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el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

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nacional− y la geografía −petróleo en este caso− atentaban una vez más contra sus pobladores, o<br />

mejor, su explotación capitalista, de espalda al interés de los pobladores. De manera evidente, <strong>el</strong><br />

nacionalismo de Núñez se enfrenta a imperialismo económico, representado por las empresas<br />

petroleras extranjeras. Nacionalismo es, también entonces, control de las riquezas y asunción de<br />

un tiempo no colonial.<br />

Para entender esta visión t<strong>el</strong>úrica, pero no como un recurso poético −como ha pretendido<br />

parte de la crítica−, puede leerse un curioso texto de Núñez, entre metafísico e histórico, Una<br />

ojeada al mapa de Venezu<strong>el</strong>a, 189 que fue escrito entre 1933 y 1934. Partiendo de la premisa de<br />

una unidad espiritual primigenia de todos los pueblos, como una disposición natural a interpretar<br />

y darle sentido a su entorno, Núñez postula allí una fuerza recíproca entre pensamiento y<br />

naturaleza: “Porque <strong>el</strong> hombre trató siempre de reflejar la imagen d<strong>el</strong> universo conforme al<br />

paisaje que le rodea, y en este caso, las ignotas llanuras y <strong>el</strong> rumor de las const<strong>el</strong>aciones en <strong>el</strong><br />

silencio desconocido, hubieran ejercido su influencia en esa interrogación […]” (5).<br />

Como en la nov<strong>el</strong>a, <strong>el</strong> “secreto de la tierra” es sólo descifrable por una r<strong>el</strong>ación armónica<br />

con la naturaleza. Así, la explotación −tanto colonial como neocolonial− entraba en<br />

contradicción con <strong>el</strong>la, generando un desamparo en los conquistadores, que los imposibilitaba<br />

para interpretarla. Con palabras que podrían haber sido parte de Cubagua, Núñez explica:<br />

Pero hay <strong>el</strong> silencio y la soledad. Existen las serranías sobrepasándose siempre, y<br />

los horizontes. En todo esto hay imágenes. Se cree percibir cosas que existen o<br />

han existido. Algo que escapa a nuestros sentidos. En fin, eso que los<br />

conquistadores, cuando sentían turbada su alma en medio de las soledades,<br />

llamaban <strong>el</strong> secreto de la tierra. [...] Así, ese contorno que contemplamos nos<br />

<strong>of</strong>rece algo más que los simples r<strong>el</strong>ieves de su aspecto físico y nos encontramos<br />

189 Sorprende que la mayoría de los críticos que han abordado la nov<strong>el</strong>a con pr<strong>of</strong>undidad no hayan prestado atención<br />

suficiente a este ensayo, favoreciendo su más claro y posterior “Discurso ante la Academia de la Historia” (incluido<br />

en Una ojeada), de 1948.<br />

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