Zygmunt Bauman La cultura como praxis
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310 LA CULTURA COMO PRAXIS<br />
riodistas, los profesores de universidad, los entusiastas de los<br />
derechos civiles, los adversarios del equipo de cricket de Sudáfrica<br />
y los estudiantes revoltosos se agrupaban indiscriminadamente<br />
y se fundían convenientemente en una sustancia infernal.<br />
<strong>La</strong> mezcla recapituladora de todo lo raro y fuera de promedio<br />
en un solo compuesto, fácil de captar y distinguir, y suficientemente<br />
poderoso para mantener despierta la necesaria<br />
vigilancia, da <strong>como</strong> resultado una «creencia histérica». Neil J.<br />
Smelser la definió <strong>como</strong> «una creencia que confiere poder a un<br />
elemento ambiguo del entorno, un poder generalizado para<br />
amenazar y destruir». 78 Puede parecer que traer a la memoria<br />
paroxismos histéricos no servirá de gran cosa <strong>como</strong> remedio si<br />
el malestar que uno quiere curar es una profunda ansiedad; en<br />
vez de permitir descansar a las mentes golpeadas por el horror,<br />
empujaría el miedo hasta el borde mismo de lo insoportable, al<br />
inflar los peligros reales o ilusorios. De hecho, la histeria es una<br />
medicina, y muy efectiva en este caso. Aplaca la enfermedad de<br />
dos maneras. Primero, facilitando cierto nivel de «estabilidad».<br />
Cito de nuevo a Smelser:<br />
<strong>La</strong> creencia histérica elimina la ambigüedad que suscita la<br />
ansiedad, al plantear una amenaza que es generalizada y absoluta.<br />
Así pues, esa amenaza, que en origen sólo era ambigua y precaria,<br />
se convierte en cierta, dispuesta a dañar y destruir. De esta<br />
manera, una creencia histérica estructura la situación y la hace<br />
más predecible, incluso a pesar de que el proceso de estructuración<br />
provoque un pesimismo profundo o miedos terribles. En un<br />
escenario ambiguo, una persona está ansiosa, angustiada, porque<br />
no sabe qué temer; al alimentar una creencia histérica, la persona<br />
al menos cree saber lo que teme.<br />
El fenómeno es mucho más general que la propensión del<br />
petit-bourgeois a generalizar su temor a lo que se sale de la me-<br />
JL<br />
LA CULTURA COMO PRAXIS 311<br />
día, dado que, tal <strong>como</strong> el héroe de Darkness at Noon aprende<br />
dolorosamente: «Todo dolor físico conocido era soportable, si<br />
uno sabía de antemano qué le iba a ocurrir exactamente; uno<br />
se enfrentaba a él <strong>como</strong> a una operación quirúrgica, <strong>como</strong> la<br />
extracción de un diente, por ejemplo. Lo realmente malo sólo<br />
era lo desconocido». De todas formas, la histeria también resulta<br />
infalible cuando se trata de lidiar con el tipo de angustia<br />
que emana de la presencia de lo viscoso. Al aglutinarlo en un<br />
enemigo declarado, sin disfraz y presuntamente bien conocido,<br />
la creencia histérica priva a lo viscoso de sus colmillos venenosos,<br />
su traicionera falta de forma, y, así, vuelve a colocar todo<br />
en su sitio «adecuado», incluyendo la integridad del ego bajo<br />
amenaza. En resumen, tal <strong>como</strong> los postuló Clyde Kluckhohn<br />
en el caso de uno de esos enemigos generalizados: «Una de las<br />
"funciones" de la creencia en la brujería es que dicha creencia<br />
proporciona respuestas a preguntas que de otra forma serían<br />
desconcertantes y, por desconcertantes, perturbadoras». 79<br />
Al comentar los movimientos sociales de extrema derecha,<br />
«cuya premisa es que una poderosa y omnipresente conspiración<br />
está conquistando la humanidad», Hans Toch expone que,<br />
para el hombre de la calle, que «cuando se tercia muestra una<br />
clara predilección por las teorías que implican complots»: 80<br />
[...] además de proporcionar un blanco concreto para las tensiones,<br />
las conspiraciones pueden simplificar el sistema de razonamiento<br />
del creyente y su concepción de la causalidad social. [...]<br />
En una conspiración, la causa se centraliza (en el sentido de que<br />
se puede culpar a un grupo de conspiradores de cualquier acontecimiento)<br />
y se integra (porque presumiblemente los conspiradores<br />
saben lo que están haciendo y desean la materialización de<br />
las consecuencias de sus acciones).<br />
<strong>La</strong> teoría de la conspiración cumple las condiciones de la<br />
generalización que surge del modo existencial del petit-bour-