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el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

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que las llevaba a colocarse, como afirma Besse, “en oposición a áqu<strong>el</strong>las que forman la vasta<br />

mayoría de las mujeres brasileñas” (Freedom and Bondage 7), en altísimo porcentaje<br />

analfabetas. 141 De manera evidente, se pr<strong>of</strong>undizaba la marginalidad de la mujer d<strong>el</strong> pueblo,<br />

doblemente subyugada, frente a los hombres en general y frente a las mismas mujeres de clase<br />

medias-altas. Así, una representante de las feministas en la nov<strong>el</strong>a, entre comentarios de<br />

peinados y modas referidos a París, se ufana de los logros laborales d<strong>el</strong> grupo y de la conquista<br />

d<strong>el</strong> voto de la mujer, responde a la pregunta por la situación de las obreras diciendo: “Ésas son<br />

analfabetas. Excluidas por naturaleza” (89).<br />

Ya en “Maltus Alem” (Más allá de Malthus), su primer artículo en “A Mulher do Povo”,<br />

d<strong>el</strong> 27 de marzo de 1931, Galvão arremete contra <strong>el</strong> <strong>el</strong>itesco movimiento de “vanguardistas e<br />

feministas”, definido como de élite, que alcanzaría un año más tarde <strong>el</strong> logro pírrico d<strong>el</strong><br />

sufragio, 142 diciendo que <strong>el</strong>las estaban “a favor da libertade sexual, da maternidade consciente,<br />

do dereito do voto para ‘mulheres cultas’, achando que a orientação do v<strong>el</strong>ho Malthus resolve<br />

todos os problemas do mundo” (18). 143 A su lado, en otro artículo seguramente de <strong>el</strong>la (pero sin<br />

firma) “Mulher Mulher”, encontramos una definición que se ajusta a su propia receta de<br />

feminidad proletaria y combatiente: “Estamos na pre-epóca da mulher proletaria e instruida,<br />

explendida de formas. Mulher do trabalho, mas bem alimentada. Esportiva, sim, mas sem um<br />

regimen casativo e obrigatorio, Mulher sadia, sem vislumbre de masculinidade”. Distinguiéndose<br />

de la falsedad femenina de las clases altas y de la “masculinidad” de las femenistas: “Si a mulher<br />

141 Las conclusiones de Besse son aún más radicales: “No sólo estas mujeres asumen los roles típicamente<br />

‘femeninos’, sino que establecen y llevan ad<strong>el</strong>ante un gran número de organizaciones sociales y de caridad, que<br />

ayudan a legitimar divisiones de clase. Cuando <strong>el</strong> descontento de las mujeres no podía ser frenado, era reprimido.<br />

Para la mayoría de las mujeres, <strong>el</strong> precio de su no conformidad era la pobreza, <strong>el</strong> ostracismo social e, incluso, <strong>el</strong><br />

confinamiento en una institución”. (Freedom and Bondage 329)<br />

142 Una posición similar la tiene la poeta vanguardista peruana Magda Portal, esos mismos días de 1931. Aprista<br />

radical, escribe artículos en las revistas vanguardistas continentales (como Repertorio Americano y Amauta),<br />

criticando <strong>el</strong> movimiento feminista peruano, que también pretendían <strong>el</strong> voto femenino, pero no de las obreras.<br />

143 Usamos la numeración de páginas de la edición facsimilar y no la de la propia revista.<br />

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