13.06.2013 Views

el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

había producido en esos años. 13 Se buscaba entender esa “nueva sensibilidad” –tan ajustada a la<br />

autopromoción de los grupos de vanguardia–, expresión que en sí misma hablaba de una<br />

contemporaneidad compartida, a la cual se accedía nombrándola casi mágicamente. En realidad,<br />

debe entenderse más como una voluntad de ser que de pertenecer. Pero al mismo tiempo, las<br />

propias vanguardias demostraron tener, de manera natural, una autopercepción<br />

latinoamericanista patente en <strong>el</strong> carácter intracontinental que cobraron las revistas más<br />

importantes (en particular, Repertorio Americano y Amauta, y en menor grado muchas otras),<br />

dándose una influencia fuerte y reconocida de algunos escritores y pensadores en su propio<br />

momento –como Huidobro sobre los poetas o Mariátegui sobre toda la int<strong>el</strong>ectualidad–, y hasta<br />

apareciendo propuestas programáticas continentales explícitas y entusiastas, como la d<strong>el</strong><br />

manifiesto euforista (1922), de Puerto Rico, que se dirigía “¡A la juventud americana!”.<br />

Los críticos a los que nos referimos, para favorecer la fuerza d<strong>el</strong> conjunto, obviaron<br />

considerar anticipaciones excepcionales de obras (siempre en referencia al centro) que habrían<br />

nacido casi por generación espontánea, tanto como la de artistas heroicos cuyo desprendimiento<br />

individual y visión augural los convertía en las conciencias atrevidas de su tiempo, pues de esta<br />

manera, se rechazaba por igual inmanentismo y heroicismo de la creación individual. 14 Era la<br />

crítica al concepto de literatura como un conjunto de individualidades, producto de mecanismos<br />

13 El español Guillermo de Torre fue uno de los primeros en abordar las vanguardias como conjunto, incluyendo<br />

algunas apreciaciones sobre autores latinoamericanos. Luego, un antecedente interesante de la posición<br />

continentalista, fue la propuesta de Merlin Forster, en 1975, en “Latin American Vanguardismo: Chronology and<br />

Terminology”.<br />

14 Hay que advertir que, también, hacían peso frente a visiones radicales que consideraban las vanguardias<br />

latinoamericanas como “inexistentes”, siguiendo a los primeros críticos que lo veían todo como mera copia de<br />

Europa. Pero no por ausencia de grupos autodenominados de vanguardia, sino propiamente inexistencia d<strong>el</strong> sentido<br />

de la vanguardia. Uso brillante de esta idea, y siempre traviesamente provocador, la boutade de Monsiváis cuando,<br />

refiriéndose a los estridentistas, dijo: “Cumplían una misión heroica: representar en una sociedad que advertía con<br />

desconfianza aun a la academia; renovar un lenguaje que les era ajeno y destruir una forma que todavía no era suya”<br />

(170). Agrega luego, que no había una burguesía a la cual épater, rescatando sólo la voluntad reb<strong>el</strong>de. “Con todo, su<br />

reb<strong>el</strong>ión [Maples Arce] y la de su grupo, fue saludable en la medida en que significó reb<strong>el</strong>día, heterodoxia, amor por<br />

<strong>el</strong> desacuerdo. Nada más”. (172)<br />

19

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!