el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...
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la Revolución d<strong>el</strong> 17, con la expansión de la idea de la posibilidad libertaria de los pueblos (y<br />
precisamente no los d<strong>el</strong> centro), 41 serán entonces concreciones y no inicios d<strong>el</strong> nuevo paradigma<br />
de la política internacional.<br />
Visto de este modo, se puede ampliar <strong>el</strong> contexto político-social de las vanguardias 42 al<br />
que corresponde al surgimiento e imposición d<strong>el</strong> imperialismo y su referente opuesto, <strong>el</strong><br />
internacionalismo proletario, desde principios de siglo. El discurso o intención vanguardista<br />
(como la llama Bürger), podríamos decir, es una forma de pensar y participar en esa tensión, que<br />
conlleva en sí misma una doble fuerza expansiva y crítica simultáneas, en su voluntad<br />
universalizante y modernizadora. De allí que la idea de la universalidad de las vanguardias<br />
tendría que ser asociada a la táctica misma d<strong>el</strong> imperialismo, que propone su experiencia, como<br />
la de la forma estética que produce, sea percibida en sí misma como <strong>el</strong> hecho internacional, así<br />
como a la idea misma de internacionalismo. Es una percepción que cruza <strong>el</strong> comportamiento<br />
expansivo d<strong>el</strong> capital, que <strong>el</strong> mismo Mariátegui insinúa cuando, hablando d<strong>el</strong> futurismo italiano,<br />
decía que trataba de universalizarse “[p]orque las escu<strong>el</strong>as artísticas son imperialistas,<br />
conquistadoras y expansivas” (“Aspectos viejos y nuevos d<strong>el</strong> futurismo”, en El artista y la época<br />
57).<br />
de Malevitch, <strong>el</strong> nacionalismo vanguardista d<strong>el</strong> primer Stravinsky e incluso <strong>el</strong> dodecafonismo de la escu<strong>el</strong>a de<br />
Viena, todas propuestas plenas, anteriores a la guerra.<br />
41 Apuntamos aquí al sentido que enfatiza que la Revolución rusa no fue expresión d<strong>el</strong> desarrollo de las fuerzas<br />
productivas d<strong>el</strong> capitalismo, sino su propiciadora, como lo terminó exponiendo Lenin. Por tanto, la experiencia<br />
soviética como posibilidad real de cambio a la vez revolucionario y desarrollista tuvo que haber tenido un gran<br />
impacto sobre las sociedades periféricas pobres, al menos sobre los que aspiraban modernidad y socialismo, sin<br />
tener que pasar por <strong>el</strong> desarrollo de las fuerzas productivas dentro d<strong>el</strong> capitalismo. De hecho, esta esperanza a finales<br />
d<strong>el</strong> XIX, como señala Burns, quedaba ya prácticamente canc<strong>el</strong>ada: “El triunfo d<strong>el</strong> progreso, tal como lo definieron<br />
las élites, determinó <strong>el</strong> curso de la historia d<strong>el</strong> siglo XX. Dejó un legado de pobreza para las masas y de continuos<br />
conflictos”. (Pobreza d<strong>el</strong> progreso 184)<br />
42 Como se entenderá, apuntamos a la idea de que <strong>el</strong> momento de cambio d<strong>el</strong> paradigma político-económico no<br />
coincide ni necesaria ni exactamente con los cambios estéticos, ni tiene porqué tener una sola expresión artística.<br />
Para decirlo en términos de superestructura, ésta no tiene que ser unívoca y absoluta. El inicio d<strong>el</strong> marco que<br />
definimos condiciona por igual, en Hispanoamérica, <strong>el</strong> modernismo d<strong>el</strong> siglo XX y <strong>el</strong> inicio de las vanguardias. El<br />
solapamiento que se da entre <strong>el</strong>los es, entonces, percepciones literarias diversas de un mismo fenómeno sociopolítico<br />
y económico.<br />
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