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el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

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pr<strong>of</strong>esores, funcionarios, soldados, miembros d<strong>el</strong> partido comunista, obreros, campesinos, gente<br />

común, sin excluir opositores y críticos al sistema. Y segundo, sustentando sus escritos con<br />

conocimientos de una supuesta objetividad, principalmente provenientes de las ciencias sociales,<br />

en particular, cifras estadísticas y datos económicos (aunque limitados y sin <strong>of</strong>recer las fuentes).<br />

Su intención era marcar distancia con otros viajeros occidentales (otros testigos), cuyos escritos<br />

le resultaban superficiales y sesgados, por lo que advertía que “[n]o basta haber estado en Rusia:<br />

menester es poseer un mínimun de cultura sociológica para entender, coordinar y explicar lo que<br />

se ha visto. No hace falta añadir aquí que los demás libros de ‘impresiones’ de viaje a Rusia no<br />

son más que pura literatura” (Rusia en 1931 6). Es decir, los suyos se alejaban tanto de la<br />

superficialidad turística como de la “libertad” de la literatura, ap<strong>el</strong>ando a una cierta rigurosidad<br />

metodológica –alcanzada o no– que diera cuenta de una realidad determinada por <strong>el</strong> evento<br />

revolucionario.<br />

Pareciera que la angustia por demostrar su imparcialidad ante su objeto de estudio no<br />

respondía sólo a la confrontación con los otros viajeros o a motivos que pudieran llamarse<br />

propiamente periodísticos, sino que estaba r<strong>el</strong>acionado consigo mismo, una necesidad de darle<br />

sustento racional al impacto positivo recibido en su primer viaje, ya que, en realidad, había<br />

albergado dudas anteriores respecto a la “realidad social marxista” (Georgette, Apuntes 8). 79<br />

Entonces, también se pueden leer estos textos como un diálogo consigo mismo, una forma de<br />

racionalizar su propia experiencia. Y esta tirantez entre razón y experiencia se hace evidente en<br />

la marcada enumeración de las condiciones de su independencia de criterio, cuando advierte no<br />

79 Este punto sería suficiente para distanciar al autor de otros escritores latinoamericanos vistantes de la URSS,<br />

como Elías Cast<strong>el</strong>nuovo, quien también escribe sobre <strong>el</strong>la Yo vi...! en Rusia; impresiones de un viaje a través de la<br />

tierra de los trabajadores, en 1932. Según Sarlo, Cast<strong>el</strong>nuovo no ve la realidad, sino que comprueba sus certezas<br />

(124). Sin embargo, la visión de la crítico argentina está matizada −como se ve a lo largo de todo este libro− por una<br />

visión determinista de la situación en <strong>el</strong> país de los sóviets. Es decir, si no se ignoraban “las contradicciones y los<br />

‘detalles’” de los años veinte, todo conduciría a adivinar <strong>el</strong> destino estalinista de los treinta y <strong>el</strong> fracaso no sólo de la<br />

revolución rusa, sino de los esfuerzos revolucionarios latinoamericanos.<br />

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