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el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

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Es por todo esto que la discusión de las vanguardias que nos interesa destacar es la que<br />

forma parte de la conciencia de una nueva realidad, <strong>el</strong> síntoma de una vivencia cultural que<br />

llamamos contemporaneidad −en cuanto “ser al mismo tiempo”−, posición ideológica que<br />

intenta valorar la inestabilidad creada por las pugnas políticas como un hecho productor de<br />

sentido. Es este peculiar contexto <strong>el</strong> que, para nosotros, marca las vanguardias de una inherente<br />

carga política, no por <strong>el</strong>lo unidireccionada ideológica ni temáticamente manifiesta. Dos fueron<br />

las tentaciones apreciativas en este sentido. Por un lado, <strong>el</strong> hacerlas de significación suficiente, y<br />

subsumir sus propuestas contestatarias en una canc<strong>el</strong>ación de la praxis propia política. 16 Y, por <strong>el</strong><br />

otro, ver en <strong>el</strong>las las esperanzas de una performatividad militante como reflejo de la crisis de los<br />

valores hegemónicos 17 −y de la misma sociedad burguesa en general−, ad<strong>el</strong>antando en <strong>el</strong> terreno<br />

estético una solución revolucionaria que, a partir de los años treinta, se hizo cada vez más<br />

improbable.<br />

Quizás como nunca antes en las artes, las vanguardias postularon una internacionalidad<br />

casi automática, que si bien venía matizada por una nueva expansión (o reorganización) de las<br />

sociedades centrales de Occidente, que copan la escena primera, al mismo tiempo traían consigo<br />

las fuerzas de implosión d<strong>el</strong> fenómeno desde sus propios márgenes, dejándolo sin centro, sin<br />

referencia definitiva, a no ser por la voluntad siempre colonial de reafirmaciones metropolitanas.<br />

El que la autorreferencialidad y la autonomización haya sido insuficiente para explicarlas, como<br />

16 En cuanto a la constitución contestataria y reb<strong>el</strong>de que ha caracterizado a las vanguardias, nos sumamos a los<br />

autores (como Egber) que piensan que, en buena medida, son <strong>el</strong> aflorar manifiesto de fuerzas anarquizantes d<strong>el</strong> siglo<br />

XIX, influyentes incluso sobre los desarrollos autoreferenciales y autónomos de los movimientos artísticos<br />

anteriores, que llegan a su máxima expresión con <strong>el</strong> simbolismo en Europa y <strong>el</strong> modernismo en Latinoamérica.<br />

17 El concepto de hegemonía o de valores hegemónicos que utilizamos es <strong>el</strong> más evidente, <strong>el</strong> de una parte de la<br />

sociedad que se toma como un todo (claramente definido por Laclau), referenciado por su articulación al Estado y a<br />

sus aparatos ideológicos.<br />

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