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Zygmunt Bauman La cultura como praxis

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152 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />

que se le ha prestado, muy por encima de su significación puramente<br />

científica, constituye un elocuente testimonio de sus<br />

aspectos más generales, semióticos. Es la versión moderna, a<br />

escala de toda la humanidad, de la perenne preocupación por<br />

la identidad del grupo.<br />

En su forma más sencilla, la concepción genérica consiste<br />

en atribuir a la <strong>cultura</strong> la cualidad de rasgo universal de todos<br />

los hombres y sólo de los hombres. El siguiente pronunciamiento<br />

de Clifford Geertz es típico al respecto:<br />

El hombre es el animal que construye instrumentos, que habla,<br />

que simboliza. [De esta manera, la articulación de la peculiaridad<br />

de la naturaleza humana sigue el patrón propuesto por<br />

Leslie A. White en su comentario sobre el símbolo y la herramienta,<br />

76 y, a través de él, las ideas de Friedrich Engels.] Sólo él<br />

ríe, sólo él sabe que moriremos, sólo él desdeña aparearse con<br />

su madre y su hermana, sólo él imagina esos mundos donde habitar<br />

que Santayana llamó religiones o sólo él hornea esas tartas<br />

de barro mentales que Cyrill Connolly llamó arte. No sólo [...]<br />

tiene mentalidad, sino conciencia; no únicamente necesidades,<br />

sino también valores; no sólo miedo, sino sentido moral; no sólo<br />

un pasado, sino una historia. Sólo él tiene <strong>cultura</strong> [la argumentación<br />

concluye así con una gran recapitulación, una frase<br />

lapidaria]. 77<br />

Geertz expresa una idea muy difundida ya, y lo hace de la<br />

forma más global y completa que se puede encontrar. Combina<br />

argumentos extraídos del análisis filosófico moderno acerca<br />

de la situación existencial humana con los hallazgos de la psicología<br />

y los principios metodológicos más influyentes de las<br />

humanidades en general. <strong>La</strong> <strong>cultura</strong>, tal <strong>como</strong> se define en el<br />

párrafo anterior, es mucho más, o mucho menos, que el conglomerado<br />

de normas y costumbres pautadas de los diferencialistas.<br />

Es, de hecho, un aproximación específica, humana hasta<br />

la médula, al drama de la vida, afianzada en los análisis últimos<br />

LA CULTURA COMO CONCEPTO<br />

153<br />

acerca de la capacidad única de la mente humana para ser intencional,<br />

activa y creativa. Otros postulantes de la noción genérica<br />

de lo <strong>cultura</strong>l están mucho más cerca del ya mencionado,<br />

tradicional e insulso enfoque del «denominador común»,<br />

situándolo en el contexto del paso histórico del mundo animal<br />

al humano. 78<br />

Incluso la fórmula de Geertz se mantiene en el nivel de la<br />

descripción fenoménica. Simplemente afirma las peculiaridades<br />

más conspicuas de la raza humana; evita cualquier intento de<br />

organizar los principios dispares en una estructura; se abstiene<br />

incluso de designar uno de los muchos planos de la realidad<br />

<strong>como</strong> el lugar privilegiado del explanans (lo explicativo, las<br />

causas y motores) y otros <strong>como</strong> el lugar del explanandum (lo<br />

explicado, los efectos y consecuencias). Otros estudiosos de la<br />

<strong>cultura</strong> se han ocupado de tales elaboraciones, pero la cuestión<br />

continúa siendo de las más polémicas dentro de la ciencia de la<br />

<strong>cultura</strong> y ha suscitado numerosas propuestas alternativas de solución,<br />

no siempre compatibles. A continuación, se incluye un<br />

intento de clasificar las más influyentes de dichas soluciones.<br />

1. Una primera alternativa es definir desde un principio la<br />

<strong>cultura</strong> <strong>como</strong> un conjunto de significados y herramientas simbolizados,<br />

único, total e indivisible, además de atribuible solamente<br />

a la humanidad y a toda ella. Así, según Leslie A. White,<br />

«la <strong>cultura</strong> del género humano en la actualidad es una, constituye<br />

un solo sistema; todas las llamadas "<strong>cultura</strong>s" no son más<br />

que porciones distinguibles de un único tejido». 79 Robert H.<br />

Lowie mantenía una postura similar: «Una <strong>cultura</strong> específica es<br />

una abstracción, un fragmento arbitrariamente seleccionado.<br />

[...] Sólo hay una realidad <strong>cultura</strong>l que no es artificial, a saber,<br />

la <strong>cultura</strong> de toda la humanidad en todos los períodos y lugares».<br />

80 Obviamente, es más fácil formular la frase anterior que<br />

demostrarla. El problema con una noción «totalista» de <strong>cultura</strong><br />

<strong>como</strong> la anterior se hace transparente en el instante en que

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