Zygmunt Bauman La cultura como praxis
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78 LA CULTURA COMO PRAXIS INTRODUCCIÓN 79<br />
Considérese ei concepto de intercâmbio trans<strong>cultura</strong>l o, mejor<br />
aún, ei de difusión <strong>cultura</strong>l. <strong>La</strong> difusión, que fue un evento<br />
perturbador en Ia cotidianidad de Ias <strong>cultura</strong>s, se ha convertido<br />
ahora en su modo diário de existência. Se puede ir un paso más<br />
alia y concluir que ha perdido su utilidad. El concepto de difusión<br />
solo se explica cuando existe un tráfico entre entidades sanas,<br />
bien definidas; en otras palabras, cuando tiene sentido ei tratamiento<br />
de Ias <strong>cultura</strong>s <strong>como</strong> todos separados. Es dudoso, por Io<br />
tanto, si continua siendo explicativo. Si no hay regias, no hay excepciones;<br />
si no hay totalidades globales y cerradas en si mismas,<br />
no hay difusión. <strong>La</strong> idea de difusión o de intercâmbio trans<strong>cultura</strong>l<br />
no ayuda a comprender Ia <strong>cultura</strong> contemporânea. Tampoco<br />
Io hacen otras nociones tradicionales dei análisis <strong>cultura</strong>l <strong>como</strong>,<br />
por ejemplo, Ia asimilación o Ia a<strong>como</strong>dación, que, de forma similar<br />
a Ia difusión, se hallan intimamente asociadas con una realidad<br />
«sistêmica» o con una visión «sistêmica» de Ia <strong>cultura</strong>.<br />
<strong>La</strong> concepción dei «multi<strong>cultura</strong>lismo» no vá tan lejos <strong>como</strong><br />
Ia de «multicomunitarismo» a Ia hora de sugerir Ia cerrazón de<br />
Ias <strong>cultura</strong>s en si mismas y su solapamiento con poblaciones<br />
igualmente cerradas, aunque solo sea por razones espirituales.<br />
Y sin embargo, ha ido Io suficientemente lejos <strong>como</strong> para poder<br />
percibir cabalmente Ia dinâmica de Ia <strong>cultura</strong> contemporânea,<br />
cosa que, sin embargo, no hace. Al fin y ai cabo, también es responsable<br />
dei cargo de postular que ei caracter distinto de Ias<br />
<strong>cultura</strong>s continua siendo Ia realidad primera, y que todos los<br />
movimientos y mezclas de valores, símbolos, significados, artefactos,<br />
patrones de conducta y otras cuestiones <strong>cultura</strong>les son<br />
consecuentemente secundários, factores más o menos perturbadores,<br />
anormalidades, incluso cuando no resulten reprensibles,<br />
ni siquiera objetivables. Lo mismo ocurre con términos hoy de<br />
moda <strong>como</strong> hibridación, mestizaje o injerto* <strong>cultura</strong>les. Todos<br />
* <strong>La</strong> expresión empleada en inglês es graftíng, de graft, «injerto», que, sobre todo<br />
en Estados Unidos, también se emplea en sentido figurado con ei significado de<br />
ellos implican un espacio <strong>cultura</strong>l dividido más o menos nitidamente<br />
en parcelas separadas, marcadas a su vez por diferencias<br />
más o menos claras entre ei «interior» y ei «exterior», con limitaciones<br />
y controles para ei tráfico transfronterizo entre unas y<br />
otras. En este esquema se permiten los matrimônios mixtos, con<br />
proles «híbridas» que, sin embargo, inmediatamente pasan a reclamar<br />
su território soberano. Tanto si es deliberadamente <strong>como</strong><br />
si se da en contra de Ia intención de quienes los emplean,<br />
vocablos <strong>como</strong> «multi<strong>cultura</strong>lismo», «hibridación» y otros por<br />
ei estilo despiertan una imagen semejante (ai fin y ai cabo, dependen<br />
de ella para adquirir sentido), y aunque quizá sea una<br />
imagen adecuada para generar un frente donde proyectar ambiciones<br />
políticas, Io hace a costa de perder contacto con Ia realidad<br />
<strong>cultura</strong>l. Sería mejor abandonaria junto con Ia terminologia<br />
dei debate <strong>cultura</strong>l que evoca y resucita.<br />
El rasgo más conspicuo de Ia fase <strong>cultura</strong>l actual es que, a estas<br />
alturas, Ia gênesis y distribución de productos <strong>cultura</strong>les ha<br />
adquirido o está adquiriendo un alto grado de independência respecto<br />
a Ias comunidades institucionalizadas y, particularmente,<br />
respecto a Ias politicamente territoriales. Muchos patrones <strong>cultura</strong>les<br />
llegan ai reino de Ia vida cotidiana desde fuera de Ia comunidad<br />
y muchos de ellos conllevan un poder de persuasión muy<br />
superior a todo aquello que Ias pautas locales puedan sonar con<br />
lograr formar y sostener. Además, esos modelos foráneos viajan a<br />
una velocidad inaccesible para ei movimiento corporal, Io que los<br />
situa a una distancia segura de Ia negociación cara a cara, típica<br />
dei agora. Por Io general, su llegada coge desprevenidos a los anfitriones<br />
y ei tiempo de Ia visita es demasiado corto para permitir<br />
someterlos a pruebas dialógicas. Los productos <strong>cultura</strong>les viajan<br />
libremente, haciendo caso omiso de Ias fronteras provinciales y<br />
estatales. Si no es mediante una censura dei estilo de los talibanes<br />
«chanchullo». En ei marco de Ias ciências sociales, a menudo se emplea Ia palabra orien<br />
textos y discursos elaborados en otras lenguas. (N. dei t.)