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Periodoncia.Eley.6a.Ed

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Mecanismos de producción de la enfermedad 83<br />

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.<br />

enfermedad. Probablemente las células óseas intervienen en la destrucción<br />

patológica de la matriz mineralizada como consecuencia de su actividad<br />

metabólica alterada durante la enfermedad activa, después de la estimulación<br />

por factores bacterianos y por mediadores, como las prostaglandinas y la<br />

IL-1 de los fibroblastos gingivales y de monocitos circulantes (Hausmann,<br />

1974; Reynolds et al., 1994). Se ha observado que la estimulación de los<br />

osteoclastos con hormona paratiroidea e IL-1 produce aniones superóxido<br />

(Garrett et al., 1990). Además, la resorción ósea debida a los osteoclastos fue<br />

inhibida por la superóxido dismutasa, una enzima que digiere superóxido<br />

(v. más adelante).<br />

Sistemas De Defensa Antioxidante<br />

Los antioxidantes protegen a los tejidos contra los efectos de las ROS. Se<br />

trata de sustancias que a bajas concentraciones pueden retrasar o inhibir la<br />

oxidación de grandes cantidades de sustratos. Algunos importantes antioxidantes<br />

que rompen la cadena de acumulación de radicales son las vitaminas<br />

antioxidantes E, C y A, y el ácido úrico, la bilirrubina y las sustancias que<br />

contienen grupos sulfhidrilo (SH, tiol) (Halliwell y Gutterridge, 1990). Todos<br />

ellos trabajan en conjunto a través de un ciclo redox y se regeneran mutuamente<br />

a través de reacciones antioxidantes que rompen la cadena (Chapple,<br />

1997). Chapple et al. (1997) y Brock et al. (2004) usaron una prueba de quimioluminiscencia<br />

capaz de medir la capacidad antioxidante total (TAOC,<br />

total antioxidant capacity) para observar que los pacientes con periodontitis<br />

tienen la TAOC significativamente reducida (periféricamente en el plasma y<br />

localmente en el LCG), en comparación con controles emparejados por edad<br />

y sexo. También demostraron que la capacidad oxidante del LCG difería de<br />

la del suero y la saliva en que el componente activo predominante era el glutatión<br />

(GSH), presente a concentraciones 1.000 veces superiores a las del<br />

suero (Chapple et al., 2002). Las otras zonas del cuerpo donde se encuentra<br />

GSH en estas cantidades son en los líquidos que revisten los alvéolos pulmonares<br />

(Cantin et al., 1987) y el cuello uterino (Cope et al., 1999). Se sabe que<br />

el GSH tiene una función importante en el pulmón en el equilibrio redox del<br />

interior de las células epiteliales (Cantin et al., 1987; Pacht et al., 1991). Si se<br />

altera este equilibrio, se activan importantes factores de transcripción como el<br />

NF-kB, lo que lleva a la producción de citocinas proinflamatorias (IL-1, IL-6,<br />

IL-8, PGE 2<br />

y TNF-a) que, a su vez, inician una respuesta inflamatoria. En<br />

este sentido, se sabe que los pacientes con fibrosis pulmonar y síndrome de<br />

dificultad respiratoria aguda presentan un déficit de GSH en las células epiteliales<br />

alveolares (Cantin et al., 1987; Pacht et al., 1991). Dado que parece que<br />

el GSH es el principal antioxidante en el LCG, un mecanismo similar podría<br />

ser la explicación de algunos casos de alta susceptibilidad a la periodontitis.<br />

Brock et al. (2004) realizaron un estudio transversal para determinar la<br />

capacidad antioxidante local (saliva y LCG) y periférica (plasma y suero) en<br />

salud y en enfermedad periodontal. Se obtuvieron muestras de un total de 20<br />

voluntarios no fumadores con periodontitis crónica, y de 20 controles no<br />

fumadores emparejados por edad y sexo. Tras una noche en ayunas, se recogió<br />

saliva (total no estimulada y estimulada) y sangre, y se determinó la<br />

TAOC con un método de quimioluminiscencia amplificada. La concentración<br />

de antioxidantes en el LCG fue significativamente menor en los individuos<br />

con periodontitis comparados con los controles sanos (p < 0,001).<br />

Aunque los valores medios de la TAOC periférica y salival también fueron<br />

menores en la periodontitis, la diferencia sólo fue significativa en plasma<br />

(p < 0,05). La concentración de antioxidantes en el LCG de los individuos<br />

sanos también fue significativamente mayor que la del suero o plasma<br />

(p < 0,001). Los datos agrupados por sexo no alteraron los resultados y se<br />

detectó un sesgo masculino en todas las muestras clínicas excepto en el LCG.<br />

Estos resultados sugieren que la capacidad antioxidante del LCG es cualitativa<br />

y cuantitativamente distinta de la de saliva, el plasma y el suero. No está<br />

claro si los cambios en el LCG de la periodontitis reflejan la predisposición<br />

al daño o los resultados del mismo mediado por las ROS. La reducida capacidad<br />

antioxidante total del plasma podría deberse a una inflamación sistémica<br />

de bajo grado producida por la respuesta del huésped a las bacterias<br />

periodontales, o podría ser una característica innata de los pacientes con periodontitis.<br />

