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el ...narrativas contaminadas - D-Scholarship@Pitt - University of ...

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universalista, estética y político-social, se funden con frecuencia o –al menos–<br />

coexisten en los grupos de avanzada. (24)<br />

Incluso, se podría tener la percepción −y esto parece estar en consonancia con buena<br />

parte de la crítica más reciente− de que lo social de las vanguardias no se entiende ya como una<br />

imposición desde fuera, una temática o fuerza que las niega, sino como una negociación interna<br />

que se inscribe de otra manera en la misma lógica de esos “nuevos tiempos” −utilizándo <strong>el</strong><br />

término de Jameson para <strong>el</strong> postmodernismo−. De aquí que pueda decirse que las vanguardias<br />

contemplaran en su seno múltiples articulaciones de grupos diversos en y desde las distintas<br />

sociedades, y no fueran meros reflejos de valores hegemónicos, revolucionados o no, lo que fue<br />

también una de sus opciones. Los aportes –las diferencias frente a las vanguardias centrales<br />

utilizadas como referenciales– no fueron, así, una mera adaptación de temáticas o interferencias<br />

realistas (lo nacional, regional o étnico), vaciadas en técnicas y procedimientos vanguardistas,<br />

entendidos como lenguaje internacional o estructuras literarias de procedencia central (la visión<br />

transculturadora o de mera copia de la metrópolis), sino más bien, terreno donde una riqueza de<br />

visiones sociales entraban en tensión. 31<br />

Entonces, podemos revindicar también en la interpretación de las vanguardias<br />

posibilidades constitutivas de rupturas y desestabilizaciones propiciadas por las tensiones<br />

políticas d<strong>el</strong> momento y su presión sobre los sectores populares. Es más, intuimos que los<br />

aspectos políticos, en su sentido más amplio, fueron constitutivos de su mismo surgimiento, en<br />

cuanto se movieron entre dos radicales b<strong>el</strong>igerantes, la destrucción totalizante como negación sin<br />

31 Ejemplo singular de esto, aunque lejos de ser <strong>el</strong> único (y pensamos en <strong>el</strong> mismo Vallejo), es Raúl González<br />

Tuñon, que no viene de orígenes sociales altos, y en quien −para Sarlo− “se verifica <strong>el</strong> impacto productivo de los<br />

grandes temas sociales sobre los mundos referenciales de la literatura. De un modo que, claro está, no puede ser<br />

considerado únicamente argentino, las nuevas estéticas <strong>of</strong>recen un programa que puede mezclarse con los programas<br />

revolucionarios”. (158)<br />

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