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Zygmunt Bauman La cultura como praxis

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178 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />

tuas, es decir, un «metasistema», mayor y más espacioso. El sistema<br />

inicial, menor, constituirá a partir de entonces la parte del<br />

metasistema en la que se ha detenido o invertido el ascenso de<br />

la entropía, a costa de la otra parte del metasistema, «la del entorno»<br />

(aclaremos el significado del término «entorno» en este<br />

contexto: se define únicamente <strong>como</strong> «la otra parte del metasistema»).<br />

Esto es lo que en verdad está ocurriendo con los organismos<br />

vivos. Según el famoso adagio de Schródinger, los seres<br />

vivos «chupan neguentropía» (entropía negativa) de sus entornos.<br />

Son, tal <strong>como</strong> dijo Anatol Rapoport en otra celebrada<br />

sentencia, diminutas «islas de orden» en un mar cada vez más<br />

desordenado. Lo mismo se puede decir de otros tipos de «organismos»,<br />

<strong>como</strong> los sistemas socio<strong>cultura</strong>les.<br />

No parece fuera de lugar una digresión al respecto. <strong>La</strong> analogía<br />

entre los seres vivos y la sociedad humana tiene mala fama<br />

y está constantemente bajo sospecha. De hecho, muchos<br />

científicos no la consideran susceptible de ser utilizada en argumentaciones<br />

académicas serias. Esta desconfianza casi universal<br />

estaba tal vez bien justificada históricamente, dadas las<br />

manías de algunas mentes decimonónicas intoxicadas con el<br />

síndrome biológico entonces a la moda (léase particularmente<br />

las extravagantes ideas de Novikov en Rusia, Scháffle en Alemania,<br />

Worms en Francia y, hasta cierto punto, Spencer en<br />

Inglaterra). Hoy, apenas se puede justificar, puesto que no<br />

resulta probable que nadie vaya tan lejos <strong>como</strong> para estar de<br />

acuerdo con P. Lilienfeld, por poner un ejemplo, en que las<br />

mismas leyes biológicas explican, y explican convincentemente,<br />

tanto los procesos de las células individuales <strong>como</strong> la conducta<br />

de los individuos humanos. 2 Ahora estamos suficientemente<br />

preparados (o, quizá, simplemente, somos lo bastante<br />

conscientes de lo doloroso que puede ser pillarse los dedos una<br />

y otra vez) <strong>como</strong> para poder rechazar con desdén el cebo de las<br />

analogías simplistas. Aun así, la ecuación moderna entre sistemas<br />

biológicos y sociales, inspirada en la cibernética, sólo pre-<br />

T<br />

LA CULTURA COMO ESTRUCTURA 179<br />

senta un parecido superficial con el expansionismo biológico<br />

del siglo XIX. Lo que hoy en día está en juego no es el traslado<br />

de un razonamiento desenfadado de una estructura a otra muy<br />

distinta, merced a la pura similitud fenoménica, sino el esfuerzo<br />

concienzudo por penetrar en los homomorfismos e isomorfismos<br />

fundamentales, profundamente asentados. Tal <strong>como</strong> lo<br />

expresó Rapoport: 3<br />

<strong>La</strong>s argumentaciones basadas en analogías ordinarias raras<br />

veces son concluyentes. Por ejemplo, el hecho de que sea cierto<br />

que la selección natural favorezca la supervivencia de las especies<br />

no implica que la competición económica sea indispensable para<br />

el vigor de una nación. Tampoco se puede justificar convincentemente<br />

la pena capital sobre la base de su analogía con la cirugía<br />

aplicada a una parte enferma del cuerpo. Sin embargo, una analogía<br />

matemática sería otra cosa. Este tipo de analogía es la evidencia<br />

de una estructura similar en dos o más tipos de eventos, y<br />

es mucho lo que se puede deducir de semejante similitud.<br />

Por lo tanto, si existe en cada caso un componente universal<br />

de una lucha contra el ascenso de la entropía, se sitúa ciertamente<br />

entre las cualidades de la estructura y de la formación<br />

de estructuras. De manera similar, si estamos interesados en la<br />

<strong>cultura</strong>, en su capacidad <strong>como</strong> dispositivo antientrópico, tenemos<br />

que empezar por investigar la estructura.<br />

EL CONCEPTO DE ESTRUCTURA<br />

Tal <strong>como</strong> ya se indicó en el primer capítulo, la estructura<br />

es, en primer lugar, un antónimo de «estado desordenado».<br />

Ambas nociones se relacionan íntimamente con el concepto de<br />

Probabilidad. A fin de cuentas, un estado desordenado es una<br />

serie de acontecimientos que presentan una probabilidad de

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