En una revisión sobre las acciones no antimicrobianas de las tetraciclinas<br />

en la lucha contra el estrés oxidativo en la enfermedad periodontal y metabólica,<br />

Soory (2008) demostró que las tetraciclinas tenían diversos mecanismos<br />

para superar el estrés oxidativo y potenciar la síntesis de matriz (v. también<br />

cap. 17).<br />

Para entender las posibles funciones de las enzimas y de las ROS en la<br />

patología periodontal es necesario considerar también los procesos de degradación<br />

de colágeno y proteoglucanos (v. más adelante).<br />

Marcadores inflamatorios<br />

La periodontitis avanzada se asocia con valores elevados de marcadores<br />

inflamatorios en poblaciones sanas. D’Aiuto et al. (2004) evaluaron si el<br />

grado de respuesta al tratamiento periodontal se asociaba con cambios en los<br />

marcadores séricos de inflamación sistémica. En un ensayo de intervención,<br />

ciego y prospectivo a 6 meses se reclutó a 94 individuos sistémicamente<br />

sanos con periodontitis generalizada avanzada. Se evaluaron los parámetros<br />

periodontales y los marcadores inflamatorios (proteína C reactiva [CRP] e<br />

IL-6), antes y 2 y 6 meses después del tratamiento periodontal; 6 meses después<br />

del tratamiento se observó una reducción significativa de IL-6 (p = 0,001)<br />

y CRP (p = 0,001) en el suero. La disminución de los marcadores inflamatorios<br />

también fue significativa en los sujetos con una respuesta clínica al tratamiento<br />

por encima de la media, después de corregir los posibles factores de<br />

confusión. Por tanto, la periodontitis puede añadir una carga a la inflamación<br />

sistémica de los individuos afectados.<br />

Otro grupo (Joshipura et al., 2004) evaluó la asociación transversal entre la<br />

enfermedad periodontal y los valores séricos de CRP, fibrinógeno, factor VII,<br />

activador hístico del plasminógeno (t-PA), lipoproteína de baja densidad C<br />

(LDL-C), factor de von Willebrand y receptor soluble del factor de necrosis<br />

tumoral 1 y 2. El grupo de estudio contó con 468 hombres de 47-80 años, sin<br />

enfermedad cardiovascular (ECV), diabetes ni cáncer. Se utilizó un modelo de<br />

regresión multifactorial que controlaba la edad, el tabaquismo, el consumo de<br />

alcohol, la actividad física y la ingesta de ácido acetilsalicílico. La enfermedad<br />

periodontal se asoció con valores significativamente mayores de CPR, t-PA y<br />

LDL-C. Este dato indica que la enfermedad periodontal puede asociarse con<br />

los biomarcadores de disfunción endotelial y dislipidemia, y que éstos pueden<br />

mediar la asociación sugerida entre periodontitis y ECV (v. cap. 4).<br />

Degradación de colágeno<br />

La degradación de colágeno es un proceso de múltiples fases (fig. 5.5). Cada<br />

molécula de colágeno consta de dos regiones distintas. La mayor (96% del<br />

peso) es la región triple helicoidal, que es resistente al ataque de la mayoría<br />

de las proteinasas, excepto a la colagenasa. Las regiones terminales más<br />

pequeñas constan de péptidos conocidos como péptidos terminales, que contienen<br />

enlaces cruzados intramoleculares e intermoleculares. Estas zonas<br />

pueden ser atacadas por una serie de proteinasas. Las fibrillas de colágeno,<br />

con enlaces cruzados intermoleculares, son resistentes a la acción de las<br />

colagenasas y, en condiciones fisiológicas, una serie de enzimas puede actuar<br />

conjuntamente (Harris y Cartwright, 1977). Las colagenasas de los mamíferos<br />

son metaloproteinasas que actúan a pH neutro, en presencia de iones<br />

metálicos, para romper la triple hélice en dos fragmentos. Las colagenasas no<br />

pueden dividir más la molécula, pero la exponen a la acción de otras proteinasas<br />

(hísticas o celulares). Las colagenasas ahora conocidas como MMP-1<br />

y 8 se encuentran en muchas células y tejidos como enzimas latentes, ya sea<br />

como proenzimas o como complejos de inhibidores enzimáticos (Meikle et<br />

al., 1986; Birkedal-Hansen, 1993; Reynolds et al., 1994; Reynolds, 1996), y<br />

necesitan ser activadas por otras proteinasas. En condiciones fisiológicas, los<br />

tejidos presentan un pH neutro y las proteinasas neutras tienen más probabilidad<br />

de estar involucradas en este proceso.<br />

Las evidencias de la posible función de las MMP, y especialmente de las<br />

MMP derivadas de células inflamatorias (MMP-8 y 9) son bastante sólidas<br />

(Ryan et al., 1996; Birkedal-Hansen et al., 1993a,b; Vernillo et al., 1994).<br />

Estas pruebas incluyen la producción de valores elevados en cultivos de<br />

tejido gingival enfermo, la detección de colagenasa activa en lugar de latente

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