13.06.2013 Views

el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

explotadora e ineficiente, un cambio que no transforma, que concuerda −de manera literal−, con<br />

la visión ligeramente anterior de los Siete ensayos de Mariátegui. Núñez dice: 208<br />

La Conquista no concluye en <strong>el</strong> siglo XVII. Ni la Colonia propiamente dicha<br />

finaliza en la Independencia. Fluye de todo esto una permanente actualidad. La<br />

historia contemporánea nos hace volver los ojos hacia la plenitud de estos<br />

términos. Conquista, Colonización e Independencia. Son tres etapas que se<br />

prolongan hasta nuestros días. Se diría que todo nuestro pasado fuese presente.<br />

No nos sería dado, sin desconocer la historia, o defraudarla, hablar de <strong>el</strong>la como<br />

de un lejano pretérito. Como si ya lo hubiésemos sobrepasado. (Ibíd. 214-5, énf.<br />

nuestro) 209<br />

En efecto, para estos dos autores, sólo desde la valoración crítica de la estabilidad<br />

conceptual de las categorías históricas se puede descifrar la paradójica continuidad d<strong>el</strong><br />

colonialismo. Es de allí que se hace productiva la escogencia de Cubagua como locus de la<br />

nov<strong>el</strong>a. En sus connotaciones históricas específicas, en cuanto basamento de la instauración de<br />

una cultura hispanoamericana problemática en las Antillas 210 (despojo, colonialismo, esclavitud,<br />

208 Es interesante que también sea la percepción de Einsenstein d<strong>el</strong> México de esos mismos años, durante su intento<br />

de filmar (de entender) ¡Que viva México! Estaríamos tentados a buscar las bases comunes entre Einsenstein,<br />

Mariátegui y Núñez en una vinculación al marxismo. Sin embargo, hay ya similitudes en la percepción de la historia<br />

de los respectivos países (como quizás en todo <strong>el</strong> continente), en cuanto no haber dado cuenta de los traumas de una<br />

constitución nacional reiteradamente fallida, la colonización y neocolonización, <strong>el</strong> vasallaje disfrazado, la violencia<br />

de los procesos modernizadores, que garantizaban la permanencia o negociación con los estratos hegemónicos<br />

tradicionales. Pero no hay que olvidar que Núñez, más que revolucionario marxista (que no lo era), resultaba más<br />

bien un crítico apasionado d<strong>el</strong> reformismo positivista y d<strong>el</strong> populismo liberal que pronto iba a instaurarse.<br />

209 Sin embargo, no es d<strong>el</strong> todo descab<strong>el</strong>lado pensar que Núñez conociera parte de la obra d<strong>el</strong> pensador peruano, más<br />

allá de que no tengamos referencia de <strong>el</strong>lo. Pocos meses después de su estancia en Cuba, la Revista de Avance, en la<br />

cual participa activamente su amigo Juan Marin<strong>el</strong>lo, le dedica un espacio considerable a Mariátegui, en ocasión de<br />

su muerte. Asimismo, en la revista Vía, de corta duración, <strong>el</strong> poeta vanguardista venezolano Luis Castro, en junio de<br />

1931, propone a Mariátegui como mod<strong>el</strong>o int<strong>el</strong>ectual, al lado de Andrés B<strong>el</strong>lo, según da noticias Lasarte (“La<br />

brigada de la pureza” 374). Además, habría que sopesar la influencia de Mariátegui sobre los marxistas de la época,<br />

entre <strong>el</strong>los algunos de los amigos cercanos de Núñez, precisamente Marin<strong>el</strong>lo y <strong>el</strong> grupo de minoristas cubanos, y<br />

quizás sobre <strong>el</strong> mismo Pío Tamayo (representado en La galera de Tiberio).<br />

210 Este locus no es casual. Aunque estamos lejos de creer que Cubagua sea una nov<strong>el</strong>a “opositora” a la dictadura, en<br />

<strong>el</strong> sentido que lo es Pocaterra o Blanco Fombona, las islas en esos mismos años eran reductos asiduos de los<br />

emigrados políticos venezolanos. En la peculiar nov<strong>el</strong>a de Odisea en tierra firme (1931), de Picón Salas, hay una<br />

significativa circularidad en torno a las islas. El libro comienza y termina en <strong>el</strong>las. De alguna manera, podríamos<br />

262

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!