09.05.2013 Views

Zygmunt Bauman La cultura como praxis

Zygmunt Bauman La cultura como praxis

Zygmunt Bauman La cultura como praxis

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

54 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />

dos parecemos compartir Ia búsqueda de Io que Michel Morineau<br />

denomino adecuadamente Ia douceur d'être inclui<br />

Por sí misma, de alguna manera esta expresión Io dice todo:<br />

corresponde a un deseo primário, ei de pertenecer, pertenecer a<br />

un grupo, ser acogido por otro, por otros, ser aceptado, conservado,<br />

estar seguro de los apoyos con que se puede contar, tener<br />

aliados. [...] El sentimiento de haber obtenido una segunda identidad,<br />

en este caso social, es aún más importante que todas Ias<br />

mencionadas satisfacciones específicas recibidas una a una, por<br />

separado, es ese sentimiento subyacente que todo Io abarca, refrendando,<br />

confirmando y aceptando, además, en nombre de muchos<br />

[de Ia sociedad] Ia propia identidad personal to primera].<br />

<strong>La</strong> identidad personal confieie significado ai «yo». <strong>La</strong> identidad<br />

social garantiza ese significado y, además, permite hablar<br />

dei «nosotros», en ei que se puede albergar, descansar a salvo<br />

e, incluso, sacudirse sus ansiedades un «yo» que, de otra manera,<br />

resultaria precário e inseguro.<br />

Ese «nosotros» construído a partir de Ia inclusión, aceptación<br />

y confirmación de sus miembros es ei reino de Ia seguridad<br />

reconfortante (aunque rara vez tan segura <strong>como</strong> se desea),<br />

aislada dei terrorífico yermo de unfuera habitado por «ellos».<br />

No se puede obtener seguridad a menos que se confie en que<br />

ese «nosotros» tiene ei poder para aceptar y Ia fuerza para proteger<br />

a los que ya han aceptado. Una identidad es percibida <strong>como</strong><br />

segura cuando los poderes que Ia certifican parecen prevalecer<br />

sobre «ellos», los extranjeros, los adversários, los otros<br />

hostiles, a los que se interpreta simultaneamente <strong>como</strong> «nosotros»<br />

durante ei proceso de reafirmación. «Nosotros» debemos<br />

ser poderosos para que Ia identidad social sea gratificante. Poço<br />

placer hay en estar incluído si «Ia cobardía guarda Ias puertas<br />

por dentro y Ia estupidez hace Ia guardiã fuera», tal <strong>como</strong><br />

senaló Heinrich Heine ai hablar de uno de los muros protectores<br />

menos efectivos, ei dei gueto étnico.<br />

r<br />

INTRODUCCIÓN 55<br />

<strong>La</strong> fuerza requerida no surgirá por sí misma. Se debe crear.<br />

Necesita, pues, sus creadores y autoridades. Necesita <strong>cultura</strong>:<br />

educación, formación y ensenanza. Hacíéndose eco de Ia reforma<br />

moral e intelectual que necesitaba Ia Francia decimonónica,<br />

Ernest Renan se lamentaba dei «estado de Ias masas», pero más<br />

que nada de Ia incapacidad de Ias «masas» para salir de dicho<br />

estado gracias ai ejercicio de su voluntad y su fuerza: «Lãs masas<br />

son onerosas, groseras, están dominadas por una concepción<br />

superficial de sus propios intereses. [...] Imbéciles o ignorantes<br />

se pueden unir, pero nada bueno puede surgir de su<br />

unión. [...] No hay duda de que ei espectáculo dei sufrimiento<br />

de los pobres es lamentable. Admito, sin embargo, que me causa<br />

infinitamente menos dolor que Ia visión de Ia gran mayoría<br />

condenada ai provincianismo intelectual». 21 <strong>La</strong> obvia lección<br />

moral y práctica que cabia extraer era que «Ias masas» se debían<br />

convertir, y permanecer así durante un futuro previsible,<br />

en objeto de tiernos cuidados consagrados a elevar su espíritu,<br />

evitando que se transformaran en sujetos de acciones autônomas,<br />

ya que seria poço probable que llegaran a ser capaces de<br />

seleccionar por sí mismos Ias opciones que se estaria dispuesto<br />

a aceptar. <strong>La</strong> presencia de Ias masas fundamentaba Ia necesidad<br />

de un liderazgo espiritual, ofreciendo así su raison d'être a Ia tutela<br />

y Ia vigilância de una elite espiritual. Cuando Renan escribía<br />

tales palabras, solo reflejaba una opinión generalmente<br />

aceptada, que LeBon, Tarde o Sorel, entre otros, contribuirían<br />

a elaborar todavia más. Esa opinión resumia un siglo o más de<br />

extranamiento y reconquista.<br />

«Lãs masas» pertenecen a Ia populosa família de categorias<br />

nacidas junto con Ia modernidad, y todas ellas reflejan Ia ambición<br />

moderna de disolver Ias múltiples y diferentes identidades<br />

locales en una adscripción supralocal homogênea. Como concepto,<br />

aparece para unificar agregados heterogêneos de gentes<br />

a través de Ia instrucción y dei control, de Ia ensenanza y de los<br />

ejercicios y, llegado ei caso, de Ia coerción. Luego, se trataba de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!