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Periodoncia.Eley.6a.Ed

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132 <strong>Periodoncia</strong><br />

pocas células plasmáticas y macrófagos. Los signos clínicos en esta etapa son<br />

escasos y las encías suelen tener un aspecto clínicamente sano. Esto se debe a que<br />

la lesión, que ha adquirido una naturaleza más «crónica», ocupa un área muy<br />

pequeña de las encías. Además, los signos de la inflamación aguda disminuyen a<br />

medida que la lesión se va cronificando. Esta etapa probablemente es calificada<br />

como una situación de salud gingival en la clínica dental.<br />

Gingivitis Establecida<br />

Si no se restablece una higiene oral satisfactoria, comienza a manifestarse una<br />

gingivitis clínicamente visible en un intervalo de 7 a 14 días. Aparecen signos<br />

clínicos de inflamación y las papilas interdentales se vuelven edematosas y<br />

sangran al sondaje (figs. 8.4 y 8.5). El número de linfocitos aumenta y<br />

comienzan a predominar los linfocitos B. Muchas de estas células maduran y<br />

se transforman en células plasmáticas que fabrican anticuerpos específicos<br />

contra numerosos antígenos de la placa. Aparecen algunos macrófagos, pero<br />

se produce una estimulación secundaria de inflamación aguda producida por<br />

la activación del complemento. Esto da lugar a la salida de PMN desde los<br />

vasos sanguíneos y muchos de éstos migran a través del epitelio de unión<br />

hacia el surco gingival. Aumenta el flujo de líquido crevicular gingival (LCG),<br />

un exudado inflamatorio. Hay inmunoglobulinas, principalmente IgG, en el<br />

tejido conjuntivo gingival y en el LCG. También hay mastocitos en el tejido<br />

conjuntivo gingival y en el epitelio de unión. Estos cambios provocan una<br />

inflamación gingival clínica y las encías se muestran rojizas, edematosas y<br />

sangran con facilidad (fig. 8.5). El tamaño de la lesión aumenta y ocupa un<br />

volumen mayor en el interior del tejido conjuntivo gingival.<br />

Al aumentar la destrucción de colágeno y la hinchazón, el margen gingival<br />

puede separarse fácilmente de la superficie del diente dando origen a una<br />

bolsa «gingival» o «seudobolsa» (fig. 8.2B). Esta bolsa gingival puede ser<br />

bastante profunda si el edema inflamatorio y la hinchazón gingival son considerables.<br />

Se produce entonces una degeneración de células del epitelio de<br />

unión y cierta proliferación de sus capas basales hacia el interior del tejido<br />

conjuntivo subyacente, pero en esta etapa no hay una migración significativa<br />

de células epiteliales hacia la superficie de la raíz.<br />

Puede producirse cierta resorción de la cresta alveolar a medida que la<br />

inflamación va diseminándose a lo largo de las fibras transeptales. Esta<br />

resorción es reversible al resolverse la inflamación.<br />

Una característica interesante de la enfermedad es la ausencia de bacterias<br />

en el epitelio y en el tejido conjuntivo.<br />

A medida que va destruyéndose tejido fibroso en la zona de la inflamación<br />

activa se produce cierta proliferación de tejido fibroso y formación de nuevos<br />

vasos sanguíneos en regiones más alejadas del foco de la inflamación.<br />

Esta actividad productiva o reparadora es una característica sumamente<br />

importante de la lesión crónica, y en las zonas en las que la irritación y la<br />

inflamación son de larga duración, el tejido fibroso puede llegar a convertirse<br />

en el componente predominante en estos tejidos.<br />

De este modo, la destrucción y la reparación continúan conjuntamente y la<br />

proporción de cada una de ellas afecta al color y la forma de las encías. Si predomina<br />

la inflamación, los tejidos son rojizos, blandos y sangran con facilidad;<br />

si, por el contrario, predomina la producción de tejido fibroso, las encías pueden<br />

tener una consistencia firme y un color rosado, aunque con aspecto de hinchazón<br />

y con un sangrado escaso o nulo. En el capítulo 6 se describen los factores sistémicos<br />

o generales que determinan la respuesta hística a la irritación de la placa.<br />

El tratamiento eficaz de la gingivitis eliminará la causa de la irritación y<br />

la situación se resolverá, volviendo a una lesión pequeña que se asemejará a<br />

la lesión «inicial», con un número escaso de linfocitos ocupando una zona<br />

pequeña del tejido conjuntivo gingival situado por debajo del epitelio de<br />

unión. El aspecto clínico de las encías será sano.<br />

Las lesiones descritas hasta ahora se denominan «contenidas», ya que su<br />

afectación se limita a las encías, y en gran medida son reversibles si se elimina<br />

la placa. Pueden permanecer contenidas durante muchos años; por otro<br />

lado, una lesión de gingivitis establecida puede diseminarse hacia tejidos<br />

más profundos y convertirse en una periodontitis crónica destructiva. Esta<br />

progresión no es inevitable y en algunos estudios longitudinales se señala<br />

que la incidencia de conversión hacia la periodontitis es muy baja (Albander<br />

et al., 1986; Listgarten, 1988). Hay un debate considerable acerca de si esta<br />

progresión está determinada por la naturaleza de la placa bacteriana, por factores<br />

del huésped o por ambos. Las células plasmáticas parecen relacionarse<br />

con lesiones más agresivas y es posible que la proliferación de células plasmáticas<br />

pueda estar provocada por ciertos constituyentes de la placa.<br />

Periodontitis Crónica<br />

Fig. 8.4 Primeros signos de gingivitis marginal crónica en los que se aprecia<br />

enrojecimiento claro alrededor de los márgenes gingivales debido a hiperemia vascular.<br />

Fig. 8.5 Gingivitis establecida con tumefacción papilar edematosa.<br />

La integridad del epitelio de unión va deteriorándose progresivamente al<br />

mantenerse la irritación y la inflamación de la placa. Las células epiteliales se<br />

degeneran y se separan, y la unión a los dientes se pierde por completo. Al<br />

mismo tiempo, el epitelio de unión prolifera en el interior del tejido conjuntivo<br />

y apicalmente a lo largo de la superficie radicular a medida que van destruyéndose<br />

las fibras dentogingivales y las fibras de la cresta alveolar. La<br />

migración apical del epitelio de unión continúa, de modo que la separación de<br />

este epitelio de la superficie radicular va formando una bolsa «periodontal» o<br />

«verdadera» (figs. 8.2C y 8.6). Este cambio es irreversible.<br />

Una vez formada la bolsa verdadera, la placa entra en contacto con el cemento.<br />

El tejido conjuntivo está edematoso; los vasos están dilatados y trombosados, y<br />

las paredes vasculares se destruyen, sangrando hacia los tejidos circundantes. Se<br />

produce un infiltrado inflamatorio masivo de células plasmáticas, linfocitos y<br />

macrófagos. La IgG es la inmunoglobulina predominante, pero también hay cierta<br />

cantidad de IgM e IgA. El epitelio de la bolsa puede estar intacto o ulcerado. Esto<br />

no parece crear diferencias, ya que los productos de la placa se difunden a través<br />

del epitelio. El flujo de LCG y la migración de los PMN continúan y es probable<br />

que el flujo de líquido ayude a promover el depósito de cálculo subgingival.<br />

La extensión de la inflamación a la cresta alveolar está marcada por la<br />

infiltración de ciertas células inflamatorias en los espacios trabeculares, que

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