Periodoncia.Eley.6a.Ed
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Oclusión<br />
El término «oclusión» se aplica a cualquier contacto entre los dientes de la<br />
mandíbula y del maxilar en cualquier posición de la mandíbula. Por tanto, la<br />
oclusión tiene importancia para la odontología restauradora y protésica, además<br />
de para la ortodoncia y la periodoncia. Por desgracia, estas especialidades<br />
se han interesado por aspectos particulares de la oclusión y han desarrollado<br />
sus propias creencias y vocabulario, lo que da lugar a confusión.<br />
Muchos de los conceptos valiosos para la prótesis o la ortodoncia pueden ser<br />
irrelevantes o incluso contrarios para una comprensión de la función de las<br />
relaciones oclusales y las tensiones oclusales en periodoncia. El concepto de<br />
«oclusión equilibrada», en el que los contactos bilaterales de las cúspides<br />
tienen lugar durante las lateralidades, puede ser importante en prótesis, pero<br />
en determinadas circunstancias puede ser contrario a la salud periodontal. La<br />
salud de los tejidos que soportan a los dientes no depende de un patrón de<br />
oclusión particular. Sin embargo, las tensiones oclusales pueden influir en la<br />
patología periodontal (cap. 8). Harrel et al. (2006) han revisado estos conceptos.<br />
Tienen que considerarse tres aspectos importantes de la función masticatoria:<br />
1. Durante la masticación normal, los dientes están separados por el bolo<br />
alimentario y entran en contacto al final del ciclo de la masticación y<br />
durante la deglución. Se ha estimado que la duración total del contacto<br />
dental en un período de 24 h es de 17,5 min, formados por 9 min de<br />
contacto durante la masticación y 8,5 min por el contacto durante la<br />
deglución. Por tanto, el contacto diente a diente funcional normal es<br />
ocasional y transitorio y por sí mismo es improbable que sea nocivo.<br />
2. La actividad del sistema masticatorio está controlada principalmente<br />
por el nervio trigémino, que sujeto al control de los centros<br />
superiores, dirige diversas formas de actividad refleja. Éstas<br />
constituyen un mecanismo de retroalimentación que protege a los<br />
diversos tejidos del sistema masticatorio, incluido el periodonto.<br />
Por ejemplo, la presencia de un objeto duro como un trozo de<br />
hueso o un fruto seco en el bolo de alimento blando estimula a los<br />
propioceptores del ligamento periodontal a que, mediante actividad<br />
refleja, hagan que la mandíbula se abra. De esta forma, se controla<br />
la tensión sobre los dientes y los tejidos de soporte, excepto si los<br />
centros superiores indican que se realice un esfuerzo consciente para<br />
romper el fruto seco.<br />
3. Excepto los dientes, todos los tejidos del sistema masticatorio tienen<br />
un poder de adaptación considerable, y el hueso, el tejido conjuntivo y<br />
el epitelio están en un estado de actividad y renovación constantes. El<br />
sistema masticatorio no es un sistema rígido; al igual que otros tejidos<br />
vitales, es inmensamente flexible y permite que se absorban una serie<br />
de cambios ambientales sin que se produzca ningún daño.<br />
Tensión Oclusal Excesiva<br />
Los intentos por definir la palabra «excesiva» tienden en la mayoría de las<br />
situaciones a un principio. Las tensiones oclusales excesivas son las que<br />
superan los límites de la adaptación del tejido y, por tanto, causan un trauma<br />
oclusal. Las fuerzas suprafisiológicas serían excesivas para una dentición<br />
con un soporte periodontal adecuado, mientras que la carga fisiológica puede<br />
resultar excesiva en una dentición afectada. Las fuerzas generadas durante la<br />
masticación dependen principalmente de la consistencia del alimento. La<br />
presión máxima en un molar adulto se ha estimado en 0,4-1,8 kg, pero a<br />
causa del poder de adaptación de los tejidos periodontales, resulta imposible<br />
definir la tensión oclusal excesiva en términos numéricos precisos.<br />
Las tensiones excesivas parecen estar causadas por:<br />
1. Actividad anormal o parafuncional.<br />
2. Tratamientos dentales.<br />
3. Desarmonía oclusal.<br />
4. Destrucción de los tejidos periodontales por enfermedad, por ejemplo,<br />
periodontitis crónica.<br />
Con frecuencia estos factores están interrelacionados.<br />
Parafunción<br />
La actividad parafuncional está fuera de la actividad funcional. Suele ser<br />
habitual y generalmente el paciente no es consciente de estos hábitos, durante<br />
los que puede existir contacto entre los dientes superiores e inferiores (como<br />
apretar o chirriar los dientes), entre los dientes y los tejidos blandos, mejillas,<br />
labios y lengua, o entre los dientes y algún cuerpo extraño, por ejemplo,<br />
lápiz, pipa, etc. Estos hábitos pueden estar asociados con factores psicológicos,<br />
por ejemplo, ansiedad, ira, frustración, etc. o con una actividad ocupacional<br />
o recreativa.<br />
Bruxismo<br />
Los hábitos de contacto más frecuentes entre los dientes son apretarlos o<br />
hacerlos chirriar, es decir, el bruxismo. Una gran proporción de pacientes con<br />
enfermedad periodontal tienen este hábito. Muchos son conscientes de que<br />
aprietan sus dientes cuando están sometidos a tensión durante el día, pero<br />
pocas personas son conscientes de un hábito de chirriar los dientes durante la<br />
noche, excepto si alguien se lo dice. Se ha estimado que durante el acto de<br />
apretar o de chirriar los dientes, el individuo podría aplicar una carga de más<br />
de 20 kg sobre un diente durante períodos de 2,5 s cada vez. Esto excede considerablemente<br />
las tensiones funcionales normales y causa «movimiento»<br />
dentro del ligamento periodontal viscoelástico y distorsión del hueso alveolar,<br />
de lo que los tejidos se recuperan lentamente. Además, la carga excesiva<br />
tiende a afectar a las terminaciones nerviosas propioceptivas, que quedan<br />
anuladas o adquieren un mayor nivel de tolerancia, afectando de esta forma<br />
al mecanismo reflejo protector. La actividad muscular se vuelve anormal y el<br />
hábito se perpetúa. Esta actividad muscular alterada también puede interferir<br />
con la función de la articulación temporomandibular. El bruxismo es la causa<br />
más habitual de desgaste avanzado en el mundo occidental.<br />
En ausencia de inflamación gingival o de destrucción periodontal, los tejidos<br />
de soporte se pueden adaptar a la carga del trauma oclusal primario. En<br />
los lugares donde antes ha existido enfermedad periodontal, los tejidos suelen<br />
adaptarse de forma similar. En la periodontitis inicial o moderada, la respuesta<br />
adaptativa es la misma, pero en la periodontitis avanzada, el ritmo de<br />
progresión de la enfermedad puede acelerarse al tener lugar conjuntamente<br />
la inflamación gingival y el «trauma» intraalveolar (cap. 8).<br />
Existen dos causas de bruxismo: tensión nerviosa e interferencias oclusales.<br />
Estos dos factores suelen actuar a la vez, de forma que una interferencia<br />
oclusal en una persona ansiosa puede provocar bruxismo, mientras que en un<br />
individuo sin ansiedad puede existir adaptación a la interferencia.<br />
Diagnóstico de bruxismo<br />
Existe una historia clínica definida de bruxismo, pero tal como afirman<br />
muchos pacientes, no son conscientes de una parafunción. Hay una serie de<br />
signos que ayudan a su detección:<br />
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