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el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

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(Altamira y El Miedo) como espacio de la nación, como cultura (en sentido freudiano de<br />

represión). 188 En cambio, en Núñez la naturaleza es una entidad cultural <strong>el</strong>la misma y no su<br />

negación. Tampoco la propone como negociación, sino como armonía. Ella no encarna en los<br />

personajes, pero está constantemente cruzándolos, <strong>el</strong>los subjetivan <strong>el</strong> paisaje. La naturaleza como<br />

forma de historia es una simbiosis con sus habitantes sucesivos, que se transforma en sí misma.<br />

Lejos de una racionalidad que se le impone, modernizadora y tecnológica (¿la democracia<br />

populista o la razón tecnocrática desarrollista?), es un pensamiento en sí, una posibilidad.<br />

Cubagua está llena de imágenes de significados plurales, cuando no inestables, que ratifican este<br />

sentido, recurriendo a la antropomorfización, estableciendo r<strong>el</strong>aciones no sólo con lo humano,<br />

sino también con sus productos técnicos, marcadores de la contemporaneidad. Los cardones de<br />

Cubagua-isla son también indígenas que esperan y observan, aunque antes habían prestado sus<br />

espinas para impedir que estos mismos huyeran de los españoles y de la muerte: “(c)aminan los<br />

hombres descalzos, impasibles, taciturnos. Son hombres cardones” (56). A la vez, los cardones<br />

son antenas orientadas hacia <strong>el</strong> cosmos. Nila es las riquezas de la isla, nácar, perla, y al mismo<br />

tiempo la s<strong>el</strong>va amazónica, y <strong>el</strong> barco La tirana. Incluso, las ruinas de la Nueva Cádiz de<br />

Cubagua son como y son la pi<strong>el</strong> deteriorada por la lepra de Pedro Cálice, e incluso éste mismo,<br />

quien muere con lentitud: “Toda la fisonomía de la isla estaba en aqu<strong>el</strong> rostro” (22). Es decir, en<br />

<strong>el</strong> simbolismo entreverado de las imágenes de la nov<strong>el</strong>a, Núñez construye un vasto tejido en que<br />

naturaleza y cultura se unifican, pero no en una propuesta pacificadora, sino en una espera tensa<br />

que increpa. Si <strong>el</strong> llano gallegueano es una metáfora geográfica, Cubagua-isla es una metonimia<br />

temporal, su historia es la historia de la nación. La primera clama por una reforma<br />

domesticadora, la segunda, por una reb<strong>el</strong>ión. Cubagua denuncia que <strong>el</strong> pensamiento −o proyecto<br />

188 Aunque habría que matizar que en la visión gallegueana hay una naturaleza que también tiene en sí lo positivo,<br />

algo que puede resurgir de <strong>el</strong>la, en cuanto sea “manejada” por fuerzas distintas a la barbarie enseñoreada.<br />

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