería<br />

decir que la noción no sirve siempre a la causa adecuada. <strong>La</strong><br />

opinión de Boudon es que la palabra, en su actual uso, es a la<br />

vez un miembro de una familia de sinónimos —y, <strong>como</strong> tal, redundante—,<br />

y un encabezamiento de una familia acumulativa<br />

de homónimos —y, <strong>como</strong> tal, demasiado general para expresar<br />

contenido preciso alguno—. Su visible resentimiento contra la<br />

sobreutilizada palabra, particularmente manifiesto en la declaración<br />

introductoria sobre la intención del autor, no evita que<br />

acabe aceptando el concepto y agrade al lector con

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