el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...
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a la par de la disolución de la capacidad aglutinante de los diversos grupos y escu<strong>el</strong>as (<strong>el</strong><br />
activismo de vanguardia), y que se traduce en un impulso hacia respuestas individuales en lo<br />
literario y colectivo-militante en lo político. 48<br />
En efecto, como es casi de común acuerdo, alrededor de 1930 se da un cambio de<br />
dirección radical o, lo que para muchos es <strong>el</strong> comienzo d<strong>el</strong> fin de las vanguardias históricas.<br />
Osorio dice que “es liquidado institucionalmente en la mayor parte de América Latina, al<br />
cambiar más o menos violentamente las condiciones políticas que se habían creado en <strong>el</strong> anterior<br />
decenio” (Manifiestos XXVII). Schwartz, por su parte, lo ve como un cambio hacia lo<br />
ideológico. Forster 49 lo señala como momento de cansancio d<strong>el</strong> experimentalismo. Casi<br />
parafraseando <strong>el</strong> augurio de Marinetti, en cuanto a la obligada decadencia de los poetas de<br />
perdida adolescencia, precisa <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> funcionamiento de los grupos, aunque no de sus<br />
creaciones individuales, que por <strong>el</strong> contrario –sugiere– alcanzan sus obras mayores (“Latin<br />
American Vanguardismo” 17).<br />
A principios de los treinta, se llega al fin de las revistas político-literarias más<br />
importantes y de mayor difusión continental, como La Revista de Avance y Amauta,<br />
coincidiendo con la muerte de los dos principales líderes d<strong>el</strong> comunismo continental, Julio<br />
48 Es un momento singular en todas partes. El academicismo, la crisis d<strong>el</strong> sentido grupal y la radicalización política<br />
en Europa se ven ejemplificados en <strong>el</strong> segundo manifiesto surrealista, en las diatribas de Bretón contra los disidentes<br />
y en la afiliación al marxismo, primero prosoviético, y poco más tarde, trotskista. Como algo equivalente, en la<br />
URSS se da la “inexplicable” vu<strong>el</strong>ta al realismo de Malevitch.<br />
49 La cronología que propone Forster es más o menos la aceptada en general, y está basada fundamentalmente en las<br />
fechas de creación de obras en las que, según <strong>el</strong> criterio, puedan verse trazas vanguardistas. Estos paréntesis<br />
cronológicos parecen aspirar una r<strong>el</strong>ación de equivalencias con obras paradigmáticas europeas. Forster establece, así<br />
las fechas de 1910 a 1920 como momento de transición entre modernismo-simbolismo y vanguardias, que Osorio<br />
precisa como de coexistencia entre modernistas consagrados, últimos modernistas y muy recientes vanguardistas.<br />
Sin embargo, para quienes buscan las realizaciones como bordes limitantes, entre <strong>el</strong>los Schwartz, la fecha de inicio<br />
continental sería <strong>el</strong> 1914 de Non serviam de Huidobro. La década siguiente, es vista como etapa central. Sería <strong>el</strong><br />
momento de expansión de manifiestos, revistas y grupos, con una “articulación única en 1922” (Pacheco 327) y una<br />
crisis casi compartida por todos los críticos alrededor de 1930. Luego, se considera diversos puntos de la siguiente<br />
década, como de “r<strong>el</strong>ative maturity and impatience with some <strong>of</strong> the recent loudly proclaimed solutions” (Forster<br />
17), que para Schwartz termina en Nicaragua, en 1931; para Verani en 1935, mientras que para Osorio es <strong>el</strong> inicio de<br />
un segundo período vanguardista, que llega hasta <strong>el</strong> final de la II Guerra.<br />
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