Periodoncia.Eley.6a.Ed
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150 <strong>Periodoncia</strong><br />
umbrales menores se detectarán tanto las pérdidas de inserción rápidas como<br />
las pérdidas de inserción lentas constantes con una proporción mayor de<br />
localizaciones de pérdida de inserción lenta constante.<br />
Uno de los pocos estudios longitudinales para investigar el inicio, el ritmo de<br />
progresión de la enfermedad periodontal y la pérdida dental consiguiente en una<br />
población no expuesta a ningún tratamiento o programa preventivo dental es el<br />
llevado a cabo en Sri Lanka por Löe et al. (1986). Examinaron a 480 hombres<br />
jornaleros de té en Sri Lanka, con edades de entre 14 y 30 años, inicialmente en<br />
1970 con respecto a la placa, cálculo, gingivitis y pérdida de inserción en las caras<br />
mesial y vestibular de todos los dientes. Hasta 1985 se llevaron a cabo otras 5<br />
exploraciones, momento en el que se concluyó este estudio. Entonces todavía<br />
permanecían 161 individuos del estudio inicial. Estas personas no seguían ninguna<br />
medida de higiene oral y presentaban acumulaciones uniformes de placa y cálculo<br />
e inflamación gingival generalizada. A partir del nivel de inserción y de la pérdida<br />
dental, se identificaron tres grupos: individuos con una progresión rápida (PR) de<br />
periodontitis (8% de la muestra), individuos con progresión moderada (PM) (81%<br />
de la muestra) y personas sin progresión (SP) (11% de la muestra). A la edad de 35<br />
años, los individuos del grupo de PR mostraban una media de pérdida de inserción<br />
de 9 mm, los del grupo con PM, una media de 4 mm, y los del grupo SP, una media<br />
de 1 mm. A los 45 años se apreciaba una media de pérdida de 13 mm en el grupo<br />
de PR, frente a los 7 mm en el grupo de PM. La tasa de progresión anual en el<br />
grupo de PR osciló entre 0,1 y 1 mm; en el grupo de PM, osciló entre 0,05 y 5 mm<br />
y en el grupo SP, entre 0,04 y 0,09 mm. Como estos individuos no presentaban<br />
caries, todos los dientes perdidos se debieron a enfermedad periodontal. Hubo una<br />
pérdida media de 12 dientes a los 35 años y de 20 a los 40 años en el grupo con<br />
PR, mientras que en el grupo de PM hubo sólo una media de 7 dientes perdidos a<br />
la edad de 45 años. En el grupo SP no se perdió ningún diente.<br />
En una publicación posterior (Löe et al., 1992) se volvieron a analizar estos<br />
datos con respecto a la recesión gingival y se observó que más del 30% de los<br />
individuos mostraba recesión gingival antes de los 20 años, mientras que en los<br />
mayores de 40 años estaba presente en el 100% de los individuos, afectando al<br />
70% o más de las superficies vestibulares, al 50% o más de las superficies<br />
linguales y al 40% de las superficies interproximales.<br />
Estas tasas globales de progresión en este estudio son mayores que las<br />
observadas en poblaciones que siguen una higiene oral debido a la mayor cantidad<br />
de placa y cálculo. Sin embargo, el estudio también demuestra claramente niveles<br />
de susceptibilidad diferentes en esta población, que son muy similares en términos<br />
de porcentaje a los observados en otros grupos de población. También se demuestra<br />
que la recesión gingival es un reflejo importante de la pérdida de inserción en estos<br />
indiviuduos. Es importante considerar que la recesión gingival como reflejo de la<br />
pérdida de inserción no se pondrá de manifiesto en algunos estudios de recogidas<br />
de datos, como el CPITN, y esto puede limitar en gran medida su utilidad.<br />
Papapanou et al. (1989) observaron la progresión de la periodontitis valorada<br />
radiográficamente a lo largo de 10 años en un grupo de 201 suecos de 25 a 70 años<br />
de edad. La pérdida dental, expresada en forma de porcentaje del número de dientes<br />
presente en la exploración inicial, variaba entre el 3% y el 28%, y era máxima en<br />
los individuos inicialmente mayores de 50 años. La media de la pérdida ósea anual<br />
variaba entre 0,07 y 0,14 mm entre los 25 y los 65 años, pero era el doble de alta<br />
(0,28 mm) en los individuos de 75 años al finalizar el estudio. En el 75% de los<br />
