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el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

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particular italianos, 116 apoyados en atractivos incentivos gubernamentales (aunque, también, una<br />

numerosa migración interna, que escapaba de la crisis de la economía azucarera), en condiciones<br />

equivalentes a la de una esclavitud de jornal. Estos nuevos trabajadores atendieron las<br />

necesidades laborales de la tierra tanto como la industrial, aportando atisbos de organización y<br />

conciencia de clase (con influencias sobre todo de los anarquistas). La inmigración europea<br />

−pues no así los exesclavos marcados por sus condiciones socioeconómicas y por <strong>el</strong> racismo−<br />

podía aspirar una cierta permeabilidad social, que los azares de la economía de mercado siempre<br />

han vendido como ilusión de muchos y realidad de muy pocos. Esta es la población que llenó los<br />

barrios de São Paulo, la ciudad industrial más grande de Latinoamérica ya para mediados de los<br />

años veinte d<strong>el</strong> siglo XX.<br />

Durante toda la Vieja República, ninguno de estos grupos tenía la más mínima<br />

posibilidad de injerencia ni participación política. Para <strong>el</strong>los quedará sólo <strong>el</strong> camino de la<br />

revu<strong>el</strong>ta y la reb<strong>el</strong>ión de clase. Los intentos sindicales y gremiales que desde entonces surgen, se<br />

encontraron con una combinación difícilmente homogeneizable. La brasilidade de la pobreza<br />

unía los remanentes de la manumisión y de la inmigración engañosa, con campesinos humildes<br />

devenidos en obreros, acentuándose la explotación en los márgenes más débiles: las mujeres y<br />

los niños. De allí que, en la alabada paz forzada de la Vieja República, que en no pocos casos se<br />

apoyó en las armas, también comenzaron a estallar hu<strong>el</strong>gas desde 1907, que clamaban y<br />

denunciaban las inhumanas condiciones laborales:<br />

The conditions <strong>of</strong> labor in São Paulo were difficult to justify. In 1920 the average<br />

Paulista industrial worker earned about four milréis (sixty cents) a day, for which<br />

he worked ten hours or more, six days a week. Women formed about one-third <strong>of</strong><br />

116 Burns <strong>of</strong>rece una cifra sorprendente, que habría que matizar. Según él, entre 1820 y 1930 habrían llegado un<br />

número equivalente de inmigrantes europeos con intención de quedarse en Brasil, al de los africanos traídos entre <strong>el</strong><br />

siglo XVI y 1850 (History 315). Hay que recordar, también, que así como se favoreció en esos años la inmigración<br />

europea, se prohibió, literalmente, la africana.<br />

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