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Periodoncia.Eley.6a.Ed

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Profilaxis antibiótica en pacientes susceptibles bajo tratamiento periodontal 275<br />

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.<br />

comprendidas entre 1 año y 11 meses y 19 años y 4 meses sometidos a anestesia<br />

general se obtuvieron muestras de sangre después de la anestesia local. Los<br />

métodos de inyección fueron la infiltración del fondo del vestíbulo, la infiltración<br />

intraligamentosa, y una intraligamentosa modificada. En un subgrupo de<br />

50 niños se tomaron muestras de sangre ante cualquier tratamiento dentogingival<br />

para aportar un nivel basal de bacteriemia. La prevalencia en porcentaje de<br />

bacteriemia fue un nivel basal del 8%, analgesia por infiltración vestibular del<br />

16%, analgesia intraligamentosa modificada del 50% y analgesia intraligamentosa<br />

convencional del 97%. Las técnicas intraligamentosas tuvieron una prevalencia<br />

en porcentaje significativamente mayor de bacteriemia que el nivel basal<br />

y otros métodos. Este hecho puede tener implicaciones para el uso de la anestesia<br />

local intraligamentosa en el tratamiento dental y parece que esta técnica<br />

estaría contraindicada en pacientes en riesgo de endocarditis infecciosa.<br />

Procedimientos De Restauración<br />

La bacteriemia puede producirse después de los procedimientos de restauración<br />

que traumatizan los tejidos gingivales. La frecuencia y gravedad se relacionan<br />

con la extensión del traumatismo. Un estudio de Roberts et al. (1997,<br />

1998a) investigó la frecuencia de la bacteriemia después de 13 procedimientos<br />

dentales operatorios en 735 niños anestesiados de edades comprendidas<br />

entre 2 y 16 años. Cuatro procedimientos utilizados en odontología conservadora<br />

causaron bacteriemias de manera más frecuente que el porcentaje<br />

registrado de valor basal de 9,4%. Estos procedimientos fueron el pulido<br />

dental (24,5%), la inyección intraligamentosa (96,6%), la colocación del<br />

dique de goma (29,4%), y la colocación de una matriz y una cuña (32,1%).<br />

Los microorganismos aislados fueron típicos de las bacteriemias odontogénicas<br />

ya que el 50% de las bacterias aisladas fueron variedades de<br />

Streptococcus viridans. Recientemente se ha observado una frecuencia de<br />

bacteriemia muy baja (11%) mediante análisis de PCR después de un tratamiento<br />

endodóntico (Savarrioa et al., 2005).<br />

PROCEDIMIENTOS DENTALES en los que ESTÁ<br />

JUSTIFICADA LA PROFILAXIS ANTIBIÓTICA<br />

Claramente, no es práctico ni sensato cubrir todas estas posibles fuentes de bacteriemia<br />

con profilaxis antibiótica. Las últimas sugerencias (Dajani et al., 1997a)<br />

son administrar cobertura cuando sea necesario en las siguientes situaciones:<br />

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Extracciones dentales.<br />

Cirugía oral y periodontal.<br />

Raspado, sobre todo raspado subgingival.<br />

Sondaje periodontal.<br />

Colocación de implantes dentales.<br />

Reimplantación de dientes avulsionados.<br />

Instrumentación endodóntica cuando exista riesgo de<br />

sobreinstrumentación apical.<br />

Cirugía endodóntica (apical).<br />

Colocación de bandas ortodóncicas (excepto brackets).<br />

Inyección intraligamentosa de anestésico local.<br />

Pulido de dientes e implantes, sólo cuando se prevé hemorragia<br />

gingival.<br />

Colocación subgingival de fibras o tiras antimicrobianas (si alguna vez<br />

está indicado en estos pacientes).<br />

Según Dajani et al., 1997a, no se requiere cobertura en:<br />

Odontología de restauración (operatoria dental y prostodóncica)<br />

(Restauración de caries y dientes ausentes.)<br />

Uso cuidadoso de hilo de retracción (Valoración por el profesional<br />

clínico ya que se requiere profilaxis si el procedimiento causa sangrado.)<br />

Toda anestesia local excepto intraligamentosa.<br />

Tratamiento endodóntico en el interior del conducto radicular (es decir,<br />

no más allá del ápice de la raíz).<br />

Colocación de poste y reconstrucción.<br />

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<br />

Colocación de dique de goma.<br />

Colocación de prótesis removible y ortodoncia.<br />

Recomendaciones Para La Profilaxis<br />

Antibiótica<br />

Numerosos factores influyen en la elección de los antimicrobianos, como la<br />

actividad bactericida frente a los patógenos potenciales, toxicidad relativa,<br />

vía de administración preferida, naturaleza de la afección cardíaca y antecedentes<br />

de alergia medicamentosa (BSAC, 1982). Las recomendaciones de la<br />

BSAC (1982) difirieron ligeramente de las de la sociedad americana correspondiente<br />