individuos se detectó una pérdida media de hueso ≥0,5 mm, mientras que el 7%<br />
mostraba una pérdida ≥3 mm. El mismo patrón se observó a nivel dental, donde la<br />
mayoría de las localizaciones mostraba grados pequeños de pérdida ósea, mientras<br />
que relativamente pocas localizaciones mostraban magnitudes de pérdida ósea<br />
mayores. A este respecto, el 15% de los pacientes era responsable de la mitad de las<br />
localizaciones observadas con una pérdida ósea avanzada (≥6 mm). Los sujetos<br />
más afectados por pérdidas óseas en el momento inicial eran aquellos más<br />
propensos a desarrollar una progresión posterior de la enfermedad, pero no podia<br />
apreciarse la misma tendencia en las localizaciones a nivel dental.<br />
Ismail et al. (1990) publicaron sus conclusiones sobre un estudio longitudinal<br />
llevado a cabo en el estado de Michigan (EE.UU.) entre 1959 y 1987. De la<br />
muestra inicial de 526 individuos que participaron en la exploración, 167 personas<br />
con dientes permanecieron hasta el final del estudio. Durante este período de 28<br />
años se perdió el 11% de los dientes presentes inicialmente en estos sujetos. Un<br />
total de 22 individuos (13%) mostró un promedio de pérdida de inserción ≥2 mm,<br />
cinco individuos (3%) una pérdida ≥3 mm y dos (1,2%) una pérdida ≥4 mm.<br />
En un estudio reciente (Griffiths et al., 2001) sobre la progresión de periodontitis<br />
crónica en adultos jóvenes se examinaron 100 hombres de 16-20 años a lo largo<br />
de 3 años. Midieron niveles de pérdida de inserción desde la línea amelocementaria<br />
al inicio, al año y a los 3 años. En el 10% de los individuos se observó una<br />
pérdida de inserción de 2 mm durante este período y de 3 mm en menos del 1%.<br />
Estos datos sugieren que el inicio y la progresión de la periodontitis crónica<br />
pueden medirse en los adultos jóvenes. Sin embargo, en este estudio, la progresión<br />
verdadera por encima del umbral sólo se apreciaba en menos del 1% de estos<br />
sujetos. En este pequeño subgrupo, el sangrado gingival y el cálculo gingival<br />
guardaban una relación estadística con la pérdida de inserción.<br />
Así, en todos los estudios longitudinales publicados parece demostrarse que<br />
hay un pequeño subgrupo de pacientes con una susceptibilidad elevada a<br />
desarrollar periodontitis y un subgrupo pequeño de pacientes que son resistentes<br />
a esta patología, independientemente de los niveles de placa presentes.<br />
También se ha demostrado que los programas profesionales de control de<br />
placa (v. también cap. 11) pueden reducir notablemente la cantidad de pérdida<br />
dental secundaria a periodontitis crónica y han demostrado su eficacia a lo<br />
largo de 30 años (Axelsson et al., 2004, 2006).<br />
Asimismo, en un estudio prospectivo de 10 y de 30 años en Suecia<br />
(Paulander et al., 2004; Gabre et al., 2006) se ha demostrado que la pérdida<br />
dental era más frecuente en las regiones molares que en las de los dientes<br />
anteriores, mientras que la pérdida ósea periodontal presentaba una distribución<br />
aleatoria en la dentición. También se confirmaba que la prevalencia de la<br />
caries dental había disminuido en los últimos años (Gabre et al., 2006). Los<br />
principales factores de riesgo relacionados con una pérdida ósea radiográfica<br />
eran una «profundidad de sondaje de 6 mm» y «el tabaquismo».<br />
Resumen<br />
Los estudios epidemiológicos realizados en todo el mundo han confirmado que<br />
la inflamación gingival está presente en la mayoría de las poblaciones, pero que<br />
las fases más graves de la enfermedad periodontal, aunque no tienen tanta<br />
prevalencia como se creía antiguamente, siguen siendo de una magnitud<br />
considerable y afectan al 15-20% de la mayoría de los grupos de población por<br />
encima de 35 años. Aunque la gingivitis es muy frecuente, no siempre progresa<br />
inevitablemente a periodontitis. La higiene oral, y por tanto la salud periodontal,<br />
están mejorando en la mayoría de las personas de los países industrializados.<br />
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