13.06.2013 Views

el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

clara postura autocanc<strong>el</strong>adora d<strong>el</strong> período: “Los verdaderos dadaístas están contra DADÁ” (cit.<br />

en De Torre 219). 55<br />

Ya en 1921 −es decir, años antes de que Amauta se convirtiera en <strong>el</strong> proyecto que<br />

definiría la más clara articulación de política y vanguardias en Latinoamérica−, Mariátegui dio su<br />

percepción d<strong>el</strong> tema como un hecho revolucionario, minimizando las diferencias entre las<br />

diversas facciones y escu<strong>el</strong>as, para entender que “[e]l instante histórico es revolucionario en todo<br />

sentido. [...] Pero a <strong>el</strong>las lo une la finalidad renovadora, la bandera revolucionaria, todas estas<br />

facciones artísticas se fusionan bajo <strong>el</strong> común denominador de arte de vanguardia” (“Aspectos<br />

viejos y nuevos d<strong>el</strong> futurismo”, en El artista y la época 57). No obstante, allí mismo y desde<br />

entonces, advertía la desviación autoritaria que luego cobraría vida plena a partir de mediados de<br />

la década:<br />

El fracaso es, pues, de la ortodoxia, d<strong>el</strong> dogmatismo; no d<strong>el</strong> movimiento. Ha<br />

fracasado la desviada tendencia a reemplazar <strong>el</strong> academicismo clásico con un<br />

academicismo nuevo. No ha fracasado <strong>el</strong> fruto de una revolución artística. La<br />

revolución artística está en marcha. Son muchas sus exageraciones, sus<br />

destemplanzas, sus desmanes. Pero es que no hay revolución mesurada,<br />

equilibrada, blanda, serena, plácida. Toda revolución tiene sus horrores. Es<br />

natural que las revoluciones artísticas tengan también los suyos. La actual está,<br />

por ejemplo, en <strong>el</strong> período de sus horrores máximos. (“Aspectos viejos y nuevos<br />

d<strong>el</strong> futurismo”, en El artista y la época 59)<br />

En un texto posterior, de 1924, al tratar <strong>el</strong> tema d<strong>el</strong> torremarfilismo (asociado con <strong>el</strong><br />

rechazo que hacen las vanguardias d<strong>el</strong> modernismo), Mariátegui afirma que allí se expresaba una<br />

55 “Picabia, posteriormente [a 1921], en L´Espirt Nouveau escribía que para él Dada sólo había existido de 1912 a<br />

1916, antes de su aceptación por <strong>el</strong> público. Una vez impuesta, cuando Dada corría <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro de formar discípulos,<br />

comenzando a dogmatizar, ya no le interesaba y se alejaba de <strong>el</strong>la. Su apartamiento implica la desaparición d<strong>el</strong><br />

‘manager’ y sostenedor crematístico d<strong>el</strong> grupo”. (De Torre 225)<br />

55

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!