(American Heart Association, 1977). Estas diferencias se debían<br />

en parte al mal cumplimiento del paciente en relación con los regímenes<br />

americanos, que es del 15% (Brookes, 1980).<br />

También se ha demostrado en algunos estudios que la aplicación de un<br />

antiséptico en el margen gingival o el enjuague con un colutorio con clorhexidina<br />

inmediatamente antes de un procedimiento puede reducir la gravedad<br />

de la bacteriemia (Jones et al., 1970).<br />

La mayoría de los pacientes que requieren profilaxis antibiótica probablemente<br />

se encuentran en una consulta de odontología general, y en este<br />

caso, se prefiere una administración oral que es más fácil de cumplir (Dajani<br />

et al., 1997a). Numerosos organismos pueden causar endocarditis infecciosa<br />

pero el grupo de Streptococcus viridans son con diferencia la causa más frecuente.<br />

Por estas razones las penicilinas son los pilares principales utilizados<br />

en la profilaxis. En la actualidad se prefiere la amoxicilina de más amplio<br />

espectro a la penicilina V, principalmente por su absorción significativamente<br />

mejor a partir de la administración oral y por su capacidad para mantener<br />

unas elevadas concentraciones en sangre durante el período necesario<br />

(Shanson et al., 1978; Shanson et al., 1980).<br />

Las recomendaciones de la BSAC (1982) eran administrar 3 g de amoxicilina<br />

oral 1 h antes de la intervención. Los niños menores de 10 años recibirían<br />

sólo la mitad y los menores de 5 años, la cuarta parte de la dosis del adulto.<br />

Estas dosis se administraban en la consulta bajo supervisión directa. Se recomendaba<br />

a los pacientes alérgicos a la penicilina 1,5 g de estearato de eritromicina<br />

por vía oral 1-2 h antes de la intervención, y 0,5 g 6 h después. Las<br />

reducciones proporcionales en los niños eran las mismas que con la penicilina.<br />

Se recomendaba este régimen modificado porque la eritromicina es<br />

menos bactericida que la amoxicilina y tiene una absorción menos predecible.<br />

Recientemente se ha modificado esta pauta (v. más adelante).<br />

También se ha demostrado que los pacientes que han recibido recientemente<br />

penicilinas están más predispuestos a crear resistencia a estos fármacos (Garod<br />

y Waterworth, 1962; Spencer et al., 1970). En estas circunstancias parece<br />

mejor utilizar un fármaco alternativo como la clindamicina o la eritromicina.<br />

En los pacientes que reciben anestesia general (AG), en que está contraindicada<br />

la administración oral, el régimen recomendado era 1 g de amoxicilina<br />

mediante inyección i.m., seguido de 0,5 g 6 h después. Las reducciones proporcionales<br />

en los niños eran las mismas que las señaladas antes. Se recomendaba<br />

administrar también en este momento con la inyección 2,5 ml de clorhidrato de<br />

lidocaína al 1% para reducir el dolor de la inyección. Recientemente se ha eliminado<br />

esta recomendación (v. más adelante) (Littler et al., 1997).<br />

En los pacientes de alto riesgo se recomendaba la administración adicional<br />

de 120 mg de gentamicina i.m., ya fuera 1 h antes de la operación en los sujetos<br />

tratados con anestesia local (AL) o en los que eran tratados con AG inmediatamente<br />

antes de la inducción. Los niños debían recibir 2 mg de gentamicina/kg<br />

de peso corporal. La gentamicina no es particularmente activa frente a estreptococos,<br />

pero se ha demostrado que actúa sinérgicamente con las penicilinas<br />

(Watt, 1978).<br />

Se recomendaba que los pacientes alérgicos a la penicilina o que la hayan<br />

recibido en el mes anterior y que fueran sometidos a AG recibieran vancomicina<br />

como alternativa. Se ha utilizado satisfactoriamente la vancomicina<br />

sola en el tratamiento de infecciones estreptocócicas, incluidas las causadas<br />

por enterococos. No obstante, se ha demostrado que una combinación de<br />

vancomicina y gentamicina es más fiable desde el punto de vista bactericida<br />

(Watankunakorn y Bakie, 1973; Shanson y Nomnyak, 1982). Así, estos

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